Capítulo 25

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Los días pasaron de manera muy esporádica, los días a anteriores a al funeral de Mia y Manu pasaron realmente rápido. De hecho en ese momento estaban en una especia de "comida" tras el funeral, una pequeña reunión que organizó Sonia, en casa de Mia y Manu...

Marizza y Pablo... Bueno, de quién sea.

En la reunión estaban: Los vecinos de Mia y Manu, los amigos de Manu del trabajo, los amigos de Mia, gente que trabajaba en la empresa y le tomó cariño a la pareja.

—Qué mal lo que les pasó -dijo Vico.

—Sí, eran re jóvenes —dijo Luna.—a todo esto, ¿alguien sabe que pasará con la nena? —preguntó.

—¿No te enteraste? Se la dejaron a sus amigos. La chica loquita y el rubio este súper sexy —dijo Vico.

Marizza justamente iba llegando hasta ellos para saludarlos, cosa que ya había hecho con todos los otros.

—Qué bajón tener que dejar a una pobre nena en una familia instantánea, forzar a unas pobres personas a estar juntas sólo para una niña. —dijo Laura.

Al oír eso decidido dar marcha atrás, caminó lo más silenciosamente posible y subir. Tenía unas ganas inmensas de agarrar de los pelos a esa chica y aclararle algunos puntos, pero no era el lugar para hacerlo.

—¿Cómo que súper sexy?-preguntó Rocco al caer en cuenta de las palabras de Vico.

-Es un decir, Mi amor. Sabés que vos sos el más hermos y sexy para mi -dijo la mujer.

—Ah, entonces si yo digo que la chica esta, Marizza, esta que se cae de buena, vos no me armas ¿bardo?-preguntó Rocco.

Vico vió mal a su esposo.

—"Es un decir, mi amor, vos sabes que sos la más hermosa y sexy para mi -dijo el hombre citando las palabras de su esposa.

Todos los demás de "el grupo vecinal" se pusieron algo incómodos por la situación.

—Bueno, sus problemas matrimoniales nos chupan un huevo -dijo Nico—No es ni el lugar, ni el momento, para que ustedes debatan quién es el más sensual de los dos. Estamos aquí porque ellos eran conocidos nuestros, no para oir como piensan de sus amigos.

Marizza se había subido rápidamente a la habitación de huéspedes, en la cuál se quedaba desde que estaban parando en esa casa. Y se soltó llorando de impotecia.

—Marizza, ciela, ¿qué te pasa mamita? -dijo Sonia entrando al cuarto.

—No es nada mamá, sólo me duele la cabeza -respondió ella.

—Dale mi amor, andá abajo, todos están aquí para despedir a Mia y Manu, vos no podés faltar —dijo Sonia.

—Yo ya me despedí de ellos. Además ya no quiero estar en una habitación llena de caretas que tal vez estén criticando o hablando de los últimos rumores. Esos rumores somos Pablo, Cande y Yo, la familia instantánea que ellos dejaron -dijo Marizza.

—¿Vos les tenés cariño a Pablo y Cande sólo por qué eso querían Manuel y Mia?
preguntó Sonia.

—Claro que no —respondió Marizza -Ambos son una parte muy importante en mi vida. Desde antes de que pasara lo de Mia y Manu, sólo que bueno...

Sonia sonrió al oir a su hija decirlo en alto. Sabía que, por ahora, Marizza no lo decía en un sentido romántico, hablaba de un amor casi familiar, pero era un comienzo.

Se escuchó un suave golpe en la puerta.

—Yo los amo, los amo enserio. Es por eso que no quiero ir a oír los comentarios pedorros acerca de nosotros -dijo Marizza.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora