-Muy bien chicos, hoy quiero que retraten a una persona desconocida.- todos se habían quedado contrariados ante la indicación.
-pero profesor...-una chica sentada al lado de Steve, había dicho lo que todos ahí querían decir.
En la clase eran al menos 10 alumnos, todos acomodados en un círculo, con un caballete enfrente de ellos y sentados en banquillos de madera.
-Sé que esto es algo poco común a lo que hemos venido haciendo, pero díganme,- continuó el profesor mientras dejaba de ver por la pared de vidrio;-¿qué sería del arte si los grandes pintores no se hubieran atrevido a hacer algo fuera de lo "normal"?
Todos callaron ante las palabras del profesor Pym, y él sonrió con entusiasmo. Steve pensaba igual que su mentor, y mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, comenzó a dar pinceladas en el blanco lienzo.
Después de haber salido del shock, fue como los demás también comenzaron con la actividad; pasó más de media hora, antes de que el maestro caminara por todo el salón, deteniéndose el tiempo suficiente con cada uno, observando sus avances, y fue hasta que llegó al lugar de Steve, donde se detuvo más tiempo.
-Interesante joven Rogers.
El mencionado dio un pequeño salto, debido a la impresión, estaba tan concentrado en la pintura que nunca lo sintió llegar.
-¿Qué es interesante señor?- preguntó volteando con el pincel en la mano derecha y en la izquierda la paleta.
-Ha dibujado a ése joven de tal manera que pareciese que lo conoce de toda la vida.- respondió mientras le daba una mirada un tanto misteriosa, que Steve no supo cómo interpretar.
-Le aseguro que nunca lo he visto.
-Y le creo,- dijo antes de soltar una suave risa por la cara que había puesto el otro.- es sólo que me recuerda a la vez que yo retraté a mi esposa.
Henry Pym, o cómo era más conocido: "Hank", llevaba más de 30 años casado con la famosa científica Janet Van Dyne, quienes tenían una hija, aunque jamás la había visto. Juntos eran una hermosa pareja, mientras Hank era el serio de la relación, su mujer se llevaba todo el crédito del buen ánimo, su personalidad era extrovertida y siempre en pro de defender a los demás.
Y así como había llegado, se fue para continuar con los que aún faltaban. Steve sólo se quedó observando lo que hasta hace unos momentos lo tenía tan ensimismado.
Cabello castaño, piel morena y ojos ámbar, sin contar la peculiar...
Los rayos de sol que le daban de frente, chocaban con la parte reversa del cuadro, dándole cierto toque mágico a su pintura, lo cual no ayudaba a que se viera casi idílico.
No sabía por qué había volteado, pero estaba casi seguro de que al mirar por encima de su hombro izquierdo, aquél chico castaño estaba ahí, recargado de manera "casual" en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos; pero en cuanto parpadeó, ya no estaba.
¿Había sido una alucinación?, porque de otra manera no podía explicarse que la misma persona que él había pintado, y la cual no existía, estuviera parada a tan sólo unos metros de donde se encontraba. Además, su imagen era un tanto difusa, y eso era por demás, muy extraño; porque en el lugar había demasiada luz, ¿entonces...por qué no le había podido ver el rostro?. Estaba seguro que era él, su chico del cuadro...¿pero cómo?.
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Hasta aquí el primer capítulo. Si quieren darme alguna opinión al respecto serán muy bienvenidas en verdad.
Espero que les guste, muchas gracias por leer. Cualquier cosa que quieran comentar las estaré leyendo.
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Siempre has sido tú
FanfictionEl chico que viene y va. Así es como Steve lo había nombrado en un principio, cuando no conocía absolutamente nada de él. ¿Y porqué lo llamó así?, fácil, no pasaban más de 5 minutos en los que él se aparecía de la "nada" y se iba. Cualquier otro, ha...