Capítulo 40

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Kagome: Creí que Inu No había encontrado la ropa interior en el suelo.

Bankotsu: La tiré debajo de la cama antes de que todos entraran, lo que él encontró fueron los calzones de Irasue.

Los tres nos tiramos una carcajada dentro del auto, las cosas me habían salido a la perfección.

Kagome: Aún no logro entender cómo es que Inuyasha no me dejó en ridículo frente a todos, lo vi tan furioso que creí que diría todo para descargarse.

Bankotsu: Eso temí al principio también, pero cuando vio mi cara cambió de idea, además en el fondo supongo que te quiere *Molesto* No quería dejarte en ridículo delante de todo el mundo.

Kagome: De acuerdo, me alegra escuchar eso.

Sonreí con satisfacción, hasta Inuyasha me había seguido el juego y dejó en ridículo a Kikyou como una mentirosa, iba a opinar algo más pero entonces mi sonrisa desapareció cuando vi a través del parabrisas, un bulto estaba casi a media calle, le grité con todas mis fuerzas a Bankotsu que parara ya que él no se había percatado, las luces del auto apuntaron a la mujer que estaba allí enfrente, arrodillada en el piso y con las manos en la cara, me baje de inmediato y me acerque hasta ella aún con los gritos de Sango y Bankotsu que creían que tal vez se trataba de algún fantasma o algún truco para asaltarnos.

Kagome: ¿Le… le ocurre algo?

La mujer levantó la vista para verme a la cara, tenía la cara bañada en lágrimas, su ropa parecía muy sucia y mojada a causa de la lluvia que caía sobre nosotras y yo la ayude a levantarse viéndola con pena, luego me abrazó impulsivamente y yo le devolví el abrazo, sabia lo que pasaba, ese idiota de Sesshomaru no había dejado a Kagura.

Rin: No voy a volver casa *Sería*

Yura vió a mi maestra totalmente asombrada, Sango y Bankotsu seguían en la puerta sin saber que hacer, yo la miré preocupada, no sabía cómo ayudarla, Rin se sentó en uno de los sillones de la sala limpiándose las lágrimas y abrazándose a si misma.

Kagome: Váyanse, ya casi amanece y merecen descansar un poco, yo me encargaré de ella.

Bankotsu: Pero Sesshomaru… *Yo interrumpí*

Kagome: Sesshomaru no debe saber nada de esto, a puesto a que ni siquiera se dará cuenta de que ella no dormirá en casa esta noche.

Sango y Miroku se miraron entre sí, Yura cruzo los brazos, me vio a la cara y luego vio a Rin con compasión.

Yura: Puede quedarse esta noche si quieres *Dio media vuelta con fastidio* Todos los hombres son iguales.

Mis amigos se fueron luego de despedirse y yo me acerque a la maestra unos segundos después de haber cerrado la puerta, ella miraba hacia la ventana con melancolía, me senté a su lado guardando una distancia apropiada hasta que ella empezó a hablar.

Rin: Lo vi llegar a un hotel… *Se giró para verme a la cara* Lo seguí porque dijo que se reuniría con su amigo Jaken, justo al salir olvidó su chaqueta y como estaba haciendo mucho frío y parecía que llovería  se la iba a devolver, camine por varias cuadras tratando de encontrar ese café donde dijo que se reunirían, como no pude encontrar el lugar decidí llamarle pero el celular no me daba línea, así que llame a su amigo…

Kagome: ¿Y él le dijo que no estaba con él? *Ella asintió*

Rin: Exactamente, no entendí lo que pasaba y cuando iba a preguntarle de nuevo, lo vi salir de un bar con una mujer muy guapa que vestía de rojo, ambos entraron al auto yo me subí a un taxi para seguirlos y entonces vi que ambos entraron allí.

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora