Capítulo 54

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Una vez que Marizza volvió al estudio trató de ser los más profesional posible, hablaría cordialmente con Tomás y Pablo, por más que estuviera sentida con este último.

—¡Vaya nena, tardas media vida en responder!. —reprendió Pablo.

—Lo lamento, Pablo. —Respondió siemplemente.

Pablo y Tomás se sorprendieron de que la chica les respondiera tan tranquila y sin querer agarrarse a piñas.

—¿Para que saliste, loquita? —preguntó Tomás.

—Necesitaba un momento de paz, me he estresado bastante—dijo ella tranquila.

—Y aparentemente te funcionó—mencionó Tomás sonriendo.

Pablo analizó el momento e irónicamente se extrañó aún más de ver lo bien que estaba la dinámica de Marizza y Tomás.

—¡Bueno ya, luego se toman un tereré para charlar tranquilos. Ahora debemos grabar.—dijo Pablo.

Marizza sintió el impulso de responder como ella sabe, pero la verdad es que no le veía razón. Ya no peleará con él, no lo vale.

Ingresó a la cabina, se colocó los audífonos e hizo la seña de estar lista. Así fue como entre los tres empezaron a grabar un tema más. Ellos eran buen equipo, al menos para eso.

[...]

Luego de varias tomas se logró que el tema saliera tal como querían, claro entre desacuerdos y mil cosas más, en las cuáles ella debatió sólo en lo más minino.

—¡Terminamos!—festejó Tomás.

Marizza se sacó los audífonos y los dejó de vuelta sobre el micrófono, salió de la cabina y se colocó junto a los chicos.

—¿Ya nos podemos ir a casa?—dijo Marizza.

—Esperame, tengo que arreglar unas cosas.—dijo Pablo.

—Tus cosas van a tardar, yo me voy a ir a la casa, ya no quiero que Cande este sola más tiempo. Me voy a adelantar —dijo Marizza.

—Vinimos en mi coche—dijo Pablo, creyendo que así iba a lograr que ella se quedará junto él.

—Notición; Existen los taxis—dijo Marizza. La chica comenzó a caminar a la puerta y simplemente salió de ahí.

Tomás, que presenció ese incómodo momento, no pudo evitar preguntar.

—Te peleaste con ella?

—Si, anda de dramática nada más—respondió él.

—Yo no la vi Dramática, yo la vi molesta. Realmente molesta.—dijo Tomás.

Pablo no le tomó mucha importancia, en realidad no le vió relevancia al asunto.

—Andas paranoico —dijo Pablo.

El comenzó a hacer sus cosas y no volvió a tocar el tema con Tomás. Estaba tan absuelto en sus asuntos y siemplemente ya no se enfocó en eso.


Por su parte Marizza llegó al departamento, despidió amablemente a Annie quién le estaba ayudando, como siempre, con la bebé. Una vez que le pagó la pequeña, la niña salió rumbo a casa y la muchacha se encargó de su pequeña sobrina.

—Ven chiquita, vamos a que te cambies y de ahí nos vamos a la camita, ¿Vale?—dijo Marizza.

La bebé se acurrucó en el pecho de Marizza y trató de dormirse en esa pose.

—Perdóname princesa, pero yo ya no puedo, no puedo seguir conviviendo con tu tío. Estos problemas son mucho para mi en este momento.—le dijo a la bebé.—Yo me iría, pero estás tú y no te voy a dejar. Así como tampoco te puedo pedir que te alejes de tu tío, se quieren mucho.

Marizza le dejó un beso en la cabeza a la niña.

—Me voy a aguantar lo más posible por ti,pero si tu tío me harta... Yo no respondo. Creo que todo esto me mostró en más de un sentido que lo que yo pensaba jamás va a ocurrir.

Marizza tomó una foto de Mía y Manuel que tenía a su alcance y dijo:

—Lamento fallarles a ambos. Esto es mucho para nosotros, es mucho para mi.—Inconscientemente una lágrima le resbaló por la mejilla y salpicó la foto.














































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Sé que me tarde una vida completa en actualizar, pero no tenía ni tiempo, ideas y\o estabilidad como para seguir.

Ahora estoy actualizando porque tuve una reunión familiar y estoy encerrada en un cuarto con mis primos con un vínculo bien vrgs. Todos en el cel😂

Espero les haya gustado.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora