Capítulo 1

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Inuyasha: ¡DIME QUE DIABLOS TE PASA! ¿POR QUÉ TE VESTISTE ASI? Y ADEMÁS...¡¿DE TODOS LOS TIPOS DE ESTE MALDITO COLEGIO PORQUE TENIAS QUE ESCOGERLO A ÉL?! *Furioso* ¡RESPONDE KAGOME! ¡NO ME NIEGUES POR TERCERA VEZ QUE ESTABAS A PUNTO DE BESARTE CON ÉL!

Fastidio, enojo, cólera, furia… eso era todo lo que me invadía en ese momento, casi me trajo a tropezones detrás de los baños desde que me vio a punto de besarme con Bankotsu… ¡A ÉL QUE MÁS LE DABA MALDITA SEA! Estaba con Kikyou ¿Que creía? ¿Que lo iba a esperar todo ese maldito tiempo hasta que por fin terminaran? ¡NO!... Estoy harta.

Kagome: ¿A ti que te importa? ¡Déjame en paz!

Inuyasha: ¡Soy tu mejor amigo! Desde que te conocí te advertí que ese sujeto era un maldito con las mujeres ¿Por qué demonios te interesa meterte con ese sujeto?

Kagome: Que sea tu rival no es mi problema, no es tan maldito como todo el mundo lo cree… *Crucé los brazos molesta*

Inuyasha: *Me tomó por los hombros* ¡Ese sujeto te va a lastimar! Lo único que hará será burlarse de ti y cuando ya no le sirvas te desechará…

Kagome: ¡Será mi problema, no tienes porque meterte! *Logré zafarme*

Inuyasha: Entiende! Él solo te lastimará…

Kagome: No tanto como lo hiciste tú… ¡Si hago esto es porque tú me obligaste a hacerlo!

Listo, lo había dicho, meses y meses guardados de tristeza y dolor que había tratado de ocultar se fueron por la borda, adiós a mis esfuerzos porque él no supiera todo lo que me había lastimado; el rostro de Inuyasha se desencajó totalmente en cuanto dije aquello, su cara cambio de una furiosa a una muy sorprendida, parpadeó varias veces y entonces intentó acercarse a mí para darme un abrazo, lo rechacé de inmediato y lo vi a los ojos, ya era tarde cuando gruesas lágrimas empezaron a correr por mi cara, Inuyasha intentó acercarse otra vez.

Kagome: Aléjate de mi *Mi voz era fría* No me voy a quedar como una estúpida viendo como eres feliz con Kikyou *Él abrió mucho los ojos* Vas a pagarme cada uno de esos malditos sentimientos que he sentido desde que te fuiste con ella, vas a pagarme todas esas noches que pasé llorando cada maldita vez que te ibas con ella, vas a pagarme todas esas ocasiones en que la besaste frente a mi, vas a pagarmelas TODAS *Él estaba congelado, no podía decir nada* Se que todo esto empezó porque me tenías lástima *Abrió mucho los ojos* Te escuché decírselo a Miroku y ahora también sé que yo solo era un capricho para ti *Intentó acercarse* ¿Pero sabes que? *Levanté una ceja* Se que explotarlas al saber que tu mayor rival, Bankotsu, ahora es mi novio.

Y entonces todo se fue por el caño, Inuyasha pareció enfurecerse otra vez pero ya era tarde, esta vez la que lo dejaba con la palabra en la boca era yo, simplemente mi paciencia había llegado a su fin, que se quedará con esa chica estupida, yo iba a ser feliz sin él.

Kagome: Quédate con Kikyou, sé que eres demasiado cobarde como para dejarla por mi, y además *Levanté una ceja* Prefiero estar con un verdadero hombre como Bankotsu, alguien que sí sabe lo que quiere y lucha por ello.

Y diciendo esto camine triunfante por todo el largo pasillo que conducía al estacionamiento, no iba rápido ni tampoco lento, era la caminata más justa que mi cuerpo necesitaba, luego de haberle dicho todo aquello, lo que por tantos meses me tragué, sentía un gran alivio en el pecho… esta vez Inuyasha no me seguiría lastimando, no sería la chiquilla idiota que conoció al inicio del año… esta vez era mi momento de aplastarlo como la cucaracha que era, y no solamente él… también a Kikyou.

Camine hasta el parqueo sin mirar atrás, desde ese momento empezaba mi venganza, sabía que Inuyasha estaba encaprichado conmigo, pero era tan cobarde que no dejaría a Kikyou, por eso fue que empecé con esta venganza, no hay persona que Inuyasha odie más, más que a Bankotsu. Sonreí al darme cuenta de lo fácil que iba a resultar vengarme de él, Bankotsu gustaba de mi desde inicio de año, estaba empeñado en mí, no había buscado a nadie más que a mi, era mi oportunidad, debía sacar ventaja de eso de una u otra manera… y eso fue justamente lo que hice. No iba a seguir siendo una niña tonta.

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora