Capítulo 5

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Marizza y Pablo habían llegado a un acuerdo. Iban a trabajar en equipo juntos esa tarde, sólo esa tarde, tendían la mejor relación del mundo.

—¿Estás lista, histérica?—preguntó Pablo.

—Hagamos esto, He-...—detuvo la palabra —Vamos, Pablo —reemplazo la palabra.

Marizza dió un rápido paso hacía adelante, lo que hizo que, sin querer, diera un brusco jalón a Pablo por la muñeca.

—¡Uy que bestia que sos! —le dijo el rubio riendo.

—¡Las esposas!—dijo la chica cuando cayó en cuenta. Volvió hasta donde estaba Pablp y le comenzó a sobar la muñeca.— Perdóname, Pablito.

—Tranquila, no pasa nada. Sólo Avísame si vas a avanza, recuerda que tenemos estas cosas.—Señaló las esposas.

Marizza rió un poco.

—¡Bustamante!. ¡Andrade! —se escuchó un grito conjunto.

—¿Vamos? —preguntó Pablo. Él ofreció su mano para que ella la entrelazara.

Y ella lo hizo. De todos modos ya estaban esposados que más daba tomarse la mano.

Juntos salieron de la cocina y llegaron al Living donde Mia y Manuel estaban rodeados de otras personas.

—Miren, les presento a nuestros vecinos: Luna, Nico, Vico, Rocco, Laura y Guido.—Manuel los presentó mientras señalaba a cada persona que nombraba.

Las cuatro parejas, incluyendo a Mia y Manuel vieron con extrañeza en dirección a sus manos.

—Ellos son Marizza y Pablo, nuestros mejores amigos y padrinos de Cande—dijo Mia.

—Hola, un gusto. Yo soy Pablo Bust...—Guido le interrumpió.

—Bustamant, sos el hijo de un ex-candidato presidencial. Eres hijo de Sergio Bustamante, ¿No? —dijo.

Pablo trago saliva, él odiaba que lo único de su persona que les importaba era el apellido.

—Si, Así es —dijo un poco molesto.

—Ehhh...—Marizza buscaba algo para quitarle presión a Pablo. —¿Dónde esta la nena?—le preguntó a Manuel.—Digo, se supome que es su fiesta.

—Si, tenés razón —Dijo Manuel—¿Por qué no van a buscarla? —propuso.

—¡Genial!—dijo Marizza—Fue bueno conocerlos —Marizza apretó la mano de Pablo un poco y juntos caminarom lejos de allí.

Fueron a buscar a la nena en el patio, donde Annie la estaba entreteniendo.

—Venimos a llevar a la nena adentro —dijo Marizza.

—Bueno, en ese caso,  yo me voy—dijo Annie.

—Dale, Mia y Manu estan adentro, para que les pidas tu pago—dijo Marizza.

—No quiero molestar , se los pido otro día —dijo Annie.

—Esta bien—respondió Marizza.

Annie se fue , dejando a 3 personas en el patio. Marizza, Cande y Pablo. Aunque este último estaba tan "En su mundo" que no contaba.

—Pablo, ¿podemos cargar a la nena? —preguntó Marizza indicando a la bebé que jugaba en el césped.

—¡Pablo!—Marizza se puso en puntillas para llegar al oido del chico.

En ese momento pablo reaccionó y volteó la mirada hacía su amiga.

—¿Qué te pasa? —preguntó Marizza.

—Nada, no me pasa nada—respondió él.

—Es por lo que dijo ese hombre, ¿No?.

Pablo no respondió, pero no por nada ella lo conocía desde niños.

Marizza sintió que algo en ella se rompía. Y las cosas empeoraron cuándo vió sus ojos cristalizado por lágrimas.

—Vení, hay que hacerle compañía a Cande —dijo. Pablo le hizo caso y se sentaron en el césped. —Si vos no querés no volvemos adentro. Podemos jugar acá con la nena.

Pablo sintió algo que no había sentido nunca por otra chica que no fuera Mia. Se sintió cómodo y libre de hablar de lo que sea.

—Estoy harto.—Habló finalmente.

—¿Querés que nos saquemos las esposa? Si te molesta dilo, no hay drama. —dijo Marizza.

—Estoy harto de que sólo me conozcan como "El hijo del ex-candidato", vos sabés que yo no me banco a mi viejo. Y parece que para las personas no soy más que eso.

—Vos sos más que "El hijo de Sergio Bustamante". Mañana me odiare por decir esto, pero...—dijo. —Vos sos un gran productor musical, escribes hermosas canciones y cantas muy lindo... Al menos así lo recuerdo de cuando éramos adolecentes.

—Gracias, pero parece que sólo hay 3 personas en el mundo que lo notan—dijo —Todas las demás se van por el apellido. Literalmente he dormido con chicas que sólo se acercan para decir que "Durmieron con un Bustamante" .

—Pues son unas taradas.—dijo Marizza— Tanto por decir eso como por dormir con vos —eso fue broma.

Pablo sonrió.

—Sos una tarada —le dijo Pablo a la chica.

—Una tarada que te hizo reír.

Marizza sonrió aliviada. Luego noto algo:

No se han soltado las manos.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora