Capítulo 44

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El azote de alguien contra la pared fue lo que se escuchó a la hora del almuerzo en el comedor, Sango y yo nos miramos entre sí, algunos de nuestros compañeros miraba hacia la puerta con curiosidad, otros con miedo y otros aterrados, yo intenté apartar a todos para llegar hasta el inicio pero la multitud me lo ponía difícil, entonces escuché el grito de Rin desde dentro del lugar.

Rin: ¡DEJALO SESSHOMARU!

¿Qué acaso estaba loco? Cómo pude, logré apartar a la gente y me metí a la cafetería, justo en el centro el mayor de los Taisho estaba de pie, con los puños cerrados viendo hacia la pared, donde el joven Hakudoshi trataba de ponerse en pie sobándose la mandíbula, pensé que por un momento caería desmayado al piso pero entonces lo vi sonreír, levantó la mirada para ver a Sesshomaru y se carcajeó.

Hakudoshi: Como siempre, solo eres un maldito impulsivo busca pleitos…

Sesshomaru: ¿Qué demonios hacías besando a Rin?

Todo el mundo fijó sus ojos en Sesshomaru, que ahora hablaba de Rin con mucha libertad, sin decir “maestra o señorita Rin” ella tenía la mirada fija en ambos, los veía con miedo y yo no sabía que decir o que hacer, quizá lo mejor era mantenerse con la boca cerrada, yo no tenía que pintar en ese asunto más que ser espectadora como todos los demás, Inuyasha y Bankotsu también estaban allí.

Hakudoshi: Pareces un chica de secundaria Sesshomaru…

Sesshomaru: ¡Cállate! ¡Explícame qué hacías besando a Rin!

Hakudoshi: Mejor explícale tú a ella… ¡¿QUÉ DIABLOS HACÍAS EN UN MOTEL CON KAGURA HACE TRES DÍAS?!

Sesshomaru se congelo allí mismo, se le fue el aire y lo miro aún con más furia, no tenía valor para darle la cara a Rin y ella solo se limitó a verlo con seriedad, Hakudoshi se aproximo hasta Sesshomaru con una sonrisa.

Hakudoshi: Nunca te deshiciste de tus malas mañas… Anda, explícale a tu esposa *Todos abrieron los ojos como platos* por qué la estás engañando con otra mujer.

La furia de Sesshomaru volvió a subir de golpe al ver a ese sujeto decir todas esas cosas no solamente enfrente de Rin, si no que además prácticamente enfrente de todo el colegio, otro puñetazo fue a dar al cuerpo de Hakudoshi, pero esta vez en el estómago, él se fue de bruces al suelo, le costó recuperar el aire pero en cuanto lo hizo volvió a reírse, Sesshomaru seguía sin darle la cara a Rin.

Hakudoshi: ¡Eres un maldito Sesshomaru! No sabes lo que yo habría dado para cuidar y amar a Rin, no sabes cuánto te odie porque simplemente apareciste para quedarte con ella y me dejara en el olvido.

Sesshomaru seguía apretando los puños y le dio otra patada en el estómago, todo el mundo ahora empezaba a verlo como en realidad era… peor aún, él solo se ponía en ridículo, quedando no solo como un traicionero, además una bestia por seguir golpeando a un hombre que solamente expresaba lo que sentía.

Hakudoshi: *Volvió a tomar aire como pudo* No sabes lo feliz que la habría hecho yo, la habría cuidado y protegido… para tratarla como la princesa que es… la habría amado hasta el fin, pero principalmente… ¡NO LA HABRÍA ENGAÑADO!

Otro golpe que recibió Hakudoshi fue suficiente para callarlo, esta vez quedó inconsciente, sin embargo nadie se atrevía a ayudar al pobre sujeto porque todo el mundo veía a Sesshomaru con miedo, todos con excepción de Rin, que con lágrimas en los ojos aún seguía en su sitio, habiendo escuchado todo lo que Hakudoshi había dicho… cayó de rodillas al suelo con los ojos cerrados, entonces Sesshomaru se atrevió a verla.

Rin: ¿Por qué… por qué tenías que engañarme Sesshomaru?...

Rin levantó la mirada con los ojos llorosos, Sesshomaru ya no pudo apartar la mirada y entonces por primera vez en su miserable vida, sintió miedo e impotencia, la mujer que se suponia que más amaba, estaba allí en suelo, viéndolo con una mirada acusadora, adolorida y triste, pero gradualmente está cambio a una mirada de furia, enojo y cólera, se levantó del suelo para tomarlo del cuello (aunque él fuese más alto).

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora