Capitulo 77

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Era de noche, y el clima de Buenos Aires parecía haber enloquecido, ya que comenzó a caer una lluvia que, aunque no era torrencial, fue lo suficientemente fuerte para que Maritza, Pablo y Cande quedaran atrapados en casa de Sonia y Franco, ya que no los querían exponer.

La tormenta imposibilitó a varios de volver a casa, unos por no tener transporte y otro por no querer exponerse a manejar con una tormenta como esa ocurriendo, quizá no era mortal, pero no querían arriesgarse.

—Enserio, podemos irnos a casa —dijo Marizza tratando de convencer a su madre de que los dejara.

—De eso nada, se soltó la lluvia y es peligroso que vayan a tomar camino con este clima y llevando a la pequeña—dijo Sonia.

—Apoyo a tu madre, es mejor que se queden. Yo diría que hasta Mora debería quedarse, no hay que exponerla a ir sola en el Remís —dijo Franco—Al igual que sus amigos Tomas y Pilar, ellos también tienen a Mati y ahora a un nuevo bebito en camino, así que es prudente.

Ella entendía en cierta medida que ellos no los quisieran exponer, creo que si algo aunque sea mínimo ocurriera esa noche, su madre y Franco se sentirían fatal.

—Está bien—accedió Marizza. Eso provocó alegría en su madre—Tienes suerte que le empaque pañales y ropita, porque sino sería un problema.

Sonia se apresuró a ir a buscar a alguien del servicio, para pedirle que le ayudara preparando dos habitaciones, ya que visitas se iban a quedar.

Marizza con cierta resignación se fue a buscar a Pablo y Mora, quiénes estaban junto con Cande en la sala viendo sus caricaturas.

—Mi madre no nos quiere dejar volver a casa con este clima, ¿les molestaría quedarnos? —dijo Marizza—Por su paz y salud de Cande, ya que el frío le hará daño.

—Por mi no hay problem, pequeña —dijo Mora.

—Por mi tampoco, ya es muy tarde y hace mucho frío para sacar a Cande, así que creo que es lo mejor —concordó Pablo.

[...]

Para ese punto Cande ya estaba un poco irritable por el sueño que la estaba comenzando a invadir, por lo que Marizza empezó su típica rutina.

—Voy a cambiar a la nena, le pondré algo más calientito para dormir —aviso Marizza.

Tomó a la pequeña y se dirigió a la habitación que su madre le había asignado, para así poder preparar a Cande y prepararse ella para ir a dormir.

Comenzó a buscar la ropa en su pañelera, pero la pequeña lucia muy inquieta, tal vez no estaba acostumbrada a estar tanto fuera de casa...

¿Los niños resentían esas cosas? En realidad no lo sabía muy bien

—Mira lo que tu madre me acaba de entregar—dijo Pablo entrando en la habitación.

Él se adentró hasta llegar al pequeño estéreo que había ahí y repentinamente comenzó a soñar una melodía que ambos conocían.

Estar seguro és venderte en cuotas
Armarle una muralla al corazón
Dejar que te licue la pasión
Estar seguro és eso

Ni bien Marizza escuchó la voz de Manuel su garganta comenzó a sentir un nudo. Pablo se apresuró y la tomó por la cintura, segundos antes de que su parte comenzara.

Estar seguro és sentirlo tibio
Jamás quedarte en carne viva
Donde no hay incendios no hay heridas
Mal heridas.

Pablo cantó a la par que su voz en el CD, lo cual provocó que la piel de Marizza se erizara...

Jamás tendrás un gran amor
Pero estarás tranquilo
Te sentirás seguro
Y dormirás sin sueños

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora