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Apenas terminó su turno el oficial Parrish se fue hasta su casa, la semana había sido dura y más intensa de lo usual, el cansancio sobre sus hombros lo estaba matando. Lo animaba el hecho de que ese fin de semana, a diferencia de muchos otros, no tenía que cumplir con más turnos de oficina o rondas; solo estaría él, ella, y su descanso deseado.
Al llegar al departamento lo encontró solo pero no le dio demasiadas vueltas, se quitó el uniforme, se dio una ducha, cenó algo ligero y se acostó a dormir por fin. Estaba demasiado cansado y se merecía ese tiempo tranquilo que se le venía, hace mucho que en serio no podía hacerlo. El problema fue que ese añorado descanso solo alcanzó a durar unas tres horas, cuando el sonido de su móvil lo despertó.
Al tercer tono despertó y contestó, era ella, su mejor amiga y compañera de departamento pidiendo un poco de auxilio; estaba ebria en un bar. Había salido a beber con unas amigas y estas no la dejaban irse sola a casa o en un taxi, así que necesitaba urgentemente que la fuera a recoger.
En menos de dos minutos Jordan se vistió de nuevo con un pantalón de deporte negro y una sudadera gris, y salió en busca de su amiga. Estaba tan cansado, sus ojos pesaban y picaban por culpa del sueño, su mente estaba un poco nublada también, pero eso no le importó porque no existía nada que no hiciera por ella.
Jordan y Loyce eran amigos desde niños, crecieron juntos en su ciudad de origen y solo se separaron cuando ambos comenzaron sus estudios profesionales; pero cuando acabaron se estuvieron siguiendo de ciudad en ciudad sin intensión de volver a separarse. Cuando Jordan decidió su transferencia hasta Beacon Hills Loyce no dudó en irse con él, ella no tenía más familia que su abuela, pero había fallecido hace varios años atrás siendo el oficial lo único que le quedaba.
Por eso eran tan importantes para el otro, por eso eran tan unidos; habían pasado por todas las etapas posibles juntos, e incluso muchos pensaban que ellos tenían algún parentesco, pero jamás podrían considerarse de esa manera, no cuando Jordan pensaba a cada hora del día en ella y no podía tomar en serio a ninguna otra chica porque, literalmente, al segundo ya la estaba comparando con su hermosa rubia.
