Capitulo seis:

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—¿Qué?—pregunté mientras lo miraba fijamente. Se había doblado las mangas de su camisa hasta el codo por lo que esta se pegaba mucho más a sus brazos, no dejando casi nada a la imaginación.

Sin bromear podría haberme quedado todo el día mirando sus brazos.

—Lo que escuchaste —respondió.

Me reí levemente mientras me cruzaba de brazos y comenzaba a caminar por toda la sala.

—Debes de estar de broma...¿o no? —Me volteé para mirarlo y el chico estaba concentrado en pasar el dedo por la llama de una vela.

Vi como estar frente a la vela resaltaba varios rasgos de su rostro y esto me dejo aún más hipnotizada por la belleza que tenía encima.

—No es una broma, no podemos regresar por la carretera con esta tormenta eléctrica porque seguro esta bloqueada por algún a... —Un relámpago impacto en alguna parte cercana haciendo que me sobresaltara por el trueno—. ¿Quieres que un relámpago como ese nos parta al medio?

—¡NO!—grité antes de morderme el labio y bajar mi tonó de voz—. Claro que no.

Él sabía que esto me estaba provocando un miedo increíble y era tan estúpido que se aprovechaba de eso.

—Eso me parecía, así que vamos a pasar la noche aquí te guste o no.

—Vale,¿cuantas velas hay? —pregunté mientras mi mente trabajaba a toda velocidad.

—seis—respondió enseguida.

—Bien, podemos dejar dos aquí, dos en el baño y llevarnos una para cada uno a las habitaciones —dije aliviada de no tener que compartir habitación con el.

Con su dedo apagó la llama de dos velas y las partió a la mitad.

—Creo que vamos a tener que dormir en la misma habitación —respondió divertido.

A mi no me causaba gracia.

—¡¿Qué?! ¿Acaso te falta más de un tornillo?

Me enfadaba que se comportara como un idiota de pre escolar cuando era un chico de veinte años, o quizás más. ¿Acaso jamás le habían dicho que no se bromeaba cuando la situación era tensa? si lo golpeaba por ser idiota no tendría derecho a quejarse.

—Creo que si, igual no te ilusiones porque no pienso hacer nada. Creo que hasta tendrías que agradecerme por no dejarte sola con lo asustada que estas.

Estaba que me comía la rabia. Le tenía pánico a las tormentas desde que era pequeña y él solo jugaba con eso como si fuera una tontería y para mi era realmente un tema que me apenaba.

Me acerqué a la mesa principal siendo totalmente dominada por el enfado y tomé una naranja para lanzarsela con mucha fuerza sin siquiera pensar donde daría. Esperé que diera en su pecho pero las cosas no salieron como pensé.

La naranja no dio en su pecho.

Dio en sus pelotas.

—¡Kyle!—Me acerqué a él mientras lo veía arrodillarse en el suelo—.Oh por dios. Kyle, ¡¿estas bien?!

Era una pregunta estúpida.

—¿A ti que mierda te parece? —preguntó con la voz estrangulada

—Lo siento, ¿si? Yo solo intentaba que te callaras pero tú no lo haces y te aprovechas de la situación como si... —dije mientras me arrodillaba frente a él—. No tengo justificación y lo siento pero tienes un don para sacarme de mis casillas... —De un momento a otro el levantó su mirada y se lanzó hacía mi provocando que mi espalda golpeara el suelo de manera bastante brusca—. ¡¿Pero que crees que haces?!

The boy in my dreams (VERSIÓN ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora