Traté de ignorar su pregunta, aún estaba llorando y quería evitar a toda costa contarle todo, pero en el fondo sabía que ya era inevitable, me apartó un poco para verme directamente a los ojos, yo aparté la mirada pero él insistió y noté que empezaba a molestarse.
Inuyasha: ¡Dime qué te hizo ese maldito!
Kagome: No fue nada…
Inuyasha: Tu reacción me dice otra cosa… Kagome, por favor confía en mí, somos amigos y nos prometimos apoyarnos siempre, en las buenas y en las malas, estoy aquí para ti y lo que necesites… déjame ayudarte *Yo negué con la cabeza, él suspiró frustrado* Kikyou… dijiste que ella sabía algo *Lo miré asustada* Si le pregunto, me lo dirá sin dudarlo ¿Prefieres que me enteré de algo que parece muy grave por boca de otra persona? *Negué desesperada* Entonces dímelo… *Rodeó mi cuello con sus manos y sentí su delicado tacto* No te juzgaré ni te reprocharle nada… ¿Que te hizo Kouga?
Kagome: Si te lo digo *Me costaba hablar* Creerás que soy una basura *Me abracé a mi misma* Creerás que soy una cualquiera, que ya no valgo nada, que… *Él interrumpió*
Inuyasha: Tu eres la chica más dulce e increíble que he conocido *Acarició mi mejilla* Jamás pensaría nada malo de ti…
Kagome: Eso lo dices porque no sabes lo que Kouga me hizo… lo que yo me dejé hacer… *Él abrió mucho los ojos* Kouga y yo… *Tragué en seco* Nos acostamos el año pasado…
Inuyasha: ¿QUÉ? ¿Cómo? ¿Por qué… y lo más importante… *También tragó saliva* Fue con tu consentimiento?
Un largo y helado silencio reino en esa habitación casi completamente oscura, solo la luz de la luna podía colarse en los barrotes y bordes de las cortinas en esas grandes ventanas de la habitación que compartía con Sango, Inuyasha no había dejado de verme a los ojos y yo no podía articular palabra… ¿Que iba a pensar de mi Inuyasha luego de que le contara todo? Su insistencia esta vez no me iba a dejar tranquila, tenía motivos de sobra para querer saber lo que yo tanto había ocultado, con mucha dificultad logré que mi boca articulara palabras, al principio solo eran balbuceos sin sentido que Inuyasha no entendía, trato de ser paciente pero se notaba que mis palabras lo confundían más y de pronto perdería los estribos para exigirme que hablara claro, tragué saliva y evité verlo a los ojos todo el tiempo, para empezar a narrar aquella tortura que me había tragado por casi un año y que solo Sango y ahora la maldita de Kikyou sabían.
Kagome: Al principio… Kouga era todo un caballero conmigo, lo amé con toda mi alma *Entre lágrimas* Pero luego…
Y empecé a contarte entre lágrimas y sollozos todo lo que había pasado, la historia era sencilla, pero muy difícil de explicar para mi, en especial si cada palabra hacía que algo en mi interior se retorciera de dolor al llegar al final de la historia, aquella historia que había empezado como una novela romántica y se convirtió en una de terror, que había empezado como un cuento de hadas para convertirse en un calvario…
Yo amaba a Kouga y él me amaba a mi, tenía 10 años cuando lo conocí, éramos unos niños que empezamos siendo amigos, hacíamos todo juntos, incluso nuestros padres se conocían y eran buenos amigos, al cumplir 12, mi papá decidió ponerme en el mismo colegio, el Shikon No Tama, tocamos juntos en todos los años, allí también fue donde conocí a Sango y a Ayame, ellas eran mis dos mejores amigas, Kouga era el chico del grupo, se llevaba bien con nosotras 3 y fue cuando cumplí los 16 cuando se me declaró, fue muy lindo y muy romántico, durante el festival de grupo y delante de todo el mundo, se arrodilló frente a mí con una rosa roja en sus manos, acepté encantada, me confesó que yo siempre le había gustado, que no se había atrevido antes por temor a ser rechazado, con todo mi amor le dije que se equivocaba, que desde niños siempre lo había querido y que ahora que por fin estábamos juntos, nada nos iba a separar.
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Todos los chicos son iguales
FanfictionFanfic de Inuyasha BanKag Kagome Higurashi era una chica timida, inocente y feliz hasta que un evento traumático la cambió radicalmente, ahora esta enamorada de una persona imposible, pero cuando ya está harta de sufrir aparecera un moreno que inten...