Todos los chicos son iguales

Capítulo 37

Sango: Pues Inuyasha dijo que era una fiesta de gala.

Kagome: Esto no tiene sentido *Rolé los ojos* Si el padre de él dará una importante noticia sobre sus negocios, no entiendo porque invitaría a toda la clase del colegio, es decir… ¿Las fiestas de gala son cosas de adultos no? Para que invitaría a sus amigos… no lo entiendo.

Sango: Tampoco yo… *Se tocó la barbilla* Pero sea como sea, la invitación dice que debemos ir vestidas de gala y que será en el Hotel Central.

Kagome: ¿Y qué demonios haré? *Fastidiada* No tengo un vestido lindo que ponerme y la fiesta es en dos horas.

Sango sonrió y me tomó de la mano para arrastrarme frente al closet de su habitación y sacó un vestido color rojo, yo la miré sorprendida y de nuevo me arrastró al borde de la cama.

Sango: ¡Pruebatelo!

No puse mucha resistencia y ella me ayudó a vestirme, luego me acerque al espejo con el cabello revuelto, el vestido era de encaje de corazón con piedras desde el busto hasta la cintura y las mangas caídas, la falda era larga y llegaba hasta el suelo, Sango se acercó a mí para tomar la falda con una mirada pervertida y me enseñó que a pesar del volumen del vestido, éste tenía una abertura y al caminar podía notarse mi pierna derecha, yo sonreí, era el vestido perfecto para mi.

Sango: Yo usaré este.

Saco un vestido color negro pero este era de doble tela con encaje recto y dos tiritas que servían como mangas, ella me sonrió y también se cambió de ropa, luego nos maquillamos y ella trato de hacerme un moño alto porque según ella parecía más elegante, pero yo no quise hacerme nada, no quería verme muy mayor y arruinaría mi nueva apariencia rebelde, prefería mi cabello suelto, así que solo lo cepille y me hice pequeñas ondulaciones, nada más, no necesitaba verme tan formal, Sango si se hizo un moño y nos colocamos los zapatos a unos minutos antes de las 8.

Sango: El chófer nos llevará, mis padres también irán.

Kagome: Lo se… irán todas las familias ricas incluyendo a la familia de Bankotsu aunque se odien… sigo sin entender la razón de esta fiesta…

Sango: Pues para averiguar lo que ocurre lo mejor es que vayamos, ahora ya deja de hacerte tantas preguntas y camina.

La recepción del hotel estaba decorada con colores rojo, blanco y plateado, las mesas tenían puestas finos manteles de seda roja con un delineado dorado, en el centro había una pequeña tarima y si se elevaba la vista se podían ver los balcones de los pisos más altos, a un costado podían verse dos grandes escaleras de medio caracol que conducían al segundo piso, allí había algunas habitaciones de huéspedes que parecían estar vacías y tenían las puertas abiertas.

Sango: Vamos, parece que nos han sentado junto a nuestros compañeros.

??: Te equivocas Sango…

Bankotsu me había tomado del hombro y ahora me abrazaba de espaldas, yo me giré para verlo a la cara y él sonrió.

Bankotsu: Ella se sentara conmigo y mi familia, Miroku estará contigo, no estarás sola.

Sango le sonrió y me guiñó un ojo, yo miré a Bankotsu con seriedad.

Bankotsu: Luces muy sexy *Me abrazó más, ahora de frente*

Kagome: Necesito ir al baño.

Me separe de él para buscar los baños, sin embargo estos no parecían estar en la primera planta, así que subí a la segunda, entré, me retoque el cabello y salí con la misma rapidez que había llegado, pero entonces escuche que las puertas de una de las habitaciones se abría, parecía ser la única que estaba habitada, de allí salió aquel hombre llamado Inu No, el padre de Inuyasha y a su lado una bella mujer de cabello negro con dos coletas sujetando las hebras de su pelo, Inuyasha salió detrás de ellos de esa habitación y parecía estar muy serio, fue el primero en bajar los escalones, seguido de esa mujer que si bien recordaba… Se llamaba Irasue, Inu No se quedó allí, caminó hasta los barandales y apoyó ambas manos allí para ver hacia la primera planta y yo sonreí, este era el momento perfecto para actuar.