Felicidad

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Habían ciertos días de la semana que a cualquier persona le parecían especiales y que en lo particular le gustaban demasiado.

En su caso, a él le gustaban los lunes. Disfrutaba de los seis días restantes como todos, le eran relajantes el sábado y el domingo, era idóneo para jugar con su familia.

Pero los lunes. El lunes había varios momentos de su vida. Pintó a Tony un lunes, lo vió en la cafetería en otro único de semana, se graduó de la universidad un lunes, su boda se realizó en otro, y su hijo, su querido Peter, llegó en lunes.

Así que en conclusión, podía decir que los lunes, eran sus favoritos.

Y ahora, otro lunes se sumaba a la lista. El día en que su ya no tan pequeño Pete Pay, como le gustaba decirle Tony, entraría a su primera día del jardín de niños.

—Harley, dale un abrazo a tu hermano y deseale un buen día.— escuchó a Tony hablar.

Sí, luego de un año y medio, ambos decidieron adoptar a otro niño. De hecho había sido Peter quién cureosando por el orfanato, se encontró con Harley; los dos se llevaron bien, y tras el susto que tanto él como el moreno se llevaron al no ver a su hijo, sonrieron ante la imagen que ése par de pillos les daban.

Fue así como el pequeño ingresó a la familia Rogers-Stark.

Ahora al ver a sus dos hijos abrazarse como si fuera el fin del mundo les provocó una fugaz risa, que Harley les reprochó con la mirada.

—Ya, ya Harley, no te enojes. Volverás a ver a tu hermano en un par de horas. — le habló Tony al menor antes de tomarlo en brazos.

Una vez que Peter, tomado de la mano de una de las maestras, ambos soltaron un pesado suspiro. No era fácil ver crecer a aquellas personitas que vieron cuando sólo tenían apenas unos cuantos meses de vida.

Sin embargo, pronto se adecuaron al nuevo ritmo. Desayunaban los cuatro juntos, Peter iba a la escuela, Harley iba al trabajo de uno de los dos, aunque lo más común era que no se soltara de Tony ni un segundo y éste se lo tuviera que llevar a la empresa o en un buen día, Steve tuviera la fortuna de que su hijo lo quisiera acompañar a todos lados.

Tanto Peter y Harley eran más unidos a Tony, y Steve no los culpaba. Era imposible no sentirse atraído al castaño, mientras él era la luz ellos eran las polillas.

Afuera de su hermosa burbuja de armonía, los medios enloquecieron la primera vez que supieron que adoptaron un hijo y en la segunda ocasión, los apoyaron aún más. Era obvio que no todos los vieran con buenos ojos, pero a los dos no les importaba lo que el mundo dijera cuando, tenían a las personas más importantes de su vida, a su lado.

Howard y María vivían encantados con sus nietos, los niños eran mimados hasta la locura por su abuelos y tíos. Todos los amaban y cada que se hacían reuniones familiares, los pequeños pasaban de brazos en brazos, hasta que se quedaban dormidos o en el caso de Harley, se sentía cansado de tanta atención y 'pedía' por sus padres.

Varias fueron las veces que compararon a los niños con ellos. Mientras Peter era tranquilo como él, Harley era más impulsivo y manipulador como Tony. Aun así, Steve los adoraba a morir.

Steve era feliz, por supuesto que lo era. Ahora que veía a sus mejores amigos a poco de casarse, charlando con Tony sobre los preparativos y sonreír por las bromas pesadas que Loki, Hela y Tony le gastaban a Natasha y Bucky, podía decir que estaba pleno.

La tan acostumbrada reunión de amigos y familia, se llevaba a cabo en la casa de Malibú. Aquella en la que se hallaban guardados miles de recuerdos hermosos y entrañables.

Las risas de los niños se escuchaban por el patio. Howard jugaba a ser el lobo feroz que atrapara a los niños que cantaban, giraban y contaban, tomados de las manos. Wanda, Pietro y Víctor, el chico inglés, al que la menor de losa Maximoff le puso Vis de cariño, se habían vuelto unidos a ellos.

La sonrisa en su rostro se ensanchó un poco más. Nunca creyó posible tener una familia tan grande y tan variada. Sus amigos eran la suya, pero al conocer a Tony, y convivir con los miembros de lo que eran la suya, se sintió como cuando estás de viaje y vuelves a casa. Eso eran todos ellos. Su casa. Su refugio.

Pero Tony; Tony era su hogar. Él le había dado lo que creyó perdido, al morir sus padres. Tony le dio todo cuanto tenía y mucho más.

Salió de sus pensamientos felices al sentir a Thor golpear su espalda 'de forma amistosa' para que se uniera a su charla de hombres.

Rio ante el título del pequeño círculo que Rhodey, Sam, Bruce, Clint y él hacían. El ruido de las botellas de cervezas le pareció como el de campanas.

Y en ese brindis, brindó por sus amigos, por Peggy quién siempre estaba con ellos y sus hijos, por sus suegros, quienes le abrieron los brazos cada vez que lo veían, por sus hijos que eran su más grande orgullo y finalmente, brindaba por Tony, por ser el amor de su vida, su alma gemela.

Su felicidad estaba ahí, aquella que en los momentos más oscuros pensó nunca alcanzar.
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¡Y llegamos a la parte final, antes del final!

Discúlpenme por estar tanto tiempo de nuevo ausente pero la escuela y el otro proyecto que inicié en FB, me desviaron un poco de aquí.

¡Pero ya regresé!

Para quienes me leen aquí y no saben de lo que hablo, les digo que me armé de valor para hacer una historia en ediciones de imágenes. Si quieren apoyarme ahí también, pueden ir a FB y buscarme por el mismo nombre.

Espero que les guste el capítulo, lo hice con mucho amor, aunque siento que hice algunas lagunas en éste capítulo, sí es así háganmelo saber.

¡También! ¡Harley se unió a la familia Rogers-Stark! ¡¿No es increíble?! 😱😍❤️ Y Peter Pay ya es más grande, obviamente.

Ciao

Starkforever

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora