Capítulo 67: El recorrido.

169 56 0
                                    

Muchísimas gracias por leer, espero que este capítulo les guste mucho :), no olviden dejar un voto para seguir motivandome a traerles más contenido. Los quiero 🤠

Antes de poder salir de la prisión se tenía que mover la horda a otro lugar para evitarnos algunos problemas. Para esto se usaban fuegos artificiales ubicados estratégicamente en varios puntos de la ciudad para atraer a las criaturas. Y estos los activaban las centinelas, quienes eran varios hombres distribuidos en puestos de avanzada que se encargaban de mantenernos informados de cualquier cosa. La ciudad estaba muerta, así que si lo veíamos de esa manera se podría decir que era un trabajo aburrido.

Una zona de la ciudad se llenó de fuegos artificiales y tanto el sonido como las luces comenzaron a hacer su trabajo. La horda se movía con lentitud pero al menos en media hora todo el camino estaba libre para volver a Neira.

Conmigo se encontraba William y Rachel junto a dos hombres más llamados Axel y Leonardo. Todos estábamos bien equipados para lo que estábamos a punto de hacer, pero en mi mente siempre tenía esa pequeña espina de inseguridad cada vez que teníamos que salir.

William se le veía bastante tranquilo como de costumbre, había elegido como arma favorita un machete afilado que cortaba cabezas como si fuera mantequilla. Rachel por otro lado trataba de estar tranquila, pero con solo verla podía darme cuenta de qué en el fondo sentía tanto miedo como yo. No la culpaba en lo absoluto, es normal tener miedo en este tipo de situaciones.

Los otros dos tipos, Axel y Leo se mantenían firmes, casi que se podrían confundir con dos perros ya que no dejaban de mirar a su alrededor. Axel estaba fumando y por lo general siempre se le veía así. Sus bolsillos tenían más cigarrillos que balas.

—Hay que movernos— inquirió Leonardo dando los primeros pasos. Salimos de la prisión cruzando las dos puertas de seguridad y luego ambas se cerraron a nuestras espaldas con un golpe seco. Se podía sentir el frío, el olor a muerte y el silencio de la ciudad. Apenas eran las 9 de la mañana cuando eso.

—Siempre he dicho que esas puertas son el muro entre la vida y la muerte. Allí adentro se siente algo diferente que aquí... más frío. — dijo Axel y luego le dio una profunda calada a su cigarro para acabarlo. Luego de eso lo tiró al suelo y lo aplastó con su bota. — Buscaremos un vehículo más adelante, la horda volverá pronto para cuidar de la prisión.

—¿No es un tanto peligroso tener cientos de esos seres ahí? — preguntó Rachel con curiosidad. Axel le dirigió la mirada.

—Tal vez, pero ayuda a mantener lejos a cualquiera que intente pasarse de listo. — respondió. — A los niños se les dice que esos seres actúan con Cerbero, el gran perro de tres cabezas que cuida las puertas del inframundo.

—Claro, si se les dicen que es Cerbero con cientos de cabeza podridas y hambrientas no van a dormir nunca. — interrumpió Leonardo con una risita.

Frente a nosotros iba un caminante con la mirada perdida. No se había percatado de nosotros tan siquiera y se movía muy lentamente arrastrando un pie. Me di cuenta en la lejanía que un hueso sobresalía de su tobillo y este hacia fricción con el pavimento dejando algo de sangre. Era una chica con el cabello oscuro y algo baja. Su ropa estaba hecha añicos y con algunas marcas de sangre.

—Me la pido. — dijo Axel.

—Yo la vi primero. — respondió Leonardo un tanto enojado.

William, Rachel y yo nos miramos un tanto confundidos, pero fue a Rachel a quien más le molestó que ambos tipos estuvieran peleando por quién matar a la pobre chica como si se tratara de un deporte. Vi que sacó una navaja y se abrió paso entre los dos tipos mientras estos se quedaban mirándola al tiempo que ella no se detenía. Pegó un leve silbido y entonces el caminante volteó a mirar.

Apocalipsis Z El Inicio - Romance GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora