Capítulo 33

613 79 5
                                    

Kagome: Banryu… Arma utilizada en la era feudal, se dice que el más poderoso de los siete guerreros podía levantarla con una sola mano, crear tormentas de rayos y destruir a todo lo que se encontraba a su paso… ¿Bankotsu?

Me coloque a su lado y él colocó su mano sobre la gruesa capa de vidrio que protegía el extraño artefacto.

Bankotsu: Por alguna razón esta cosa me deja impresionado.

Yo no entendía porque él actuaba de esa manera tan extraña hasta que noté que Miroku se colocó frente a unas lanzas, había un instrumento allí que no encajaba con el resto, esa era una vara que tenía un círculo dorado en la punta con varios aros insertados, Sango también se acercó al lugar donde habían varios instrumentos, entre ellos varios tipos de boomerangs, ordenados del más pequeño al más grande, mi amiga se acercó a la gran caja de vidrio, entonces me di cuenta que todos mis compañeros se habían separado, buscando alguno que llamara más su atención, trate de hacer lo mismo pero ninguno llamaba mi atención, vi que Inuyasha se acercó a un estante donde había varias espadas de distintos tamaños, incluso el profesor Sesshomaru estaba allí cerca, caminé de espaldas sin saber qué pasaba, parecía que todos se sentían atraídos hacia algo, todos a excepción de mí, no sabía porqué pero me sentía mareada y un poco ansiosa, choqué con unos vidrios y entonces me fijé que había un arco color rojo con algunas flechas a la par, pero entonces la mano pálida de Kikyou tocó el estante, sacándome del trance en el que estaba cuando veía el artefacto.

Kikyou: ¡Ni lo pienses! Haré mi reporte sobre este arco *Molesta*

Kagome: *Leí la placa en voz baja* Arco del monte Azusa…

Kikyou: Exacto, aléjate de aquí, yo investigaré lo necesario para hacer este reporte perfecto y no quiero que me copies.

Kagome: *Ignoré el malestar que tenía* No te preocupes, no pienso hacer un reporte escolar con algo tan inútil como eso *Molesta*

Caminé hasta dejar a Kikyou lejos y me acerque a los hermanos, que no dejaban de ver tres espadas que estaban juntas, una decía “Colmillo Sagrado”, “Colmillo de Acero”, “Colmillo explosivo o Bakusaiga”... De nuevo leí en voz baja.

Kagome: Colmillo Sagrado, empuñado por el señor del Oeste, tenía la capacidad para destruir a seres del inframundo y traer de la muerte a quienes ya estaban muertos… *Sesshomaru me vio de reojo* Colmillo de Acero, podía ser empuñada por humanos, sin embargo solo podía ser usada para protegerlos por un único demonio que tenía ambas partes en su naturaleza, demonio/humano o Hanyou… *Inuyasha me escuchó con atención* Colmillo Explosivo o Bakusaiga, tenía el poder de destruir todo lo que se encontraba a su paso y matar a más de mil demonios sin dejar rastros… *Ambos hermanos me vieron a los ojos*

Inuyasha: Todas parecieron ser empuñada por hombres.

Sesshomaru: Es evidente, una mujer jamás podría blandir una espada, menos en la época feudal.

Kagome: Te equivocas *Seguía con la vista clavada en las espadas* La espada de Midoriko… *Ellos dos volvieron a ver* Ocupada por una mujer humana, quien poseía la fuerza espiritual más poderosa que se haya conocido en este mundo, podía purificar las almas de miles de demonios al mismo tiempo, era tan poderosa que todas las bestias le temían ya que debido a su gran cantidad de energía, podía llegar a conocerse como la… *Guardé silencio* No logro entender lo que dice allí.

Naraku: Esa mujer también está relacionada con esto.

Naraku había aparecido de la nada, o al menos eso pensé ya que no me di cuenta cuando llegó a ponerse a nuestro lado, estaba señalando un estante al lado de la espada de Midoriko, dentro de ese pequeño cubo de vidrio había una pequeña almohada color lila, antes de ver objeto leí la plaquita <<La perla de Shikon>> entonces dirigí la vista sobre la almohada, allí había una pequeña esfera, acerque mi cabeza más para distinguirla bien, pude haber jurado que dentro de ella vi algunos colores mezclarse, entre negro, blanco, morado y rosa… Y entonces todo a mi alrededor se volvió pálido, perdí la razón y en ese momento… deje de sentir mi cuerpo.

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora