Capítulo 45

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A la mañana siguiente, cuando Marizza despertó se dió cuenta que le era imposible moverse. Estaba inmovilizada de la cintura, en ese momento fue que recordó que Pablo había pasado la noche ahí.

La chica sonrió ampliamente y se refugió a un más en los brazos del joven, dejó que su calor la envolviera y la ayudara a sumergirse de vuelta en el sueño, cuando lo estaba logrando...

Cande lloró.

Marizza tuvo que romper el abrazo y levantarse de la cama para ir a levantar a su sobrina que estaba en la cuna junto a ellos.

—¿Qué tenés bebita linda? —preguntó ella.—¿Tenés hambre?, ¿Querés que te cambie?.

La chica ingresó con la bebita en el baño y reviso que todo estuviera bien, que no trajera sucio su pañal o algo así.

Ella acomodó a la bebé para poder revisar su pañal, quería asegurarse que no era esa la razón del llanto de la niña, fue casi de inmediato que noto que, efectivamente, necesitaba un cambio de pañal. Así que tomó un pañal del mueble del baño y se lo colocó a la bebé, logrando que ella se calmara y dejara de llorar.

—¿Ya estás más cómoda, princesa?—preguntó Marizza a la niña y está sonrió. La chica tomó a la bebé y la sacó del baño para regresarla a la habitación.

Cande bostezo y se tallo los ojos.

—¿Tenés sueño? ¿Querés volver a dormir?—preguntó a la niña. Por instinto ambas voltearon a ver a la cama, donde Pablo estaba aún dormido. —¿Lo despertamos?.

Cande y Marizza compartieron, muy a su manera, unas miraditas complices antes de que la joven saltara a la cama, cuidando a la niña.

—Pablo, ya salió el sol, debes despertar—dijo Marizza.

—Mmmh—se quejó Pablo—déjame dormir.

—Nop, ya es hora de despertar—dijo ella.

Marizza se acostó de vuelta, pero esta vez dejando a Cande recostada entre Pablo y ella. La bebé le tocó la cara a su tío mientras la joven le daba un pequeño beso en los labios.

—Levantate, muñequito. Enserio—dijo Marizza separándose del beso.

—¿Si me tardó más, me besas de vuelta?—preguntó Pablo aún con los ojos cerrados.

Marizza rió por esto.

—¿Cómo ves Cande? ¿Crees que el tío merece otro besito? —le preguntó Marizza a la bebé.

Candela aplaudió y soltó una risita.

—Eso para mi es un "Si, es más merece muchos."—descifro Pablo.

Marizza se le volvió a acercar a Pablo, de manera cuidadosa para no lastimar a Cande, para darle un largo beso, luego mordió suavemente el labio del chico, provocando que este soltara un leve quejido.

—Hmmm, no empieces algo que no terminaras, Andrade—dijo Pablo.

Justo cuando Marizza iba a responder sonó el celular de Pablo, provocando que, de mala gana, el chico se estirara a tomarlo.

<<—Aló...?
—Pablo, ¿dónde estás?.
—En mi casa, ¿por qué?
—¿Estás con tu mujer, no?
—Si, Marizza está conmigo
—¿Puedes traerla al estudio?
—¿Para?
—Un amigo mío escuchó su pista y le encantó, quiere conocerla, para que se presente en un evento.
—Mirá vos, ya andas promocionando a mi novia...

Pablo se congeló luego de utilizar esa palabra, más que nada por la mirada de Marizza, no sabía si era de sorpresa o de incomodidad.

<<—¡Hey, che!.
—Eh, si, yo le digo.
—De verdad espero que Marizza acepte, sería una buena oportunidad para ella.
—Yo hablaré con ella. Nos vemos.

Pablo colgó la llamada y dejó el celular en la encimera nuevamente. Él miró atento la escena que Marizza y Cande estaban protagonizando:

Marizza estaba alzando a Cande y le daba miles de besitos en su pancita, lo que provocaba la risa de la bebé. Una vez que la chica se percató de la mirada de Pablo, hablo

—Así que... ¿soy tu novia? O ¿lo haz dicho solo porque Tomás y Pilar lo piensan de esa manera?.

—Lo he dicho porque es lo que quiero—respondió Pablo.






























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Sé que me tardé media vida, pero es porque no tenía nada de tiempo, por cosas del colegio, pero... Recorde que esto es algo que ya tenía pre-escrito.








La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora