Capítulo 9

953 112 2
                                    

El maldito de Kouga empezó a subir mi falda con sus asquerosas manos, los recuerdos volvieron y empecé a llorar, él me tapó la boca con la otra mano y luego de rozar su mano con mi glúteo, la metió debajo de mi camisa… ¿Por qué Dios dejaba que me pasaran estas cosas? Cada vez que intentaba apartarlo él hacía más fuerzas para mantenerme en mi sitio, pegada a la pared y sin poder defenderme, intento besar mis labios y yo me aparté, lo intentó un par de veces más hasta que agarro mi boca a la fuerza y junto sus labios con los míos, ¡Odiaba el contacto físico y en especial el de ese maldito! Solo me causaba repugnancia, por más que intentará zafarme no lo lograba <<Inuyasha… Bankotsu… Alguien…>> Pero no, nadie llegaba en mi auxilio, nadie iba a detener aquello, no quería ser tratada como un objeto sexual, no quería ser sólo eso, no quería ser como antes y que todo se repitiera… pero allá afuera de los vestidores no había nadie, todos ya se habían ido a clases y nadie iría en mi ayuda, Kouga arrancó mi blusa de un tirón y yo, en un vano intento por cubrirme me lleve varios arañazos en los brazos porque él me obligó a quitarlas, estuvo a punto de arrancarme la falda también pero entonces tocaron a la puerta insistentemente, agradecí al cielo, a Dios, a quien fuera que hubiera tocado la puerta y caí de rodillas al suelo cubriéndome el cuerpo.

??: ¿Hay alguien allí?

Kouga: ¡Maldición! *En voz baja*

Kagome: ¡Me quedé encerrada, Por favor ayudenme yo…!

Y entonces Kouga me tapo la boca otra vez, mi voz sonaba muy mal, aún se escuchaba como si yo estuviera llorando,  destrozada y desesperada por salir de allí, la voz allá afuera parecía la de una mujer, también pareció que se asustó por mi manera de hablar, seguramente se trataba de alguna maestra de física o tal vez alguna de las empleadas del colegio.

??: Yo tengo las llaves mi niña, no te preocupes yo te sacaré.

Y entonces escuchamos como metió la llave en el cerrojo y empezó a luchar con la manecilla para quitar seguro y abrir; Kouga se echó hacia atrás poniéndose la camisa rápidamente y escondiéndose detrás de los casilleros, yo me puse la camisa como pude, tomé mis cosas y en cuanto la mujer abrió, no pude seguir conteniendo las lágrimas, agradecí como pude y salí corriendo en dirección a los baños femeninos, pero más que nada, necesitaba encontrar a Sango, corrí lo más lejos que pude, ni siquiera se de donde saqué tantas fuerzas, por primera vez en la vida sentí que el colegio era inmenso, al llegar al pasillo del salón de clases me arrepentí… ¿Cómo diablos iba a ingresar en ese estado? ¿Que diría el profesor Sesshomaru? Retrocedí un par de pasos y entonces corrí hacia los baños, al menos allí trataría de que mi cara no tuviera ese horrible aspecto y arreglaría mi uniforme.

En lo que corría en esa nueva dirección, noté que la camisa estaba rota, la fuerza de Kouga la había roto y un par de los botones tampoco estaban, mi cara se puso roja y entonces choqué con alguien familiar, caí al suelo sentada y mi trasero recibió todo el impacto, me llevé las manos a la cara del susto, seguramente me pondrían un nuevo reporte, estaba perdida ya que el más estricto de todos los profesores me había visto en ese estado.

??: ¿Que te paso? ¿De donde vienes Kagome?

El tono severo que esperaba escuchar nunca llegó a mis oídos, en su lugar escuche la voz preocupada de Inuyasha, ¡Diablos, lo había confundido con Sesshomaru! Él se acurrucó a mi altura y abrió mucho los ojos al ver mi estado, lo que más le sorprendió no fue el estado de la falda arrugada, o la camisa rota o mi cabello revuelto, lo que le asustó fueron las lágrimas que en ese momento salían de los ojos, mi cara roja de tanto llorar y los arañazos en los brazos.

Inuyasha: ¡¿QUIEN TE HIZO ESTO?! ¡¿A DÓNDE DIABLOS ESTÁ EL MALDITO DE BANKOTSU?!

Kagome: No… *Me costaba hablar entre lágrimas* No fue él *Negaba con la cabeza* Fue…

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora