Capítulo 31: Resistencia.

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**RECUERDA DEJAR UN VOTO SI TE GUSTÓ :D**

Narra Rachel.

Cuando desperté en mi cama, me sentí bastante perdida, confundida y agobiada. Miré a mi alrededor solo para darme cuenta de que tenía una falsa sensación, esa misma sensación que algunas personas sufren y que sienten que no son ellos mismos... como si algo en su interior estuviera cambiando o ya de por sí, hubiera cambiado.

Me llevé la mano izquierda al cuello donde en lo que parecía y para mí respecta, había sido un sueño donde Josh me había apuñalado con una jeringa inyectando en mi torrente sanguíneo una variante del virus para poderme controlar. Palpé la zona con cuidado intentando buscar algún punto en el que me doliera, como si estuviera tratando de demostrar que lo que había soñado no era real. Sin embargo, respiré profundo y me tranquilicé al no sentir ningún tipo de dolor. Yo lo sabía, si de verdad no hubiera sido un sueño, la velocidad a la que Josh me apuñaló con esa jeringa era suficiente para generar algún tipo de hematoma en la zona y por consiguiente algún dolor. Por suerte no era así.

Volteé a mirar hacia la izquierda donde se encontraba la puerta de salida de mi cuarto. Había alguien al otro lado propinando unos leves golpecitos para saber si yo seguía dormida y luego, lo oí hablar; era William.

—Rachel... —lo escuché decir, tragué saliva y entonces recordé lo que antes me había dicho o de lo que no estaba segura si me había dicho. Estaba perdida en el tiempo, me sentía como si hubiera dormido días enteros, como si mi última semana no hubiera existido... como si todo hubiera sido un producto de mi imaginación.

—¿Qué? —respondí fríamente, me levanté de la cama y con mucho cuidado me acerqué hasta la puerta y sin abrirla, me quedé parada frente a ella observándola y esperando alguna respuesta de él.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó, posé mi mirada en todas partes haciendo bailar mis ojos y luego bajé la vista para observar mis pies. —Me alegra que hayas despertado.

—Algo... confundida. —le respondí, retrocedí un poco cuando escuché que William estaba aferrándose del pomo de la puerta para poder ingresar a la habitación. Entonces, la puerta se abrió frente a mí y yo solo me quedé estática. Me sentí amenazada y bajo asedio.

Ahí estaba él, parado en el umbral de la puerta sin ningún tipo de arma a su disposición, con ambas manos a su costado y el mismo aspecto que le había visto en mi "sueño". Dio un par de pasos hasta el frente y miró en todas direcciones como si estuviera buscando en mi habitación algo que le pudiera servir.

—Estabas en coma, Rachel. —me comentó, me quedé más confundida de lo normal. —Hace una semana, estabas en el laboratorio ayudándole a los científicos con unas cosas... hubo un accidente e inhalaste un químico.

—¿Qué tipo de accidente? —le pregunté confundida, negué brevemente con la cabeza cuando se lo pregunté.

—No lo sabemos... —me respondió.

—Mientes... —me negué a creer en tal absurda teoría, lo que había sucedido con Josh no era un sueño, había sido real.

William se acercó un poco más a mí y la luz que entraba por la ventana por fin dio con su rostro. Había algo raro en sus ojos, no eran los mismos.

—Josh me infectó con una variante del virus... —me llevé la mano al cuello mientras lo observaba. —Y me dijo que muchas personas estaban igual de infectadas, solo para tener el control de ellas... ¿crees que no me di cuenta?

—Rachel... —se acercó a mí todavía más y con más velocidad hasta quedar a mi altura. Me sujetó de los hombros y estaba tan cerca que podía sentir su olor. —Estás confundida... eso es lo que sucede.

Apocalipsis Z El Inicio - Romance GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora