Capítulo 48: El precio de la vida.

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Hola :D, espero de todo corazón que este capítulo te guste mucho, pues lo hice con mucho cariño y esfuerzo :3. Ojalá me regales un votito, si tu, el que está leyendo este spam :'v, así estarías ayudando a este "escritor" a cumplir su sueño. Muchas gracias :3


Narra Thommy.

Intuí que la salida de estos extensos y anchos túneles se encontraba relativamente cerca, pues dos horas más tarde de haberme despertado y conocido a Lucas, comenzó a llegar una helada brisa que puso la piel de gallina a todos los que estábamos encerrados en la gran celda. Algunas personas se abrazaron así mismas mientras que otras se recogieron junto a la pared abrazando sus piernas. Por un momento pensé que se trataba de un viejo sistema de ventilación que los residentes del lugar habían instalado por todos los túneles, pero Lucas me sacó de esa equivocación diciendo que de vez en cuando abrían las entradas a los túneles para ventilar todo el interior, sobre todo en la parte donde estaban los prisioneros donde el desaseo y malos olores producían grandes molestias. No era mentira, estas grandes celdas se comportaban como una especie de baños públicos donde la gente hacia sus necesidades en una esquina gracias a que no teníamos sistema sanitario.

No faltaba mucho para que el famoso evento pudiera empezar y en el que yo mismo sería sometido para demostrar mi fortaleza. Claro que podía demostrar muchas cosas, pero en el estado que me encontraba me parecía una total estupidez, pues la herida en mi pierna era un gran obstáculo que a duras penas si me dejaba mover... aún así, tenía que demostrar que podía sobrevivir. Igual ya había pasado por cosas peores. Mientras tanto, estaba intentando hacer leves movimientos con la pierna para así apaciguar un poco el dolor que me sobresaltaba cada vez que intentaba moverme con fuerza, además, también me serviría para que el dolor no me fuera a tomar por sorpresa en el campo de batalla. Intenté sostenerme con la misma pierna, pero cuando quise intentarlo sentí una gran debilidad en la pierna que me hizo perder las fuerzas y casi caer al suelo de culo luego de trastabillar.

—No deberías forzar esa pierna de esa manera. —comentó el anciano quien permanecía sentado contra la pared observando todo su alrededor. Lanzó una pequeña piedra hacia el frente que sonó y llamó mi atención. Lo volteé a mirar.

—No tengo de otra... —le respondí y seguí practicando. Puse mis brazos en forma horizontal hacia los lados e intenté de nuevo conservar el equilibrio, pero al momento de intentar apoyar la pierna sentí ese fuerte dolor nuevamente que me hizo sacar una mueca de dolor. Maldije por lo bajo y dejé caer mis brazos a los lados. —La idea es que el dolor no me vaya a tomar por sorpresa, porque si lo hace no voy a volver a este lugar.

—¿No es mejor guardar fuerzas para cuando llegue el momento? —me cuestionó y observó a su muñeca donde se encontraba un reloj de color dorado que brillaba con la poca luz que ingresaba a la gran celda. —No demorarán en venir por ti.

—Está bien... —cedí ante sus palabras y emprendí una pequeña caminata hasta su posición para sentarme a su lado. Llevé ambas manos hacia mi rostro y las arrastré por mi sucia piel hasta que cayeron en mis piernas para luego dejar mi cabeza recostada contrala pared. —Quisiera estar muerto... mejor.

Esbozó una pequeña sonrisa y lo volteé a mirar. Ahí estaba él, a un metro de distancia de mi jugando con otra pequeña piedra entre sus dedos.

—¿Tienes familia, hijo? —su pregunta me había tomado por sorpresa, por lo que no supe como responder en ese momento y lo miré algo confundido como si no conociera ese término. Ni siquiera con Billy me atrevía a hablar de mis padres y las personas cercanas a nosotros por los innumerables problemas que ocasionaron haciéndonos la vida casi imposible. Tal vez Billy era mi única familia, pero ¿cómo podría decírselo a Lucas?, tal vez por su edad estaba lleno de prejuicios, pero eso era juzgar mal.

Apocalipsis Z El Inicio - Romance GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora