Capítulo 39

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Fueron unos minutos largos, muy largos, en los que casi pudo escuchar un silbido, pasaron muchas cosas que apenas pudo procesar por los rápidos movimientos en los que Inuyasha se movió, primero él había abierto desmesuradamente los ojos y la boca para dar inicio a unas facciones duras y afiladas, incluso pudo haber jurado notar un rojizo en sus pupilas pero no estaba segura porque después, justo después de que Inuyasha vociferara un gruñido se le fue encima al hombre que reposando en la cama no espero el repentino ataque del otro, vio a Kagome levantarse, echándose justo a un lado de la cama, enrollando su cuerpo con las sábanas mientras un Bankotsu desnudo salía volando del extremo en donde estaba Kagome quien claramente confundida y aterrada no daba crédito a lo que sus ojos veían.
Bankotsu: ¿¡QUÉ TE PASA PENDEJO!?

Gritoneo Bankotsu al ver quién había sido el causante del empuje, Inuyasha estaba del otro lado con todo el cuerpo tenso y con los ojos inyectados en furia, ni siquiera veía a Kagome que se replegaba más a la pared que tenía por atrás.
Inuyasha: ¡ERES UN MALDITO CABRÓN HIJO DE PERRA!

Bramó Inuyasha colérico que sin darse cuenta escupía saliva a cada frase que decía, tanta era su rabia que hasta podía notarse una vena saltar sobre su cien.
Kikyou sonrió de lado y de repente se le ocurrió que no era suficiente, no, claro que no… esto necesitaba de más público, desapareció antes de ser vista por los miembros en el interior de la habitación, o al menos eso creía ella.

Apenas comenzaba mi sueño, un sueño en donde yo estaba sentada en una larga y hermosa mesa, vestía de gala y justamente cuando iba a preguntar en donde estaba, mi mano derecha fue tomada por alguien, voltee y me estremecí al notar el par de ojos dorados que me veían fijamente a los ojos, iba hablar cuando sentí ser agarrada por mi otra mano, voltee enseguida y sorprendida note como un par de ojos azul zafiro me veían con misticismo, sentada entre en medio de Bankotsu e Inuyasha me sentí terriblemente incómoda.
Inu/Bank: Elige Kagome...

Habían dicho los dos al unísono sin soltarme mis manos, yo los mire confundida.
Kagome: ¿Elegir? *Pregunte nerviosa*
Inu/Bank: Elige Kagome *Volvieron a repetir los dos al mismo tiempo* ¿Con cuál de los dos te quedas?
Mire a Bankotsu y después a Inuyasha ¿Pero qué demonios estaba pasando? De repente el sueño se diluyó porque enseguida sentí como la cobija que me cubría se escurría con violencia hacia abajo, abrí los ojos y con terror presencie a Inuyasha con una gran cara de furia que jamás había visto en mi vida, apenas tuve tiempo de ponerme de pie y tomar la cobija para enrollarme, apenas iba a decir algo cuando Inuyasha agarró a Bankotsu de los brazos y lo lanzó al extremo en donde yo estaba, se levantó enseguida y lo encaró ahora también enojado.
Bankotsu: ¿¡QUÉ TE PASA PENDEJO!?

Le escuche decir mientras yo intentaba que la pared me tragara, no sabía qué hacer o qué decir, ni siquiera podía moverme del lugar de donde estaba por el impacto de ver a esos dos a punto de matarse.  
Inuyasha: ¡ERES UN MALDITO CABRÓN HIJO DE PERRA!

Había bramado Inuyasha colérico, no me veía a mí, veía a Bankotsu con un odio infinito, de verdad que daba miedo, mucho miedo, en ese mismo momento desvíe la mirada sin querer hacia la puerta, Kikyou acababa de darse media vuelta para desaparecer de inmediato, algo me decía que debía darme prisa para salir de allí.
Bankotsu: *Sonrió con arrogancia* ¿Acaso estás celoso? *De nuevo enfureció* ¡¡¡DAME UNA BUENA RAZÓN PARA NO PARTIRTE LA CARA, IMBECIL!!!

Incluso no le importaba mostrarse desnudo ante Inuyasha pero incluso antes de que Inuyasha respondiera, ya se le había ido encima.
Un certero puñetazo fue el que Bankotsu recibió en la mejilla, seguido de otro en la mejilla contraria, lo vi escupir sangre y el pánico se apoderó de mí cuando Bankotsu lejos de caerse se le fue a Inuyasha encima con una patada directo a su cara, el rostro de Inuyasha se fue hacia atrás, tambaleo y cuando pudo equilibrarse de nuevo, se limpió el hilo de sangre que salía de su boca, ambos sonrieron, ¿Pero qué putas les pasaba a estos dos cabrones? Fue en ese punto que me sentí idiota ¿Qué maldita necesidad tenía yo de estar presenciando estos actos de brutalidad? Sin soltar la cobija me interpuse entre ambos, entonces obtuve la atención de los dos que me miraron estupefactos.
Inuyasha: ¡QUÍTATE KAGOME! *Me ordenó Inuyasha con voz de hielo* ¡LA COSA NO ES CONTIGO! ¡SINO CON ESTE PEDAZO DE MIERDA!
Bankotsu: ¡VUELVE A REPETIRLO Y TE QUEDARÁS SIN DIENTES! *Vociferó Bankotsu en el otro extremo* ¡HAZTE A UN LADO KAGOME!
Kagome: ¡¡¡YA BASTA!!!

Todos los chicos son igualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora