Capitulo cuatro- 2da temporada

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Consideraba increíble la manera en la que la distancia nos hace sentir que hemos perdido aquella persona que nos hace sentir completos, incluso sabiendo que cuando estas a su lado parece que recuperaras la pieza que siempre te faltó.

Tal vez así me sentía cuando pasó un mes y yo no podía ver a Kyle. Sentía que lo había perdido y que cada día, cada hora que el reloj marcaba, él estaba un poco más lejos de mi. Me preguntaba si cuando todo pasara podríamos ser los mismos y me asustaba la respuesta.

Lo había perdido todo creyendo que de esa manera podría ayudar a Steve, pensando que el quedaría libre si yo me entregaba en su lugar pero no todo era tan fácil y era tal mi emoción en aquel momento que no lo había pensado.

¿Cómo hubiéramos explicado que el realmente no estaba muerto? ¿No creerían que es demasiado extraño que el regrese de la muerte y yo desaparezca? ¿ Qué no se hayan cerciorado que había un cuerpo en el ataúd? ¿Qué haya una lapida con su nombre en el cementerio? Yo no había pensado en nada de eso pero el tiempo libre dentro de esa casa era demasiado como para también tener que evitar mis pensamientos.

Jamás lograba huir de mis demonios pero me gustaba creer que por alguna razón me encontraba en el infierno.

—¿Qué piensas? —Un trozo de almendra golpeó mi frente por novena vez, rodee los ojos antes de dirigir mi mirada a mi hermano.

Él no tenía la culpa de nada pero tenía que tomarla contra alguien.

—¿Que quieres ahora, Steve? —Suspiró molesto, como si yo lo estuviera sacando de sus casillas y no me negaba a creerlo.

Tenía unas actitudes irritables en ese tiempo y era capaz de admitirlo porque algunas veces ni yo misma lograba soportarme. Los pensamientos eran constantes, sentía la presión sobre mi y el tiempo se escapaba entre los dedos de mis manos como si fuera arena. No podía evitar ser una completa perra porque de alguna forma debía descargarme e inevitablemente, esa era mi forma.

Sé levantó de mi cama donde estaba tumbado y se arrodilló frente a mi con una tranquilidad que podía resultar envidiable pero era solo una apariencia. Yo podía ver más allá, podía ver el mar de pensamientos enredados entre la rabia y la incomprensión.

Tal vez todos estábamos un poco rotos por dentro.

—¿Por que haces esto? —Vi como jugó con sus dedos unos segundos antes de apoyarlos en mi rodilla y dar un leve apretón. Tal vez quería mantenerme en la realidad, tal vez tan solo quería mostrar apoyo. No lo sabía con seguridad.

Intenté encontrar una respuesta que no me hiciera ver débil pero todas parecían hacerlo. Me costaba reconocer que necesitaba ayuda, y con mucha prisa.

De igual manera levanté mi mentón y lo miré directo a los ojos. Mi padre solía decir que la seguridad que demuestras es la mejor arma que tendrás el resto de tu vida. Quería ser segura, quería mostrarme fuerte.

—No sé de que hablas. —Golpeó las manos enojado contra sus muslos antes de colocarse de pie y comenzar a pasearse por la habitación.

Necesitaba liberar tensión, lo sabía y por eso mismo intentaba tener paciencia porque conocía a mi hermano. Nada bueno salía cuando se enfadaba.

—¿Acaso tengo que enumerar las cosas a las cuales estoy haciendo referencia?

—Por mi hazlo —dije mirando directo a sus ojos mientras le restaba importancia con un movimiento de hombros—. Estoy segura que va a ser divertido escuchar un poco de mierda.

<<Vamos, Steve. Ya saca el enfado que tienes.>>

—¡Mi hermana no se comportaría como una zorra!

The boy in my dreams (VERSIÓN ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora