Extra 9

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[Tiempo atrás]

Cande estaba en el sofá, recostada mientras Mia le tomaba los piecitos, tratando de simular como si la Bebé estuviese en una bicicleta.

—¿Qué haces Mia? ¿La nena tiene calambres?—preguntó Manuel quién estaba grabando todo, como hacía desde que se enteró que venía Cande.

—Su pediatra lo recomendó, estoy jugando con ella para estimular su aprendizaje. Si me hicieras caso cuando te hablo de lo que me recomienda Marcos, ya lo sabrías —dijo la rubia un tanto molesta.

—Eh, se están peleando los querubines matrimoniales —dijo Pablo en burla mientras llegaba del patio trasero.

—No es una pelea, es un "intercambio de opiniones"—dijo Mia. Quién paró de hacer sus ejercicios con Cande.

El rubio se acercó a la bebé y dejó un besito en su cabeza.

—Entonces no intercambien opiniones con mi chiquita en la habitación—el chico tomó a la pequeña entre sus brazos y la alzó. —¿Verdad que no te gusta que mamá y papá discutan, mi amor?.

Cande simplemente se acomodó en Pablo y dejó que esté le diera pequeños golpecitos en la espalda para calmarla.

—Ay por dios, Marizza y vos pelean todo el tiempo y no te escucho quejarte —dijo Manuel.

En ese momento la puerta sonó, alguien había entrado a la casa.

—Oh, claro. —habló Marizza. —Pablo, cielo. Recuerda no discutir frente a nuestro bebé —dijo la chica llegando junto al rubio.—Ay espera, nosotros no tenemos un bebé .

—Pero pelean frente a Cande que es nuestra bebé —dijo Mia.

Marizza en ese momento sólo miró a la pequeña rubia que descansaba en el pecho del ojiazul.

—"Es que tío Pablo es exasperante."—dijo Marizza en tono tierno para disfrazar el mal comentario.

—"Es que tía Marizza está estresada y se desquita con tío Pablo"—respondió Pablo de la misma manera que Marizza.

Manuel en ese momento enfocó a sus amigos con su hija, ya que se venían lindos aunque estuvieran en una discusión.

—Ay Candela, tus padres no son normales y tus tíos mucho menos. Mi vida, que rara será tu vida —dijo el tras la cámara.

—Si tan sólo tuviese un primito o primita para pasar estos locos momentos de su vida —dijo Mia dramáticamente.

—Pues mi amigo Tomas acaba de ser papá hace poco, así que Matías podría ser su compañía —dijo Pablo.

—Ay dos bebés en la casa!. ¡Tráelo!—dijo Marizza emocionada.

Los tres amigos la miraron extraño.

—¿Qué? A mi me gustan los bebés—respondió Marizza.—Aún no estoy lista para tenerlos, pero no quita que me parezcan adorables.

Pablo rió levemente.

—¿Qué es lo gracioso?—preguntó Marizza.

—Es que pienso en el momento que te toque a vos ser madre. Dios santo, tu madre se revolucionará.—dijo Pablo.

—Creo que todos lo haríamos—dijo Manuel.—Mar como mamá es algo que todos sabemos que pasará, pero no sabemos cuándo.

—Aunque el concepto del embarazo tal cual no me llama tanto. Los cambios hormonales, dolores de parto y demás —dijo Marizza.—Yo sólo quiero comer mucho, molestar a mi pareja con mis antojos y tener al bebé.

—Molestar a la pareja en las madrugadas por los antojos es genial—dijo Mia riendo.

—Menos para los esposos.—respondió Manuel. —Luego son las tres de la mañana y debo salir de la casa a buscar crema pastelera o conseguir fresas...

—Frutillas—corrigieron los tres amigos.

—Yo las conocí toda mi vida como Fresas, en México así se les dicen y listo. Mi niña también va a saber los dos términos. —dijo Manuel.

Marizza rodó los ojos y asintió.

—En fin, creo que sólo esos aspectos me atraen de los embarazos—dijo Marizza. —Eso y las pataditas. Porque yo cuando las sienta le voy a dar una piña a mi pareja, si sufro yo sufre él.

Manuel movió la cámara para estar grabándose a si mismo.

—Okey, si algún día vemos esto con la familia de Marizza y está su pareja... hermano, si ya tienen hijo, espero no te hayan dolido tanto las piñas que te dieron—dijo Manuel.

Marizza se acercó a la cámara junto a Manuel.

—Si Manuel pone esto en unos años, cuando ya tenga familia....—dijo con cierto nervio—Nenes, quiero que sepan que cuando estemos en casa planearemos como vengarnos de tío Manu por divulgar estos años de mi vida.

—¡Pablo, controla a tu futura esposa!—dijo Manuel.

Marizza en ese momento volteó a ver a Manuel.

—Aguirre, tenés dos segundos para bajar la cámara —le dice la pelirroja. 

Manuel solamente le entregó la cámara a su esposa y aceptó su futuro. Marizza se le lanzó como para empezar a "pelear", tumbó a Manuel en la alfombra y el morocho soltó un quejido.

—Le apuesto $50 a la petiza —se escuchó la voz de Pablo.

—Si, yo también creo que ella ganará —dijo Mia.













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SE QUE ME TARDE UNA VIDA Y LO LAMENTO.

Noté en este tiempo que me está costando cada vez más hacer extras. Así que creo que este será el último.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora