capítulo 53

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Días después

Pablo y Marizza se encontraban en el estudio de grabacion, estaban sólo ellos pues habían llegado más temprano que Tomás, eso era raro, pero igualmente no le dieron mucha importancia que digamos, sus razones debe de tener.

—Ya tienes todas las letras que listas?—preguntó Pablo un poco seco a la chica.

La realidad es que Pablo llevaba varios días así se serio, seco, tajante, era algo que a Marizza le dolia, se estaba alejando de ella y de Cande, no sabía porque.

—Si, ya están listas, aunque estoy abierta a sugerencias para cambios en alguna cosa de la letra —respondió Marizza.

—Perfecto. Entra a la cabina para hacerte la prueba de sonido antes de que llegue el pelmazo de Tomás—su voz aún era tosca.

Marizza notó esto así que al caminar a la cabina le pasó la mano sutilmente por el hombro al chico, quién se rehusó al toque.

—No estoy para juegos, entra por favor—respondió.

La chica ingresó a la cabina sin decir nada más, se colocó los audífonos y se dispuso a hacer la prueba de sonido.

—¿Estás sentido porque te deje con las ganas ayer?—preguntó Marizza.

—Tanto como vos por no querer un hijo—atacó él.

—Anoche sí me dolió, no lo negaré, pero ya entendí y no pienso agarrarla con vos por algo que simplemente no querés. Ya me vengue ayer, hoy todo bien.

—¿Pensabas embarazarte importandote una mierda mi opinión, acaso?—preguntó él.

—¡Claro que no!. Yo no soy como las boluditas con las que te metias antes, yo no necesito "amarrate" en ningún sentido—dijo indigbada.—Sólo me dolió el ego y por eso te provoque ayer a la noche, pero se hubiera evitado si no te ibas a meter a mi cama, por cierto.

—¿Qué no me necesitas amarrar? Ay por favor, se ve que te encanta esto, te encanta jugar a la casita conmigo y una nena que no es tu hija.—dijo Pablo molesto.—Yo no soy tu marido, no porque nos hayamos acostado un par de veces quiere decir que  vamos a planear tiempos para agrandar la familia, porque realmente no lo somos.

Los ojos de Marizza se comenzaron a llenar de lágrimas, esas palabras y esa actitud la podría superar de cualquiera, menos de Pablo, quién ella estúpidamente pensó que ya era su pareja. Se sacó los audífonos y salió de la cabina.

—Se escucha perfectamente, cuando llegue Tomás me avisas para comenzar a grabar—dicho eso se alejó del joven.

—¿A dónde vas?—preguntó Pablo.

—Eso a ti no te incumbe, sólo importa que estaré para grabar —respondió seca y salió de la habitación.

Comenzó a caminar sin rumbo alguno, no sabía que más hacer, estaba muy estresada, se sentía como una estúpida. En esos momentos era cuando ella más extrañaba a Mia y Manuel, ellos la habrían escuchado y contenido, pero ya no estaban. Ahora debía buscar otra forma de llevar la situación.

Caminó hasta un parque y se sentó en una banquita para calmarse. Sacó su celular y comenzó a escuchar música eso usualmente la tranquilizaba. Al ver que esto no funcionaba y que aún tenía impulso por volver ahí y golpear a Pablo... Aunque ¿Por qué lo haría? Ella fue la que se idealizo al He-man trucho para algo más.

—Soy la reina se las boludas, la gran reina—dijo para si misma mientras secaba sus lágrimas. Comenzó a ver su galería encontrando cientos de fotos, varias de ellas con Mia, Manuel, Cande y Pablo, otras sólo de ella junto a los últimos dos.

—Nunca debí enamorarme de este circo, de esta fantasía de familia, fue mi error.—decía viendo la foto. Siguió moviendos fotos y en las más recientes se detuvo; Cande sonreía mientras ella la alzaba, Pablo estaba abrazandolas a ambas con una gran sonrisa en el rostro.—Andate a cagar, Bustamante!.—gritó y arrojó el celular lo más lejos que pudo.

Y fue así que decidió volver al estudio, pues Pablo ya no le podría marcar de necesitarla. Cuándo estaba por partir una mano se posó en su hombro;

—Amo las cosas gratis, pero no soy fan de que me las revoleen a la cabeza, sabés?.

Marizza sonrió al reconocer esa voz.

—¿Qué haces vos acá, me estás siguiendo acaso?—preguntó ella.

—No, lo que pasa es que vengo de ver a mi hermano y pues...

—Tío Marcos, vení—una nenita de 8 años más o menos llegó corriendo, al ver a su tío con una chica freno y puso cara seria—¿ y ella quién es?.

—Caro ella es Marizza, mi amiga—respondió Marcos.

La nena miró a su tío y sonrío con picardía.

—Así que Marizza, humm?—pregunto la nena.

Marcos comenzó a aclarar su garganta con obvia incomodidad, pero aún así Marizza no entendía, igual no le dió importancia suficiente quilombo traía ya.

—Marizza ella es Caro, mi sobrina—concluyó la presentación.

—Es un gusto Caro, y es un gusto verte de vuelta Marquitos, pero debo volver al trabajo, sólo tomé un descanso.—dijo ella. No quería ser mala, pero no estaba de humor.

—Toma, antes de que se me olvide darte el celu—dijo Marcos y se lo estiró.

—Wow, es muy lindo—dijo la nena mirando con ilusión el móvil.

Marizza vió la oportunidad perfecta.

—¿Te gusta? —le preguntó a la niña.

—Si, es muy bonito—respondió con inocencia.

—Toma, te lo regalo—dijo ella.

La niña no daba crédito a nada de eso.

—Lo decís enserio?—preguntó.

—Si, sólo borrale todo—dijo Marizza.

Le tendió el celular a la nena y ella lo tomó, pero justo cuándo lo tomó apareció la foto de identificación de llamada de Pablo, ellos junto a Cande en los columpios.

—Te llama tu... ¿Esposo?—dijo la niña dudando lo último.

Marizza notó la cara de ¿incomodidad? Que se le hizo a Marcos y volvió a ver el celular, luego colgó.

—Oh, no él no es mi esposo, es como mi jefe Y la bebé hermosa es nuestra ahijada. Es todo—dijo ella. —Ahora si debo irme a trabajar, de verdad.

—Y el celu?—preguntó Caro.

—Carolina, eso no se hace—dijo Marcos.

—Dejala Marcos—dijo Marizza riendo.—Le borraré mis cosas y te lo doy la próxima que nos veamos. Dile a tu tío que me llame para cuadrar— fue lo último y luego corrió al estudio.

Una vez Marizza estuvo lo suficientemente lejos la pequeña Caro volteó a ver a su tío y dijo; —Agradeceme después la cita.




























































































La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora