Capítulo 52

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Una vez arriba y en su habitación inicial. Marizza estaba tratando de contenerse, lo que había dicho Pablo le había dolido, ella estaba comenzando a sentir una pequeña ilusión de tener un pequeño y\o pequeña más por la casa, y por un momento, creyó que Pablp estaba igual, pero al oírlo descartar la idea con tanto miedo...
Se le rompió el corazón.

Aunque siendo sinceros, Pablo era libre de reaccionar como se le plazca, y si él no tenía esa ilusión ella no era quién para obligarle a cambiar. Esa era la razón por la cuál ella había preferido marcar distancia y dormir esa noche en una pieza distinta, no quería sacar su dolor con Pablo, al fin de cuentas, él no tenía la culpa de sus castillos en el aire.

Esa noche ella se fue a dormir sola, no le quiso pegar pestillo a la puerta, porque de hacerlo su "molestia" sería evidente y no quería tener que explicarle a Pablo sus razones.

Ella sólo cerró la puerta, se cambió por una pijama ligera y se metió en la cama, tratando de controlar todas las emociones que le llegaban en ese momento.

Mientras, por su parte Pablo estaba terminando de alistar a Cande para dormir, él pensó que Marizza necesitaba un momento, que tal vez el hablar de sus amigos aún le dolía y por eso respetó su privacidad. Se cambió por una pijama y se metió enbla cama en la espera de que la chica apareciera en cualquier momento por la puerta y se acostara a su lado a dormir, como todas las noches de un tiempo para acá.

Con el pasó del tiempo a Pablo lo iba venciendo en sueño, trató de acomodarse para dormir; "Quizá necesita pensar" dijo para si mismo. Luego de esto se acomodó con toda la intención de conciliar el sueño... Pero no lo logró

Decidió salir de la habitación e ir a donde la muchacha, y así lo hizo, camino hasta donde se encontraba Marizza. Abrió la puerta y en efecto ella estaba en la cama de aqulla habitación. Tan despierta como Pablo, al ver al chico ella dió un pequeño respingo por el susto.

—Vos sos boludo, Pablo? No me asustes así nene!.—le recriminó lanzando un cojín al chico.

—Cortala, no es para tanto, sólo entré—dijo él.

El chico avanzó hasta la cama y se metió fácilmente en ella, sin importa nada. Lo que a ella, debido a lo ocurrido más temprano, no le caía tan bien.

—Pablo, por favor. Ándate a tú cama—dijo en modo tranquilo, pero firme.

Pablo se extraño de esto, ya que pues habían dormido juntos desde aquella salida que progreso a más y ella nunca se rehusó a compartir la cama.

—Te pasa algo a vos?—preguntó tocando la mejilla de la chica de manera cariñosa.

—No me pasa nada, tranquilo. Sólo que hoy me pinta pasar la noche yo sola. —Tocó la mano de Pablo que seguía en su mejilla.

Él se sentó en la cama y estiró sus brazos hasta ella, tratando así de darle a entender que la quería abrazar, ella lo entendió y se dejó envolver en ellos.

—Sabés que sí querés hablar acá estoy, cierto? —le preguntó mientras besaba su cabeza.

—Si, lo sé, pero vuelvo y repito. Estoy bien, tranquilo.—respondió ella moviendo su cabeza hasta encuadrar perfectamente en cuello de él.

"Va, que ultimadamente me puedo vengar de un modo bastante divertido y pacífico por el mal momento que me pasé" —pensó.

Así fue como comenzó a pasar su nariz suavemente por el cuello del chico, simulando unas leves caricias en el, continuó besando poco a poco esa misma zona, como era de esperarse el cuerpo de Pablo comenzó a reaccionar, haciendo que él buscara casi en automático la boca de Marizza para así comenzar a besarla con una ternura que prontamente se volvió necesidad.

Ella comenzó a tomar una posición distinta al levantar un poco el cuerpo, sin dejar de besar a Pablo, este vió la oportunidad perfecta para tomarla por las caderas y ayudarla a acomodarse en él, así lo hizo y Marizza comenzó a realizar una pequeña fricción entre sus cuerpos, luego abandonó un poco los labios de Pablo para volver a prestar especial atención al cuello de este, él por su parte besaba el hombro de la muchacha mientras le jugueteaba el borde de la blusa que llevaba.

Una sonrisa se le dibujó a Marizza cuando sintió que el bulto debajo de ella se hacía aún más grande al tiempo que Pablo ingresaba sus manos bajo su blusa.

Era el momento.

—Para, no podemos, ya no hay forros acá—dijo detenido sus acciones. Pablo seguía concentrado en darle besos en el cuello y hombros mientas acariciaba su cintura bajo la blusa. —Detente, no podemos. Ya -ahh—se le escapó un jadeo—No hay forros en casa. Se le acercó al oído. —Y no queremos tener la misma mala sal que ellos, verdad?— sonrío maliciosa. Dicho eso ella se retiró de la posición en la que estaba y se volvió a acomodar para dormir. Dejando al chico en estando de shock, ya había unido los puntos.
—Compra mañana y retomamos esto.

—Eres una...—fue todo lo que dijo antes de soltar una risita frustrada. Y sin más se levantó de la cama y fue al baño de la habitación, tenía algo que arreglar.

—Ya que resuelvas tu problemita vuelves acá, quiero abrazarte como mínimo.—mencionó en tono inocente y resignado.
















➡➡➡➡➡➡

Hola!. He vuelto!.

¿Qué les pareció el cap?

¿Están de acuerdo en lo que hizo Marizza?.




La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora