Apocalipsis Z El Inicio - Romance Gay

Capítulo 29: El fuego purifica.

Narra Rachel.

Había salido de casa con el rostro envuelto en la ira y a su vez no podía creer que William estuviera aceptando los actos violentos de Josh diciendo que eran traidores; me parecía que esa era la justificación más mediocre, inútil y vomitiva que podía ocurrírsele.

Neira no era un lugar muy grande que digamos, era un pueblo pequeño que había sido cercado de Norte a Sur y de Este a Oeste con verjas metálicas en cuanto el apocalipsis se comenzó a desatar. Luego de eso, de a poco, se fue construyendo un metro más adentro de las verjas, grandes muros de concreto que hasta el día de hoy faltaban por ser terminados. Eso era como lo único que yo apoyaba, pues las verjas no eran una gran defensa contra las hordas y hordas de esos seres que llegaban todos los días desde la ciudad. 

Y hablando un poco más a fondo del lugar, —al cual Josh le puso "nación del fuego"—, contaba con un suministro de agua ilimitado que llegaba a todos los lugares y hogares del pueblo gracias a un río que se hallaba cerca. Este río a su vez suministraba energía hidroeléctrica al pueblo, la cual se racionaba por día. Desde medio día hasta media noche el suministro de energía se hallaba vigente hasta en el último rincón de la Nación, luego de esa hora hasta las próximas doce horas la energía solo se hallaba disponible en las calles para que así los guardias tuvieran una mejor visibilidad de lo que sucedía. Por otro lado, la comida no podía faltar; gracias a los extensos cultivos que habían antes del apocalipsis y que se conversaron después de mismo, la Nación gozaba de buena comida y ninguno de sus ciudadanos le faltaba el pan de cada día, —así era como Josh daba su discurso casi siempre—.

— Rachel... — escuché que la puerta a mis espaldas se abrió, me giré y entonces vi a William acercarse a mi posición. — Espera...

— ¿Qué quieres, William?— me crucé de brazos y me le quedé viendo por un instante.

Hasta ese momento no lo había detallado de mejor manera; tenía el cabello peinado hacia atrás combinado con un barba de una semana más o menos.

— Tienes que comportarte... — dejó que su fusil le colgara de las correas y me sujeto con ambas manos de los hombros mientras no apartaba la mirada de mí. — Josh es un tipo peligroso cuando encuentra una amenaza para este lugar.

— No soy una amenaza. — me sacudí un poco y retrocedí para apartarme de él, no quería que me tocara ni un solo pelo. — Ustedes son la amenaza de este lugar... no dejan que la gente sea libre, que piense de distinta manera y sea feliz... todos fingen ser alguien solo para que ese viejo no los crucifique y luego los queme vivos antes de haberlos humillado.

— Solo tratamos de mantener a salvo este lugar... —me dijo, llevó sus armas hasta su fusil y lo tomó de nuevo. 

— Según lo que me ha dicho la gente... no es así... — hice una pausa. — ¿Qué acaso no conoces las historias?

— ¿Cuáles historias?

— Ah sí... verdad que eres el señor soldadito y solo haces guardia... — le comenté. — La gente me ha contado lo que ha sucedido con este lugar... muchos aquí están desde antes que Josh llegara, pero cuando este enfermo llegó al lugar, convirtió todo en un infierno volviendo a la gente en contra de los que estaban a cargo del lugar.

  — ¿Quiénes? — preguntó él con seriedad, me acerqué con severidad y le señalé el uniforme.

— La gente que portaba ese uniforme... ¿sabías que esta Nación pertenece a una cadena mundial de otras naciones que se dedican a sobrevivir? — di unos pasos hacia atrás nuevamente. — La ONU tomó el poder en muchas partes del mundo y creo refugios para salvar a la gente del apocalipsis y este lugar era uno de esos... pero entonces llegó Josh, lavó el cerebro de las personas en menos de una semana y lo llevaron al poder convirtiéndolo en el único líder de este lugar... me han dicho que para Josh fue fácil tomar el poder porque no había mucha presencia militar y hasta una pequeña cantidad de ellos le ayudaron para derrocar a Jim.