Capitulo 59

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Era de noche cuando tuvo su altercado con Marizza y había tenido que abandonar la casa, esto lo hizo por petición de ella y porque creía coherente el hecho de dejarles la casa a ellas, ya que es casa de Cande técnicamente y era muy tarde para que la atrabancada de Marizza tomara a la pequeña y se aventurara sola por las calles. Por suerte ambos seguían manteniendo los departamentos en los que habitaban antes de que toda esa locura comenzara. Así que sólo fue cuestión de hacer valijas, meterlas al auto y conducir a su antiguo departamento.

Al llegar tuvo que incomodar al portero al despertarlo y pedirle que le abriera su departamento, ya que él no llevaba juego de llaves del mismo actualmente. El hombre hizo caso a la petición de Pablo, ya que no quería despertar o incomodar a su madre, quién residía actualmente ahí, y una vez estuvo abierto este entro y se instaló de vuelta en su vieja casa.

Como era de esperar el ruido de las malearas rodando por el suelo y la heladera abriéndose con brusquedad despertó a la mujer, quién se sorprendió al ver a su hijo en casa a esas horas y con maletas en mano.

—¿Pablito, hijo? —preguntó la mujer medió adormilada.

—Siento despertarte madre, vuelve a la cama—dijo el chico.

Tal vez fuera el instinto de madre o ver a Pablo sacar una botella de la mini cava que poseían en casa, pero notó que algo estaba mal.

—Te haz peleado con Marizza, a que sí? —dijo la mujer.

—No, no he peleado. La he cagado espectacularmente —respondió él. —Me ha sacado de casa, tú dime si no sé ha molestado.

—Bien, cuéntame¿qué ha pasado?—dijo la mujer sentándose en el sofá de la sala.

—Estos días todo ha estado de la mierda.—comenzó él sentándose junto a su madre—Marizza anda de amiguita con el pediatra de Candela, ha tenido en la cabeza tener un bebé desde hace meses, pero hace unos días casi tratamos, tú sabes.—insinuó

—Me estás diciendo que ella te emborracho o algo así?–preguntó la mujer

—No, eso no, pero hace unos días casi que lo hacemos sin forro —aclaró.—y yo no quiero tener más niños a mi cargo.

—Bueno, por eso tanto drama?—preguntó la mujer—Sólo déjale que conozca al pediatra y asegúrate que él la quiera, que quiera a Cande y las respete a ambas. Tal vez él sea con quién Mari tenga que hacer una familia —soltó.

Pablo apretó las manos de forma involuntaria ante esa imagen mental. Él no quería que Marizza estuviera con él idiota de Marcos.

—No, claro que no. Marizza, Cande y yo somos una familia, ellas no lo necesitan a él —respondió.

—Mi amor, entendé que tú funcionaste un tiempo, pero ella quiere expandirse, quiere tener hijos propios y como claramente vos no querés y ella no te puede obligar, va a buscar a alguien más. Es natural—comentó Mora.

—Sabes qué? Me estoy muriendo de sueño, hablamos mañana—dijo el chico para luego levantarse del sillón e ir a su cuarto.

Mira sonrió con satisfacción, ella sabía que con sus palabras había logrado que algo le resonara a su hijo y con algo de suerte se daría cuenta de lo que estaba pasando.

[....]

Era raro, parecía que de momento ya deseaba despertar, como si hubiera algo que lo tenía eufórico la noche previa, cuando en realidad él recordaba que no hace mucho se durmió y estaba molesto.

Finalmente sintió su cuerpo reaccionar, era como si se oyeran ruidos no muy lejanos, el llanto de un bebé, vaya no llevaba ni una noche y ya extrañaba a Cande.

—Dale Pablo, despertate—Escucho la voz de su madre.

—Dale mamá, no hace mucho me vine a dormir—dijo dando la vuelta.

—Se te va a hacer tarde y sabes que no podemos ser impuntuales —advirtió.

—Mamá, déjame, no he tenido un buen día!—exclamó el chico.

—Bueno, me obligas a llamar a la artillería pesada—dijo la mujer.—Levántenlo—ordenó.

De repente sintió como una masa aplastaba la cama, como si hubieran saltado.

—¡Vamos, arriba. No seas flojo!—Escuchó a una niña.—¡Sé que nos escuchas!.

—¡Mami se va a enojar si no te apuras!—dijo un niño.

Pablo abrió los ojos y confirmó que había dos pequeños en la cama, una nena y un nene.

—Pues dile a tú mamá que no me importa —respondió el malhumorado.

—¡Ya va, sino quieres vamos a traer a mamá!—dijo la nena amenazante—Vamos Santi, vamos por mi tita para que lo regañe!.—ambos niños saltaron de la cama y corrieron fuera de la habitación.

Pablo se incorporó vió a su madre y le preguntó.

—¿Esos nenes quienes son?

—Vale, ¿vos te dormís 9 hrs y ya no reconoces a Cande y Santi?—dijo Mora. —Sos el padre del año!.

—¿Cómo que padre? —Se Alarmó.

En eso la puerta del cuarto se volvió a abrir dejando a una pequeña pelirroja, que traía a los dos nenes, entrar por ella.

—¿Ves Mami? Te dijimos que papá anda de perezoso y no quiere despertar—acusó el pequeño.

—Santi, vos ni hables que sos igual de flojo que tu padre. Solo que a ti te he levantado yo—respondió la chica. Se fue acercando a la cama para dejar a los niños de vuelta en ella. —En cuanto a vos—dijo viendo al ojiazul. —Hoy tenemos que llevar a los niños a la fiesta de Mati y prometiste que estaríamos desde temprano. Así que arriba!.—dicho eso sólo dejó un pequeño beso en los labios del chico y lo destapó.

Pablo no pudo abrir más lo ojos.



















































[....]













Creo que estuvo muy choto el capitulo, pero se me hizo padre que Pablo visualizara más o menos ese panorama y uno más que pondré mañana o el sábado🤐

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora