Capitulo 66

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Al fin cayó la noche en la mágica cuidad de New York, Pablo por fin había terminado su jornada de trabajo y ya se encontraba simplemente guardando sus cosas para poder retirarse. Su computadora estaba sobre su escritorio  y aún lado de este estaba la última foto que Mia había sacado de él junto a Marizza y Cande. Acompañada también por un porta retratos de

—Señor Bustamante, antes de que se vaya, ¿podría firmar estás formas? —preguntó Micaela, su secretaria. La mujer entró a la oficina y comenzó a acercarse a él mientras meneaba sus caderas lentamente.

Se posición sobre el escrito y tendió los papeles al rubio. Pablo se apresuró a firmar, no sin antes leer, eran simples nóminas, y se la tendió de vuelta a la chica, quién por querer rozar la mano de su jefe al tomar los papeles, golpeó con el codo la foto, tirándola el suelo y rompiendo su marco.

—¡Limpia eso!—gritó Pablo haciendo que el aire de coquetería de la joven desapareciera y en su lugar se viera temor en su mirada.

—Lo siento, señor. Aunque sólo ha sido una foto, que no pasa nada —dijo la chica. Se agachó, recogió sólo la imagen y la dejó sobre el mueble del jefe.

Sólo con la foto así de cerca pudo notar que uno de los vidrios había atravesado la imagen, estaba cortado Justo en su lugar, dejándolo algo separado de Marizza y Cande.

—Vos arruinaste la única foto que traje de mi familia y decís que no es nada!?. —dijo molesto. Trató de respirar y calmarse.—Es que no me puedo ir para casa y sacarles una nueva porque no están más. Enténdeme, por favor.

Se levantó de su sitio, tomó su computadora y miró a la chica una última vez.

—Búscale un cuadro, yo veré si puedo arreglar la foto.

Una vez dada esa instrucción salió de la oficina para ir a su departamento, había sido un día pesado. Todo el trayecto tuvo la imagen rota en el asiento del copiloto.

<<Necesito alguien con quien hablar, sacar toda la bronca que tengo oprimida>>

[...]

Una vez que llegó a su casa bajó del auto, no sin antes tomar la fotografía y se adentró al departamento. Se dispuso a cenar y ponerse la pijama, quizá sea tonto, pero aún no estaba del todo adecuado a el silencio del departamento, así que prendió el televisor y puso el canal infantil, para su suerte estaba una de las caricaturas que Cande siempre veía. Eso hizo que la añoranza volviera y le recordara de reparar la foto.

La colocó sobre la mesita y comenzó a buscar la manera de unirla correctamente para después ponerle masking tape. En un arranque de locura de media noche se le ocurrió sacar su computadora y conectarse.

Extrañaba a sus loquitas.

Inicio una video llamada desde su computadora al celular de Marizza, esperando encontrar a ambas lúcidas para poder hablarse un momento y recordaba que Cande a esas horas suele despertar.

Espero y a los pocos minutos, la cámara del otro dispositivo se activó.

—Buenas noches, Pablo.—dijo Marcos en tono bajo, como susurrando.

El ojiazul trató de enfocar correctamente, tal vez estaba alucinando, no había manera que Marcos estuviese en su casa!.

—Buenas noches, doctor Aguilar—dijo seriamente.—¿Me permitiría hablar con Marizza?.

—Lo haría, pero has llamado a mala hora, está dormida al igual que la bebé. —respondió el médico. Marcos movió un poco la computadora revelando así a Marizza y Cande ambas abrazadas y descansando, junto a él, en el sofá cama de la sala.

Pablo sintió ardor en la boca del estómago de sólo ver esa escena, de ver la serenidad en la cara de Marizza y la media sonrisita de Cande.

<<Ese serías vos, pero sos un boludo>> se dijo a sí mismo.

—Aunque si es muy urgente lo que le debas decir a Marizza la puedo despertar. Sólo que a la bebé no, nos cuesta mucho que concilie el sueño últimamente.

Pablo se forzó a ser cordial con el chico, ya que aunque le doliera admitirlo, no se oía malicia o superioridad en su voz al hablarle. Él también las quería.

—No, vos no te preocupes, yo les hablo mañana a una hora más decente, ahora déjales dormir tranquilas. Buenas noches.

—Buenas noches.

Una vez dicho eso cortaron la llamada.

—¡Estúpido!, ¡mil veces estúpido!—gritó enojado al momento que daba una patada en la pila de cajas sin empacar. El impacto generó que una de las tapas botara y revelara lo que tenía dentro...

Era la bendita caja de los CD's que Mía y Manu dejaron. Al menos algo bueno salía, volvería a ver y escuchar a sus mejores amigos.


















😎☀️☀️☀️☀️☀️☀️

¡Los CD's siguen aquí, gente!.

Quiero aclarar que Marcos no es un mal pibe, he notado que comentan así como "ash, sólo estorba" y no, Marcos es un buen chico que está enamorado. Además adora a Cande.

Se que es corto, pero hoy tuve que perder mi dignidad por algo, y tarde 6hrs o más solo en planear dicha humillación. Ténganme paciencia.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora