Capítulo 13

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En un primer momento el beso fue dulce, inofensivo y hasta se podría pensar que dado con miedo. Un miedo inmenso por parte de ambos, miedo a que el otro lo rechazara, miedo a que los apartaran con asco. Tal vez era algo exagerado, pero ellos se odiaban mutuamente, pasaron años diciendo a sus amigos, sus familiares, una y otra vez que entre ellos JAMÁS pasaría algo como lo que ellos querian que pasara.

¿Y ahora?

Ahí estaban, aumentando cada vez más la frecuencia e intensidad con que los besos eran dados y respondidos.

Marizza dudó un poco antes de poner sus brazos alrededor de la nuca de Pablo, era algo que verdaderamente le asustaba, pero finalmente lo hizo y atajó a Pablo más hacía ella.

Eso le dio luz verde a Pablo para hacer el beso más profundo e intenso, colocó sus manos en la cintura de Marizza y la apretó más contra su cuerpo.

Pablo se animó y lamió los labios de Marizza un poco, como pidiendo permiso, parece que ella entendió porqué entre abrió los labios, dejando que él introdujera su lengua.

Marizza sentía que las piernas le eran de gelatina, que en cualquier momento iba a flaquear, pero aún así, no le importó y siguió disfrutando los besos que estaba compartiendo con Pablo.

Aún en medio de el mar de hormonas y sensaciones que los estaba invadiendo en ese momento fueron capaces de oir la risita de Cande.

Marizza volteó a donde se encontraba su sobrinita y se dió cuenta que la nena estaba riendo y aplaudiendo.

-Pablo, mirá a la nena -le dijo al chico.

-Igual de Fangirl que la madre -comentó él.

Pablo aprovechó la rotura del beso para desplazar sus besos desde los labios hasta el cuello de Marizza.

Ella comenzó a soltar una risita.

-Pára, enfrente de Cande no-trataba de hablar, pero la risa era mayor.

Pablo se quedó concentrado en un sólo punto de su cuello y eso hizo que Marizza soltara un quejido.

Marizza le dió un pequeño tirón a Pablo para separarlo de su cuello y besarlo de vuelta en los labios.

-Vamos a la otra habitación-pidió Pablo, luego la volvió a besar.

Marizza no tuvo momento de responder, con palabras al menos, ya que él comenzó a jalarla de la cintura mientras avanzaban a tientas hasta la recámara.

Recién entraron al cuarto Marizza le sacó la polera a Pablo y la lanzó a alguna parte del cuarto, él la recosto en la cama, él se quedó sobre de ella, pero eso a ella no le molestó.

Ella se adaptó a la posición en la que estaba y siguió besando a Pablo mientras jugaba con su cabello.

Marizza enredó las piernas cerca de la cadera de él, Pablo, obviamente, no desaprovechó eso y comenzó a acariciar las con una mano.

Pablo comenzó a introducir su mano bajo la blusa de Marizza, dejando a sus dedos conocer las curvas que ella poseía y él desconocía.

-¿En que momento se te formaron?-preguntó en joda, aunque, con la voz ronca.

-Cállate tarado -respondió ella riendo.

Ambos sonrieron y se volvieron a perder en sus besos y caricias por un instante...

Luego escucharon algo.

-¡Ya volvimos! -anunció Mia desde la planta baja.

Marizza y Pablo se separaron de golpe.

-¡Mierda! ¡Llegaron!-susurró Marizza.

Pablo se quitó rápidamente de la cama y buscó su playera para ponersela de vuelta.

Marizza se levantó también, ella aún llevaba todo puesto, pero igual se aseguró. Y ambos salieron rápidamente hacía la habitación en la que estaba Cande.

Pablo la alzó en brazos y le dijo:

-Vos no sabés nada, ¿entendiste?.

Cande sólo rió y aplaudió de vuelta.

-Serás nuestra confidente.

Así los tres bajaron a donde estaban Mia y Manu.

-¡Ahí está mi princesa!-dijo Manuel feliz al ver a la bebé.

Pablo le entregó a la bebé a Manuel.

-La pasaron rico esta noche, ¿cierto?-comentó Mia.

Marizza comenzó a pensar en algo.

-Si lo decís por la cena, es que yo tenía algo que decirle a Pablo y pues... Para suavizar el golpe, le hice la cena.

-Ah, Mirá vos... -dijo Manuel. -Pues parece que funcionó.

Marizza asintió y dijo:

-Si, parece que sí. Bueno, yo ya me voy a mi departamento, porque me muero de sueño.

-Ella tiene razón, yo también me voy, nos vemos mañana!-dijo Pablo.

Ambos abrazaron a sus amigos...

-Marizza, esta bien que seas medio ordinaria y camionerita, pero ... usar la loción de Pablo, ya es mucho -dijo Mia.

Pablo y Marizza se medio tensaron.

-Lo que pasa es que hoy a la noche nos estábamos peleando y este imbécil me repelido con su loción, por eso huelo-dijo Marizza.

-Uy, si, perdón por eso loquita -dijo Pablo.

-No hay problema, ya se que sos un tarado. -dijo Marizza.-Bueno ahora sí, me voy.

Marizza salió de la casa.

-Odio decir esto, pero ella tiene razón, yo me voy igual, estoy re cansado -dijo Pablo. -Nos vemos.

Él salió igual.

























La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora