Capitulo veintiuno

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Entre en mi casa y un repentino grito se atoró en mi garganta. Habían vasos rojos por todas partes, comida, alcohol y vaya a saber que cosas más. Definitivamente iba a matar al responsable de esto.

Es decir, iba a matar a Matt.

Habíamos hecho muchas fiestas antes cuando papá y mamá se iban de casa por días pero jamás habíamos dejado que las cosas se salieran de control hasta tal punto que entrar a la casa era un peligro para el olfato de cualquier ser vivo.

¿Acaso eso era olor a hierba?

—Matt, te voy a cortar en pedacitos para alimentar al perro del vecino. —Apreté mi nariz mientras contenía el aire y atravesaba la sala corriendo, pisando cosas que ni me preocupe en saber que eran.

Joder, si había olor a hierba no quería ni imaginar que había en el suelo.

Entre en su habitación para verlo dormido boca abajo en tan solo unos bóxer, diablos, ¿alguna vez conté que la espalda de los chicos es una gran debilidad a mi sistema "anti-chicos"? Pues lo es.

Aunque me preguntaba a que mujer no le enloquecía la espalda de un hombre.

—¡Matt! —Mi grito ni siquiera lo movió así que se me ocurrió algo mucho, mucho mejor.

Salí de su habitación intentando encontrarme lista para aquella tortura que me esperaba pero en cuanto coloque un pie en la escalera supe que ese olor no era soportable.

Apreté mi nariz para bajar corriendo hasta la cocina.

Tomé una jarra de agua y coloque algunos hielos, espere hasta que estuvieron prácticamente derretidos y subí hasta su habitación conteniendo el aire mientras un par de lágrimas escapaban de mis ojos, esta vez no podía correr con la jarra de agua, tenía que soportar la tortura.

Cuando llegué a su habitación apoye la jarra en su mesa de noche y coloque mi móvil sobre su estéreo. Active la opción inalámbrica y coloque en pausa una canción de electrónica. Subí al máximo el volumen de el estéreo para luego tomar la jarra y regresar al lado del móvil.

Le daría play y cuando Matt se sentara aturdido por el ruido le lanzaría el agua congelada, todo estaba fríamente calculado.

Le di play a la canción y me pare frente a Matt justo cuando se sentaba aturdido, el agua impactó con fuerza en su cara.

Eso le pasaba por hacer de mi casa un desastre.

Se colocó de pie y comenzó a saltar en su lugar.

—Frío, frío, frío, frío. —Me reí mientras pausaba la canción y me cruzaba de brazos—. ¡¿Por que mierda me hiciste esto?!

¿Acaso el no era cosciente de el desastre que había dejado?

—¡Por dejar la casa hecha un desastre! ¡Tenemos solo 3 horas para ordenar este jodido lugar!

—Lo siento...

—El "lo siento". —Hice comillas en el aire—. No va a limpiar la casa así que vas a cambiarte y moverás tu trasero a la planta baja para limpiar, ¿entendido?

—Claro que si. —Movió su cabeza como si fuera un perro para quitar el agua de su cabello—. Eres muy mandona, ¿te lo han dicho antes?

—¡No soy mandona!

—¡Claro que sí! —protestó mientras tomaba algo de ropa.

—Callate, tienes 5 minutos para bajar. —Avancé hasta la puerta cuando lo escuche murmurar con voz fina.

—"No soy mandona", a la mierda con eso.

(...)

—Acaban de llegar tus padres y nos trajeron esto —dijo Matt mientras entraba en mi habitación, sin tocar ni avisar, el solo entro y por suerte solo estaba haciendo tarea.

—Genial. —Mire la pizza y señale el lugar libre que había en mi cama—. ¿Comemos aquí?

—¿Hoy no te iras con él? —No necesitaba ni aclarar de quien hablaba, era mas que entendible que era Kyle.

Siempre era Kyle y siempre lo sería.

—No —respondí mientras veía como se sentaba frente a mi y abría la caja de pizza—. ¡Genial! Pizza tradicional.

—Estas cambiando de tema, ¿otra vez discutieron? —Cuando iba a hablar el me interrumpió con una sonrisa—. Espera, esa no es la pregunta correcta. La pregunta correcta sería: ¿Cuando no discuten?

—No sabes la risa que me causa. —Ironicé—. Es que él...

—No. —Interrumpió—. El solo no tiene la culpa.

Quede sorprendida de que Matt me cortara así, siempre me dejaba hablar y luego daba su opinión pero parecía que ese día las cosas romperían sus estándares.

—¿Me estas culpando a mi?

El solo rodó sus ojos, como si yo fuera tan idiota como para no entender sus palabras y estaba completamente equivocado. Lo entendía, eramos ambos los equivocados pero Kyle me complicaba las cosas.

Kyle me complicaba las cosas cuando mi mente me confundía entre lo correcto y lo que deseaba hacer.

—A lo que me refiero idiota es que ambos tienen demasiado carácter y ninguno se calla nada así que simplemente chocan demasiado. ¿Ahora entiendes? Alguno tiene que dar brazo a torcer y decir lo que siente.

—No seré yo. —Aclare.

—Tess... —Enseguida lo interrumpí.

—No, tu no entiendes Matt. —protesté—. ¡El es un chico que parece creado para provocar llantos y no exagero! ¿Sabes cuantas chicas han llorado por él? ¿Cuantas lágrimas ha provocado? No, no quiero eso.

—¿No quieres llorar por él?

—No quiero llorar por nadie. —Corregí—. No he llorado en un largo tiempo y espero que eso siga así pero no me refiero solo a él, simplemente no quiero romper en llanto porque alguien me hace sentir algo tan fuerte...Se siente como querer abrazar a un cactus sin lastimarte.

—Solo responde algo, ¿qué te lastimara mas, abrazar al cactus o ver como esté esta a tu alcancé pero no te acercas? Yo que tu pensaría las cosas, Tess. El chico esta lastimado y tu lo estas ayudando, si te alejas ahora solo abrirás sus heridas y crearas nuevas.

—¿Y que pasa con mis heridas?

—El también las esta curando aunque tu no quieras aceptarlo.

Sonó mi móvil, interrumpiendo el discurso de Matt. Algo que agradecí completamente.

Tomé mi móvil y leí el nombre que marcaba el identificador de llamadas.

Oh, mierda.

—Es él, ¿verdad? —Asentí con la cabeza—. Responde.

Deslicé mi dedo por la pantalla antes de llevarme el móvil a la oreja.

—Tessy, ¿puedo pasarte a buscar?- Su voz no sonaba fría, era como si por primera vez necesitara que yo fuera.

No importaba que tan confusa me tuvieran mis emociones, siempre correría por Kyle.

—¿Sucede algo?

—Solo quiero...—Hizo una pausa para tomar aire—. Necesito que vengas, por favor.

—¿Qué estas esperando para pasar por mi? —Me coloque de pie y apreté el móvil contra mi hombro mientras juntaba todos mis libros y los colocaba en una pila que había en mi escritorio. Me voltee a ver a Matt cuando esté me lanzó mi chaqueta.

—En menos de 10 minutos estoy ahí. —Lo escuche decir.

—Perfecto. —Iba a cortar cuando su voz volvió a escucharse.

—¿Tessy?

—¿Si?

—Gracias. —Sonreí levemente mientras mordía mi labio inferior.

—Gracias a ti, Stevenson.

The boy in my dreams (VERSIÓN ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora