La Vida Como La Conocemos(Pablizza). [SIN EDITAR]

Capítulo 48

[...]

Pasados unos minutos o probablemente horas, eso no era muy claro aún para los presentes. Marizza habló nuevamente.

—Enserio lamento el espectáculo que presenciaron, no saben como lo siento, este debía ser un momento feliz, debía ser la reunión de bienvenida para Mora, pero... Bueno, algunos de ustedes saben ya que yo nunca he tenido una buena relación con mi suegro, y los que no lo sabían ahora ya lo hacen.

—Yo también me quiero disculpar, sé que esa no era una situación que ustedes, quiénes son ajenos a las familias Colucci-Rey y Bustamente, en verdad lamento eso.

—Tranquilo Hermano, todo bien—dijo Tomás —Esto sirvió para saber que tu esposa es, verdaderamente, de armas tomar.

Marizza y Pablo rieron ante la broma.

—¿Lo dudabas?—le preguntó Sonia al chico—mi hija siempre a sido de esa manera, desde que era pequeña.

—Mi Pablito también, ambos siempre han sido muy valientes y juntos son más fuertes —dijo Mora—Y por defenderse... Bueno, eso ya lo vieron.

Todos en la mesa rieron.

—Bueno, fue una cena interesante —dijo Sonia soltando una risita —Pero creo que ya es hora de retirarnos

Todos se pusieron de pie y comenzaron las despedidas, Ya era tarde y debían descansar.

—Buenas noches, Princesa —le dijo Sonia a la bebé, quién ya se veía cansada —Nos vemos hijita mía. Me dió gusto verte tan fuerte junto a tu novio.

—Nos vemos Mamá, me dió un gusto verte!—dijo la chica a su madre.

Franco avanzó hasta Sonia y Marizza acompañado de Pablo y una vez juntos, los abrazó. Marizza se extraño, pero respondió el abrazo.

—No saben lo feliz que estoy de que ustedes dos, los nenitos rebeldes y revoltosos estén con Cande. Mia y Manu no pudieron elegir mejores padrinos, son muy buenos padres —les dijo a los chicos.

El abrazo se rompió y unos instantes después Sonia y Franco se retiraron. Marizza hizo lo posible para que las lágrimas que se estaban acumulando en sus ojos no se notaran.

—Se va el alma de la fiesta—dijo Tomás llegando acompañado de su familia para despedirse.

Mientras su padre se despedía de Pablo él miraba atento a Marizza, el niño notó sus ojos llenos de lágrimas.

—Tía, ¿Estás bien?—preguntó el niño.

Eso hizo que Pablo prestará atención a su novia y vió que, efectivamente, parecía que iba a llorar.

—No es nada, no te preocupes pequeño —dijo la chica sonriendole al niño.

El chiquillo alzó sus brazos para que Marizza lo alzara, así que Pablo tomó a Cande para que la joven alzara a Mateo y ella así lo hizo.

—¿Estás tiste?, ¿es pol ese homble malo que les glito?—preguntó el niño.

Marizza negó con la cabeza y apretó un poquito al nene contra si misma, ella amaba a ese pequeño. Mateo giró un poco su cabeza y dejó dos besos en la mejilla de su tía. Eso la hizo reír.

—Uy, que lindo beso!.—le dijo la chica.

Ella igualmente le dió un beso al nene.

—¿Sabes que te amo, verdad pequeño?—le preguntó. —Cande y vos son dos lucesitas en mi vida.

Mateo sonrió y asintió.

—Y tú? —preguntó Pilar. Marizza hizo una expresión debido a su confusión, entonces Pilar continuó —¿Deseas tener a tu propia lucesita?

Esa pregunta sorprendió a Marizza y Pablo.

—Yo creo que nos vamos llendo, ¿no?—dijo Tomás al ver el sonrojo que la pregunta de su esposa provocó en la peliroja.

Pilar tomó a Mateo de los brazos de Marizza y este simplemente le lanzó un beso a su tía para luego ser llevado por sus padres hacía la salida.

<<¿Deseas tu propia lucesita?>>

Las palabras de Pilar taladraban los oídos de ambos.

—Hijo, yo...—Mora los saco del trance.

—¿Qué pasa, mamá?—preguntó Pablo algo desorbitado.

—Lo que pasa es que yo... Yo ya me voy—dijo Mora.

—No, no, claro que no. Oiste a Sergio, no te quiere más en su casa y en la calle no vas a andar, vos te quedas aquí.—dijo Marizza.

—No, no es correcto, ustedes seguramente quieren sus privacidad—dijo Mora.

Marizza se sonrojo. Pareca que hoy su familia estaba empeñada en hablar de su vida privada.

—Hmm... Puedes quedarte con mi departamento, yo ya no lo uso desde que...
.—el chico hizo una pausa.—desde la muerte de Mia y Manuel

Mora se asombró.

—Mia y Manuel...?—la voz se le quebró.

Es así como Mora, Marizza, Cande y Pablo avanzaron hasta el sofá, se sentaron y la pareja le comenzó a relatar a Mora todo lo que vivieron, bueno quizás no todo, hasta llegar a ese momento.

—¿Cande es hija de Mia y Manu?—preguntó Mora. Ellos asintieron, Marizza se refugió en Pablo, las ganas de llorar le estaban volviendo, aún dolía hablar de eso. Mora se percató de esto y tomó la mano de la chica —No te pongas mal, no es su culpa.

Pablo soltó a Marizza porque su madre ahora parecía querer tenerla cerca.

—Ven cariño, ven—dijo la mujer acercándose a Marizza y Cande para abrazarlas.

Una vez que ella estaba en brazos de Mora se soltó a llorar.

—Me da miedo  no ser buena en esto, aveces no se que hacer, no sé si estoy haciendo bien, no nunca había tenido que hacer nada como esto y de la noche a la mañana tenía a mi cargo una bebé —dijo Marizza, ella estiró la mano buscando la de Pablo y el la entrelazó —Lo bueo es que él ha sido mi soporte, no se que habría sido no hubiesen puesto su nombre también.

Mora le sonrió a su hijo.

—Mari, mi niña—Mora acariciaba el cabello de la chica —Sé que yo quizás no sepa muy bien lo que te pasa o como te sientes al estar en una situación como ésta, pero lo que tengo muy claro es que —hizo que Marizza se separara de ella y una vez que ella se acomodó cerca de Pablo dijo—Lo están haciendo bien, se ve que aman a Cande y ella a ustedes. Son muy buenos padres y se que Mia y Manu están felices de ver la manera en la que ambos llevan las cosas y como cuidan a su hija.

Cande no entendía nada, sólo chupaba su pulgar tratando de distraerse con algo.

—Espero que tengas razón, de verdad quiero cumplir satisfactoriamente su voluntad—dijo ella. Cargo a Cande y la puse entre ella y Pablo.

—Sos una gran Mamá, eso es seguro—dijo Mora

Marizza y Pablo besaron tiernamente la cabeza de la niña.

—Vamos a ser los mejores Padres posibles—le dijo Pablo a la niña.

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Este lo escribí junto con el anterior, pero lo corté porque pos lo quise cortar

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