Capitulo 82

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Habían habían pasado unas cuantas semanas en las que su dinámica se comenzó a adaptar, Pablo había vuelto al estudio con Tomas, Marizza estaba dividida entre sus composiciones y ayudar a su madre con tratos con proveedores y muchas otras cosas. Tomaban unos días, cuando podían, para cocinar todos juntos, ver algo más que las caricaturas de Cande ,y aunque esto no le gustaba mucho a la pequeña rubia, al final se había acostumbrado. Aunque seria una mentira decir que su rutina diaria combinada con su exceso de ocupaciones actuales no habían repercutido en sus horarios, es decir ambos estaban cansados casi todo el tiempo y con sueño. Así como había días en que casi no podían compartir los tres, ya que Pablo y Marizza tenían diversas cosas que hacer en el día, por ejemplo:

En ese momento Pablo estaba trabajando, era de esas épocas en que debía quedarse más tiempo de lo esperado por estar con la grabación de álbumes, pero en esos días Marizza también tenía horarios muy raro, por lo que se turnaban para cuidar a Candela, el se la llevaba al estudio en las mañanas y Marizza pasaba por ella en las noches.

En estos momentos Cande estaba en su saltador mientras Pablo y Tomas estaban cheacando sonido para la grabación.

—Subí un poquito más—dijo Tomas a Pablo desde dentro de la cabina.

Pablo subió el volumen del micrófono interno y luego le hizo una seña.

—¿Listo?—preguntó.

—Si, creo que es mejor, ¿no?.

—Si, ya está todo listo, sólo falta que llegue la cantante. Salte de ahí. —dijo Pablo.

No tardó mucho antes de que Tomas saliera de la cabina y se fuera a sentar en el sillón cerca de Candela.

—Hola chiquita, ¿estás aburrida? —preguntó Él.

—No—respondió luego tomó la mano de su tío para, como para que le prestara atención—hambe. —le susurró

Tomas se empezó a reír al oír eso de la pequeña Cande.

—¿Ya oíste? —le preguntó a Pablo.

—No, ¿qué te dijo?—preguntó él.

—Que tiene hambre —respondió.

Pablo se alejó de los paneles y se dirigió a la pequeña maletita que había preparado para su día con la pequeña, donde tenía todo lo que pensaba poder necesitar, entre ello platitos con pequeñas porciones de fruta, verduras, juguitos que podía darle para sus comidas, botellas con agua y demás.

—Vaya, Marizza si que te manda un arsenal de cosas para la bebé —dijo Tomas.

—Es que va a estar un buen rato aquí, porque Marizza va estar ocupada y pues necesita que cuide a Cande, ya que ella va a estar de un lado a otro —dijo Pablo

—¡Uy nena!, te va a tocar bancarte todo el día con este pelotudo—dijo Tomas en joda.

—¿¡Qué te pasa a vos?!—preguntó Pablo riendo —mientras abría el pequeño refractario con comida para la pequeña —¿Verdad que te gusta pasarla con Papá? —le preguntó a Cande.

Cande solo lo miro a Pablo y luego a Tomas.

—Anana—respondió.

—No desvíes el tema, señorita —dijo Pablo tomando una cucharada de fruta para darle.

—Si—dijo ella.

Pablo se llevó la mano al corazón para dramatizar.

—Me lastimas, Candela, me lastimas —dijo él.

Cande se impulsó en su columpio y dejó un pequeño, pero sonoro, beso en la frente de Pablo quien estaba agachado a su altura para alimentarla.

—No me vas a comprar con besos, pequeña—Dijo Pablo.

[...]

Mientras tanto Marizza ayudaba a su madre con inventarios en la tienda y demás cosas, así como acomodar mercancía.

—¿Por qué no contratas gente que te ayude?—preguntó la chica mientras ordenaba los trajes en ganchos.

—Es mi única distracción desde mi retiro de los escenarios, así que prefiero encararme enteramente yo—Dijo Sonia.

—El problema es que no sos sólo vos la que se encarga —dijo Marizza.

—Ni te quejes, te di un día libre de tu rol de madre—dijo Sonia.

—A mi no me molesta estar con Cande, es una bebé hermosa —respondió.

—Nunca dije lo contrario, pero ve esto como un momentito libre, ademas ya era justo que Pablo la cuidara —mencionó Sonia.

—Él se despierta a cambiarla o calmarla en las noches, le escucha más fácil que yo —Comentó Marizza—Y cuando no puede dormir le canta, es muy bueno con ella.

Marizza inconscientemente esbozó una sonrisa al recordar la linda imagen de Pablo sostenido a la pequeña mientras cantaba para calmarla.

—Se nota que los amas —dijo Sonia sacando de su mundo a su hija

—Mucho, los amo mucho—respondió Marizza. —Dale vamos a seguir que todavía tenemos que terminar aquí e irnos a comer que estoy que me muero de hambre.

Ambas volvieron a sus ritmos normales de trabajo y retomaron sus labores anteriores, parte de lo bueno de eso es que en los días de inventario y acomodar, Sonia era consiente y no abría la tienda, para no tener que acomodar y atender.

[...]

Ambas mujeres estaban sentadas en la mesa de un restaurante esperando que sus pedidos llegaran hasta su mesa para comenzar a comer.

—¿Y cómo está Pili? me quedé con que estaba embarazada, pero no he sabido más —dijo Sonia.

—Está bien, ya se le nota pancita y está muy contenta —dijo Marizza.

—Me imagino que si,que bueno que está llevando bien el embarazo—comentó Sonia—Cuando les cuenten que van a tener me avisas para comprarle algo al pequeño o pequeña.

—Si, cuando Pili me comete el sexo del bebé te aviso y no vamos a comprar cositas —accedió Marizza—Recuerdo que amé comprar cositas para Cande cuando Mia nos contó.

—Hablando de Cande, recuerda que en unos días se cumplen 1 año y pues hay que distraernos, deberíamos hacer algo tal vez no una fiesta tal cuál, pero si una reunión. No va a ser fácil para nosotros y Franco —dijo Sonia.

—Lo sé, sólo que la idea de tener que encontrar un Plan de distracción y apoyo moral por el aniversario de mis mejores amigos.

El mesero entregó los Platos a cada una y se retiró sin más, ya que las vió apasionadas en su tema.

—Pues no te imagines un desenfreno total, simplemente podemos ser un apoyo moral, si gustas sólo familia, pero para no estar solos en este primer año—Propuso—

Marizza sonrió algo nostálgica

—Si, está bien, pero yo no quiero organizarlo. Ya con el mal sabor de la vez que dejamos entrar a nuestro amables y educadicimos vecinos en la reunión luego del velorio y lo amables que fueron también en la fiesta de Cande, tengo suficiente. —Dijo ella—

—¿Y si le llamo a Mora para que me ayude a organizar algo, porque falta poco?.

—Si gustas, por mi no hay problema —respondió Marizza







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Tarde pero seguro, nuevo cap!. Ojalá les guste porque mi inspiración no ha estado de lo mejor estos días.

La Vida Como La Conocemos(Pablizza).       [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora