Capítulo 32

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La fiesta que se produjo luego en aquella cabaña del club no fue lo suficientemente buena para mi gusto, además de que Bankotsu estaba lastimado y por primera vez en la vida no quiso bailar, en el fondo eso me disgustaba porque empezaba a gustarme esa vida loca que él llevaba, pero no proteste y simplemente me quedé allí parada a su lado todo el rato, dando la apariencia que me preocupaba por él, y también para evitar que otras chicas se le acercarán y no era precisamente porque estuviera celosa, sino más bien, era porque estaba jugando a los novios en venganza contra Inuyasha y debía ser lo más evidente posible.

Bankotsu: No puedo negar que estás a la altura de ser mi novia, incluso con esa actitud tan amargada y prepotente que te has manejado todo el día, te da un toque de superioridad y autoridad frente a las demás.

Kagome: Es por eso que no se han metido conmigo *Dije simplemente y sin mirarlo*

El bullicio de la discoteca improvisada que habían hecho en medio del lugar acabó de un momento a otro cuando en medio de todo ese mar de jóvenes descontrolados, caminó Naraku, seguido de Kikyou, quien parecía estar a su lado de mala gana; subió a su lado con el trofeo de la carrera y todos gritaron eufóricos.

Naraku: Nada mal para un… “Principiante” ¿No creen? *Aclaró su garganta* Es la primera vez que participo en esta carrera *Todos gritaron* Pero debo admitir que Bankotsu e Inuyasha fueron excelentes contrincantes, lamento mucho el accidente de las motos…

Inuyasha y Bankotsu cruzaron miradas, era obvio que en ese momento la persona que más odiaban en el mundo era a ese sujeto llamado Naraku.

Naraku: En fin… ¡Que siga la fiesta!

Se apagaron todas las luces y volvieron a sacar aquellas pinturas fluorescentes, todos los jóvenes se llenaron de pintura y aunque parecía divertido, en el fondo me di cuenta que todo esto tenía un sentido pervertido, ya que varias chicas tenían las camisas manchadas de pintura en el busto… no quise ni pensar en que los chicos lo habían hecho, Bankotsu sonrió.

Bankotsu: Lastima que estoy herido, amo este tiempo de fiestas… *Me guiñó un ojo*

Kagome: Si, ya me imagino que tocas a todas las chicas que se te cruzan en el camino *Cruce los brazos*

Bankotsu: No seas celosa *Me abrazó por atrás*

Kagome: No tienes tanta suerte *Me aparte*

Ya avanzada la noche, por fin Bankotsu decidió irse de allí debido a su estado y además aunque tenía ganas de arreglar cuentas con Naraku (seguramente junto a Inuyasha), sabía que si se metía ahora mismo en una pelea, le iría mal, así que unos minutos más tarde ya estábamos en su limusina.

Kagome: Tu madre me matará cuando vea esos moretones en tus brazos, ella me dijo que te cuidara.

Bankotsu: Ni siquiera deberías preocuparte por eso, ella sabe que los accidentes ocurren.

Kagome: No entiendo cómo puedes tener unos padres tan comprensivos.

Bankotsu solo dio una risita; ya que la moto había quedado totalmente destruida, él tuvo que llamar al chófer para que nos fuera a traer, paso dejándome en casa y se despidió de mí con un beso, ya me estaba acostumbrando a besarlo sin protestar, después de todo, éramos novios.

Bankotsu: Te veo el lunes.

Aquello me dejó sin palabras, en realidad hasta ya me estaba acostumbrando a salir con él cada fin de semana, lo mire extrañada y él sonrió.

Bankotsu: ¿Qué? No me digas que quieres pasar el fin de semana conmigo…

Kagome: Eres muy insistente y además me fuerzas a hacer cosas que no quiero *Sería* Por supuesto que sí me dejas sola un fin de semana me sentiré más que feliz de no verte.

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora