Capitulo 79

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La decisión que habían tomado era algo bastante fuerte, un paso muy importante, algo que aunque les emocionara muchísimo requería muchas plantaciones, no era únicamente tratar y ya, tenían muchas cosas que pensar, hacer y planear antes.

Y es lo que habían estado haciendo hace un par de días, pensando si la casa y era lo suficientemente grande, si ellos tenían la suficiente energía para dar la bienvenida a más pequeños y una infinidad de cosas más.

Además Pablo había hablado con su jefe acerca de lo que había ocurrido con su empleo de New York y como no le llenaba por estar extrañando demasiado a su familia y este pareció entender, obviamente estaba molesto al inicio, pero luego se puso en el lugar de Pablo y notó que él habría estado igual. El caso es que decidió retirarlo de la plantilla de personal de New York y ponerlo de vuelta en Argentina, donde si tenía su felicidad.

Eso generó una gran alegría en Pablo, quién había logrado quitarse la culpa que sentía por dejar su trabajo allá abandonado, ahora estaba transferido y eso lo aliviaba bastante.

[...]

Por su parte Marizza estaba algo más nerviosa en los temas personales que profesionales, profesionalmente estaba genial, su último disco vendía bastante bien y aunque no podía dar conciertos por diversas situaciones, sus canciones tenían muchas reproducciones en plataformas.

Eran los temas personales los que la agobiaban actualmente, el tema del futuro bebé le comenzaba a asustar, no era que no quisiera tener bebés, de hecho la idea la emocionaba, era que no pudiera lo que le daba miedo. Así que decidió hacer una cita en el doctor para ver si todos andaba bien, aunque sinceramente le daba terror lo que le pudieran decir, era consiente que tenia 28, casi 29 años y eso podría ser un poco más difícil que si hubiera querido embarazarse antes.

<<¿Le pido a Pablo que me acompañe o voy sola?>> era su duda desde el momento que le dieron la cita, la cuál era esa misma tarde.

Luego de mucho pensarlo, de estar días decidiendo si llevarlo o no, al fin se decidió.

—Creo que si se lo pediré —comentó Marizza a la pequeña niña que estaba comiendo sus cereales cómodamente frente a ella. —Al fin de cuentas le contaré lo que me digan, porque se trata de nuestra familia.

Cande solo observaba a Marizza y seguía comiendo, al fin de cuentas ella no sabía de qué hablaba.

—Ay chiquita, me da miedo que no pueda tener bebés—confesó—Si, está la adopción y estoy bien con ello, pero igualmente me dolería no poder engendrar, ¿sabes?.

Marizza sintió que parecía una loca al hablar sus problemas con una bebé que no la entendía en lo más mínimo, pero tenía que desahogarse.

[...]

Mientras tanto Pablo y Tomas estaban en el estudio, ya que Tomas tenía unos detalles de un disco de uno de los artistas del sello para el que trabajaba.

—Que bueno que hablaste con el jefe?—dijo Tomas.

—Por supuesto, no me pensaba quedar en casa sin hacer nada—dijo Pablo—Tenemos muchos gastos con la casa, las necesidades de Cande y las nuestras... más las futuras.

El modo en el que lo comentó llamó la atención de Tomas.

—¿las futuras?—preguntó. —¿A qué te refieres?.

Pablo dudo un segundo entre contarlo o no, ya que era algo que aún no estaba concretado.

—Si, pues en algún momento de nuestra vida Marizza y yo querremos tener hijos y eso no es barato, ya lo sabemos ambos.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora