Capitulo Final.

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El tiempo pasó y se estaban adecuando a las visitas en el Hospital, las cuales eran cada 3er día, para que los pequeños tuvieran constancia en su convivencia con Marizza, pero no al grado de interferir con su recuperación.

Así pasaron tres semanas más, en las que le dolía en el alma dejar ir a sus tres seres amados, quedarse sola nuevamente en esa habitación toda seca e inhóspita, que solo parecía tener atisbos de ser tolerable cuando las risas de Pablo y Cande, los bostezos de Santi, sentir como se pegaba a ella para dormir, en esos días ella ya había forjado momentos lindos con su familia, es decir ya tenía momentos con Pablo y Cande, pero ahora que se había sumado Santiago, y ambos se habían recuperado de esa gran prueba que fue su accidente, la hacía valorar más los momentos.

En ese tiempo extra de recuperación que debía tener Marizza, Pablo aprovechó para junto a ella avanzar en el tema de la habitación del bebé y demás. Llevándole revistas para que dijera que comprar para la habitación, así él sólo se encargaba de comprarlo y pintar.

[...] Días después

El tiempo pasó volando a Marizza la dieron de alta, permitiéndole volver con su familia y aunque no estaba de ánimo para una fiesta tal cual, la familia si se reunió para darle la bienvenida.

Estaban todos reunidos en la sala simplemente tomando té y comiendo unas cuantas galletas que Mora había llevado.

Sonia, Franco y Mora sentados en un sofá, Marizza Y Pablo en el otro, Cande viendo sus caricaturas mientras Santiago dormía su siesta.

—Que bueno que ya estás en casa, Marizza—dijo Mora—Porque el pobre Pablito estaba como alma en pena sin Vos.

Marizza rió ante el comentario de su suegra.

—¡Mamá!—protestó Pablo cuál niño pequeño.

Aunque la elevación de voz del chico despertó al bebé. Marizza reaccionó rápidamente y tomó al pequeño en brazos para calmarlo.

—Te recuerdo que vuelve a haber un bebé que a la menor provocación llora, Pablo—dijo Marizza mientras volvía a su lugar original, pero ahora con el bebé.

—Lo siento, se me salió —dijo Pablo.

Sonia y Mora sólo rieron por el momento.

—Igual no le veo lo malo a que me extrañaras—dijo Marizza. —Lo qué pasamos no fue fácil y yo también te extrañaba a ti estando en el hospital.

Pablo se acomodó mejor para poder "robarle un beso" a Marizza, lo que la hizo sonreír.

—Este tiempo no fue lo que esperaba, cuando imaginaba el parto de Santi pensaba que me despertarías una noche diciendo que tenías los dolores, iríamos al hospital y ahí yo podría estar cuando dieras a luz, para después volver todos juntos a casa—dijo Pablo.

Marizza solamente bajo la mirada al recordar cómo se había dado todo.

—Yo también quería algo así, pero pues no se pudo—dijo Marizza—El lado bueno es que Santi está bien, yo estoy bien y podemos estar todos así, juntos otra vez.

El ambiente parecía querer ponerse lúgubre otra vez, así que Marizza hizo una broma para aligerar.

—Igual si lo que quieres es que te despierte en la noche, pues hoy en la madrugada te despierto gritando—dijo Marizza.

Pablo le sonrió.

—No gracias, hoy prefiero dormir la noche entera abrazándote como antes, extraño mucho eso—dijo Pablo.

Franco solo los observo y sin querer pensó en voz alta.

—Ella estaría feliz.

Marizza no pudo evitar recordar su "sueño".

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora