Narra Billy.
Me desperté en ese instante dado a que la camioneta se detuvo en seco. Apenas aclaré los ojos vi que mis compañeros miraban en todas direcciones algo preocupados o buscando algo entre lo que se hallaba frente a nosotros.
—¿Sucede algo? —quise preguntar mientras le seguía la mirada a cada uno de ellos. Allie y Alex parecían más preocupados y atentos ante la situación. Observé hacia el frente y entonces pude detallar mucho mejor el problema que nos estaba asediando. Dos camionetas habían sido puestas de forma horizontal en medio de la carretera para así evitar el paso de cualquier vehículo.
Allie no lo dudó y sacó su pistola para tenerla lista.
—Eso no estaba ahí cuando veníamos. —comentó Alex algo preocupado.
Casi todos se bajaron del vehículo, a excepción de Rachel y yo quienes nos quedamos dentro de la camioneta. Ella estaba ahí, a unos cuantos centímetros de mí vistiendo todavía con ropa de la Nación y un esqueleto blanco que ahora se veía ya bastante sucio.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó ella dedicándome una leve mirada. La pude sentir, pues yo me hallaba siguiendo con los ojos a mis compañeros para ver que encontraban allí afuera.
—¿Alguna vez te atropelló un camión? —le pregunté volviéndome hacia ella. Negó con su cabeza y sonrió un poco. —Bueno, así me siento...
—Déjame revisar tu pecho. —me pidió. Me le quedé viendo y decidí no negarme dado a que necesitaba una evaluación de la herida que tenía en mi pecho.
Me acomodé, agarré el borde de la camiseta y comencé a subirla con mucho cuidado para no lastimarme. Había sangre en la camiseta por la zona del pecho, lo que indicaba que estaba sangrando. Al final logré subir la camiseta lo suficiente como para que ella pudiera observar la herida y, apenas lo hizo, sus ojos se abrieron como platos.
—Dios mío... —musitó por lo bajo. —Quisiera al menos haberte podido ayudar.
—No te preocupes... —le respondí y volví a bajar la camiseta con cuidado. —Recuerda que sano rápido, así que pronto estaré como nuevo.
—Como nuevo y con una fea cicatriz en forma de cruz. —añadió ella. —Cuando lleguemos a la Prisión te haremos las curaciones posibles. Si se infecta esa herida, tendremos un problema más grande.
—Gracias. —le agradecí y le sonreí. Se me quedó viendo por un instante y sus mejillas lograron ruborizarse. —Les agradezco a los dos por haber vuelto por mí...
—No hay de qué... eso hacen los amigos. —me respondió. Crucé media sonrisa y recordé la primera vez que la vi a ella.
—No me conoces lo suficiente como para decir que soy amigo tuyo... —le dije. Ella volvió a sonreír. —Recuerdo cuando te conocí... llevabas ese ridículo gorrito y me estabas apuntando con una pistola directo al cráneo. Eso sin contar que intentaste abandonarme en la zona industrial de la ciudad.
—Oh... bueno... —no sabía que decir. —Suelo conectar muy rápido con las personas... digamos que es algún tipo de instinto femenino lo que me hizo no matarte y devolverme en el tráiler para salvarte la vida.
—Eso suena muy alentador. —le repliqué. Miré hacia afuera y vi pude ver a William caminar directo hacia ambas camionetas para ver si podía moverlas del camino. Volteé a mirar a Rachel.
—William ahora me produce cierto terror. —comenté. Ella lo volteó a mirar y luego clavó sus ojos en mi.
—No creo que ahora sea capaz de matar una mosca... bueno, eso si imaginas que somos las moscas. —me respondió con su rara metáfora. —También me tomó tiempo volver a confiar en él luego de que quiso matarme.
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Apocalipsis Z El Inicio - Romance Gay
Fiksi IlmiahBilly, un médico de una pequeña ciudad en Colombia, queda a la deriva en un mar de anarquía y violencia cuando una misteriosa enfermedad llega para quedarse. Entre el caos y separado de su novio por un mar de kilómetros. Entenderá que la única mane...