Tinta

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Las exposiciones que Steve había realizado a lo largo de ese tiempo, le habían valido que mostrara sus obras en el Museo de Arte Moderno en Nueva York.

Tanto él como Tony quedaron sorprendidos al leer la carta que el instituto les mandó. Habían sabido de él, gracias al encargado de la primera galería dónde el rubio presentó sus cuadros, y luego uno de los representantes del museo asistió por casualidad a su última muestra; además de que le pedían una respuesta en el menor tiempo posible.

En el papel le decían que tenía verdadero talento, y si él lo quería podían ayudarlo a ser reconocido no sólo en su país sino a nivel mundial.

Al principio Steve dudó, amaba pintar y plasmar lo bueno del mundo en sus lienzos, y le emocionaba que las personas gustaran de su trabajo; pero de ahí a que fuera un artista famoso, jamás lo pasó por su mente. Por otra parte, Tony estaba más que feliz por Steve. Él sabía que su talento era para que estuviera precisamente en un museo, donde las personas estiradas y que se jactaban de tener 'buen gusto' admiraran las creaciones del rubio. Y mientras él pegaba de brinquitos en la sala, se detuvo al ver el marcado ceño en la frente de su novio.

Suspiró. "De seguro piensa que no es tan bueno", se dijo Tony en la mente.

-Acepta- le dijo el castaño viéndolo directamente a los ojos.

-Pero...

-Pero nada Steve. Esos tipos estirados no llaman a cualquiera simplemente para saludarlo.

Steve suspiró. Tomó el teléfono y marcó el número que estaba en la hoja, luego de tres pitidos, un joven le contestó, le pidió el motivo de su llamada y seguido de eso sus datos. Al final, le dijo que en tres días se pondrían en contacto de nuevo con él.

Mientras el plazo no se vencía, Tony le comunicó a sus amigos, y a sus padres sobre la buena nueva, uno, porque sin lugar a dudas, todos debían de asistir cuando le dieran una fecha, y segundo, para que él no fuera el único en decirle que esa era una maravillosa oportunidad.

Y la idea le resultó. Nat lo regañó por no confiar más en él, Sam y Bucky lo festejaron bebiendo una cerveza; Howard le palmeó el hombro y lo miró con una mirada y sonrisa de orgullo, una como las que le daba a Tony, María lo llenó de besos y fue la que más se interesó por las posibles obras que expondría, aunque el rubio ni siquiera había pensado en ello. La pelirroja antes de que se fueran les recordó que invitaran también a su amigo.

Loki sonrió ante la euforia que mostró Thor en la vídeo llamada que hicieron la pareja, Hela 'pidió' su entrada, en sus palabras los jueces del evento no tenían su exquisito criterio, Tony se rio y rodó los ojos, mientras Steve asentía con el teléfono en la mano; Pepper felicitó al novio de su amigo, cuando el castaño lo llevó a una de sus juntas, en las que indudablemente llegó tarde, y ella luego de respirar hondo ante la táctica de Tony, les comentó que le comunicaría la noticia a Bruce y Rhodey.

Una vez que los tres días habían pasado, Steve volvía a estar nervioso meciéndose en el sillón al lado del teléfono, a la espera de la llamada.

-Sabes que ya es seguro ¿no?- le dijo Tony al entrar al departamento con sus lentes naranjas y traje de tres piezas.

-S...i- respondió con un tic en la voz el rubio.

De repente el sonido del aparato al lado de Steve hizo que ambos se giraran hacia él.

Steve ni siquiera respiró cuando agarró el teléfono inalámbrico, presionó el botón verde y asintió ante cada indicación que le daban.

-¿Cuándo?- le preguntó Tony a la vez que el más alto colgaba.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora