Capitulo 56

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Pablo trató durante mucho tiempo de conciliar el sueño, pero lastimosamente no lo conseguía. Giraba y giraba en la cama y ni así podía lograr que el sueño se apoderara de él. Era como si su mente hubiese elegido ese exacto momento para pasarle factura de todas las cagadas que se había mandado en ese día, bueno en esos días, porque siendo brutalmente honestos su comportamiento era una mierda desde hace ya bastante.

Sus palabras en estos días habían sido brutalmente hirientes, se había expresado mal de Maritza, su amiga de toda la vida, su loquita favorita, una de las pocas personas que siempre han estado para él y de Cande, su Cande. La Bebé las hermosas, adorable e importante que, probablemente, conocería en toda su vida. Se había expresado mal de su familia.
No quería lastimarlas, realmente no quería hacerlo, pero parece que eso era algo que estaba fuera de su control, ya que por más que él trató de no cagarla, parecía que era lo único para lo que si era jodidamente bueno.

—Estúpido, espúpido. Soy un total estúpido—dijo el chico lanzando una almohada con fuerza contra la pared.

Mientras tanto en la habitación de Marizza:

La  chica estaba un poco más tranquila que su joven ... ¿Roommate?. Ella igualmente estaba despierta, pero ella se encontraba con un cuaderno entre sus manos, tratando de encontrar en la escritura la manera de desahogarse de tantos malos momentos que estaba pasando últimamente.

La vida es hermosa, aveces también un poco tormentosa, pero en ello radica la belleza de la misma, ¿no es verdad?. Puede ser tranquila y hermosa como la marea, ¡Que hermosa vista nos da ella!. Aunque también se transforma en ocasiones así como lo hace la marea cuando comienza la tormenta. Eso mismo que antes nos resultaba hermoso, de un momento a otro se torna desastroso.

¡Bienvenido a la orilla! ¿Listo para volver al agua?.

Luego de terminar ese mini escrito que, realmente no le parecía funcional como letra de canción, pero al menos funcionó para desahogarse, para expresar lo que estaba pensando en ese momento. Expresar lo mierda que estaba siendo su vida en este punto.

—Han sido días de mierda, pero ya verás que las cosas van a mejorar. —dijo volteando a ver a la bebé que reposaba en la cuna junto a la cama— Mañana vamos a salir, así que debemos dormir ahora, sino seremos unos zombies mañana y tú tendrás una bolita de malhumor.

Se levantó de la cama, dejó su cuaderno en el buró junto a la cama y después fue a darle un beso a la pequeña, para posteriormente ir de vuelta y a meterse en las mantas.

Tal vez la noche podría aclarar las cosas para ellos o quizá sólo tranquilarlos para que no se llegaran a cometer las tonterías que, la ira o el dolor, causarían.

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En la mañana Pablo se despertó tal como a él le solía encantar, solo en su cama con un gran y esponjoso edredón cubriendo su cuerpo. Aunque por alguna razón esa mañana en específico él no hizo pella para quedarse en la cama, lo único que quería era salir de las cobijas e ir a la cocina. Ya que su estómago le indicaba que tenía hambre, así que bajo esperando que en la cocina, como todos las mañanas estuvieran Marizza y Cande listas para desayunar junto a él.

Al bajar se encontró con Marizza sosteniendo las manitas de Cande para que ella tratase de caminar, ya que desde esa vez que se lo intentó no había quitado el dedo del renglón, unos días más tarde el accidente.

–Vamos Cande, un pasito. Sólo uno sólo uno –decía la chica a la pequeña.

–¿Algún avance? –preguntó el chico.

–En realidad, no mucho. Aún no quiere dar pasos sola–respondió Marizza.

—Trata de soltarla, tal vez así se incentive —dijo Pablo.

—Gracias por tus consejos revolucionarios, Bustamante —Mencionó ella con sarcástica.

La tetera sonó. Marizza alzó a la bebé y tomó su bolsa de la barra de la cocina.

—Ya está el té. —le informó Marizza a Pablo. Comenzó a caminar en dirección a la puerta.

—¿Dónde vas?—preguntó Pablo.

—Vuelvo en la noche. No te preocupes, voy a cuidar a Cande—dijo Marizza y salió sin importarle nada.

Pablo se quedó ahí, de pie frente a la barra de la cocina, sin saber cómo reaccionar ante lo que acaba de pasarle.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora