Capítulo 32: ¿Sospechoso?

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Narra Billy.

Me removí en la cama bastante inquieto. Aún estaba durmiendo sobre aquella dura camilla atado de pies a cabeza para evitar convertirme en una de esas cosas, pero por el momento no estaba al tanto de eso. Estaba soñando, teniendo una pesadilla horrible que me tenía con la piel bañada en sudor, el corazón acelerado y las arterias de mi cuerpo brotadas como grandes tuberías.

"—¡Thommy!—estaba persiguiendo una figura humana que se asemejaba mucho a mi novio. Su postura, la forma de su cuerpo y en la manera que andaba sabia que era él.

Iba caminando despacio a varios metros de mí, arrastrando un pie y con la cabeza ladeada. Parecía como si tuviera pereza de caminar bien o de tomar una postura firme.

Corrí hasta su posición, pero por más que intentaba llegar, este se iba alejando más. No lo iba a alcanzar, todo se veía muy mal.

—¡Thommy! ¡Espera! —exclamé a todo pulmón. Intenté correr de nuevo por aquella obscura calle. Se podían distinguir las casas y los edificios, pero solo la calle estaba iluminada por un brillo extraño y nada más.

Cai arrodillado en el pavimento, rendido, abatido. Levanté la mirada hacia la figura que permanecía quieta a varios metros de mí sin inmutarse ante mi llamado. Comencé a llorar en silencio y luego le propiné un fuerte golpe al duro suelo de concreto de la rabia que me invadía por todo el cuerpo. Podia sentirla correr por mis venas como un veneno que me ardía bajo la piel.

Fue en ese instante que sentí que alguien posó una mano sobre mi hombro. No me asusté ante ese acto, solo volteé a mirar hacia la izquierda levantando un poco la mirada. La mano estaba fría y esta pertenecía a una figura obscura que yacía detrás de mí observandome con curiosidad. Me le quedé viendo con angustia.

—No temas... —me dijo. —El dolor pronto desaparecerá.

Me soltó el hombro y luego se desvaneció entre la oscuridad que nos rodeaba. Me sentí extraño, pero luego el terror se hizo presente cuando miré al frente y tenía a Thommy frente a mí. No podía moverme del terror que me invadió en ese momento cuando lo ví.

Parte de su labio inferior había desaparecido, dejado ver una dentadura gris y ensangrentada combinada con infecciones. Sus ojos grises apenas si brillaban ante la poca luz que llegaba a la calle. Su cabello estás revuelto, mojado y lleno de tierra al igual que sus prendas de vestir. Llevaba puesto un suéter de color azul oscuro que si mal no recordaba, se lo había regalado antes de que se fuera para Estados Unidos. —Es para que no sientas frío. —recuerdo haberle dicho cuando se lo di. Ahora no era más que un trapo sucio, lleno de sangre, tierra y un agujero de bala a la altura de su pecho.

—No... —musité casi al borde de llorar. Estaba a punto de romperme, pero no tuve oportunidad porque él se abalanzó sobre mi abriendo con ganas su mandíbula y luego apretando con fuerza mi cuello.

Pegué un alarido de dolor cuando sentí el mordisco. La sangre tibia se pudo sentir bajando por mi pecho a toda velocidad y entonces, desperté."

Desperté gritando en la camilla de la enfermería de la prisión. Allie estaba ahí, sentada en el escritorio leyendo lo que a mí parecer era un libro para tratar ciertas enfermedades.

Se percató de mí histeria y se levantó lo más rápido posible sosteniendo entre sus manos una pistola 9mm, pero se calmó cuando vio que me relajé en la camilla.

—¿Bill?—la oí preguntar. Yo seguía con la mirada perdida en el techo de la enfermería, observando las manchas de humedad que se seguían colando por debajo de la pintura que a escasas penas era blanca.

Estaba sudando como un caballo y mi ritmo cardíaco no era normal. De hecho se hallaba bastante disparado.

Volteé a mirar a Allie quien permanecía a dos metros de distancia de la camilla temiendo que me estaba convirtiendo en una de esas cosas, pero no era así, solo había tenido una fuerte pesadilla. Era agradable estar de nuevo en el mundo real.

Apocalipsis Z El Inicio - Romance GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora