Capítulo 31

2.8K 123 24
                                    

Pablo se comenzó a despertar lentamente, esto debido a que comenzó a oír una voz que se dirigía a él, tardó un instante en notar que era Marizza la que le estaba hablando. Así que decidió no abrir los ojos y simplemente oir que era lo que la chica le decía.

—Sos un tarado, nene. Te pudiste lastimar —dijo ella, pero no sonaba molesta, sino ¿preocupada?—Se que sos mandado... Y eso me agrada, pero tampoco debes ser inconsciente.

Pablo sintió como ella le tomaba la mano y su otra mano, la que estaba libre fue a su cabello.

Se movió un poco, aún le era algo pesado moverse, le daba algo de pereza.

—Shhh, dormí, yo estoy acá —dijo la chica, su voz reflejaba un cariño que casi nunca se mostraban, pero ambos sabían que existía.

En eso, el llanto de Cande hizo que el ambiente pacífico que se había creado se rompiera.

Marizza le soltó la mano y fue, probablemente, a atender y levantar a la bebé.

—No llores amor, vas a despertar a Pablo y cuándo tu tío se levanta de malas es... —Marizza hizo una pausa-Sólo diré que no es nada bonito.

Cande se quedó mirando a su tía.

—No me veas así, vos no haz visto a tu tío en un mal genio. Vos sólo conoces su lado lindo y consentidor —dijo Marizza—Yo llevo toda una vida con tu tío, he visto esos ojitos de cielo volverse el infierno.

Marizza rió suavemente.

—¿Ojitos de cielo? —preguntó Pablo desde el sofá.

—Mirá vos, eso lo oiste, pero cuando te hable hace rato te dormiste. Quién lo diría.—ñdijo Marizza.

Ella caminó con la bebé en brazos y se sentó en el sofá con él. Marizza no dijo nada, sólo se le quedó mirando.

—¿Qué pasa? —preguntó él.

La chica sostuvo bien a Cande y luego simplemente abrió los brazos y se le "lanzó" para abrazarlo.

—¿Te sentís bien?, ¿Querés que vayamos al doctor? —preguntó él.

Ella se le separó un poco.

—Dale, siento mucho que te resulte raro. Es sólo que me asusta el hecho de pensar que vos... Qué te arriesgaste así —dijo Marizza.

Pablo se sorprendió al oír tal cosa.

—¿Te asustaste? —preguntó él.

Era un poco rara la sincronía que estaban teniendo Cande y Marizza, ambas lo miraron, con una mirada realmente parecida, ambas tenían los ojos brillosos y le observaban con detenimiento.

—Claro que sí. Sos un tarado, pero sos MI tarado favorito —dijo Marizza.

Pablo sonrió.

—Vos sos mi loquita preferida —dijo él.

—Jurame que nunca, pero nunca jamás en la vida vas a volver a manejar en un estado como en el que llegaste —dijo ella.

Cande tomó la playera de su tío, le dió unos pocos jalones. Debido a los jalones que Cande le daba, Pablo se hacía para delante.

Y llegó a una muy corta distancia de Marizza.

Mantuvieron contacto visual un largo instante y luego....

—Emmm, creo que mejor te metes en el baño, yo mientras hago la comida... Y... Nos vamos a laburar —dijo ella.

El chico sólo le puso una mano en la mejilla y se acerco un poco. Marizza sólo cerró los ojos.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora