Padre

114 21 19
                                    

Howard Stark, había cometido muchos errores a lo largo de su vida. Pero también había echo otras tantas buenas y maravillosas que lo enorgullecían.

Pero en particular eran tres las que más atesoraba: la primera era su esposa, María Stark. El casarse con ella le abrió puertas y le mostró caminos que él nunca se tomó el tiempo de apreciar. Esa hermosa mujer de cabellos dorados y ojos azules, lo había salvado de muchas maneras y le dio una familia.

Anthony Edward Stark era lo segundo mejor en su vida. Su hijo, ése pequeño niño con mente de un hombre, quién era más inteligente que él; era su orgullo. Tony, como le decían de cariño, nació en una cuna de oro, pero no tuvo el mejor trato de su parte.

Sabía que Tony luchaba constantemente contra todo el mundo, el ser su hijo era demasiado peso en sus hombros y sin quererlo su legado le hacía sombra en su futuro.

Y ahí entraba lo tercero de lo que se enorgullecía, su empresa aquella que emprendió al comienzo por sí solo, pero que luego con ayuda de su amigo Odín y de su esposa llegó a ser lo que hoy en día era. Su empresa y sus conocimientos, su amor es lo que le dejaría a Tony.

Su familia había estado en muchas ocasiones en la vista del enemigo. Pero no fue hasta el intento de asesinato que sufrió junto con María y luego el secuestro de Anthony que redirigió sus enfoques.
Por años se dedicó a sus inventos y a las industrias; sin embargo, a partir de ahí su mujer, hijo y amigos eran lo más importante.

Ahora su hijo estaba siendo manipulado por un tipo que quería adueñarse de Industrias Stark. Pero eso no era todo, ¡Ah no! En las noticias la exclusiva desde hace semanas era la supuesta boda entre Tony y Justin Hammer.

Él no era nada estúpido, Tony y Steve, el chico con el que tanto tiempo pasó, se gustaban. Era evidente a miles de kilómetros. Hasta su esposa lo sabía, él tardó un poco en darse cuenta pero notaba lo raro y especial de su "amistad".

****
-Howard-le habló alguien al otro lado de la línea, desde un número desconocido.
-¿Loki?
-Sí, soy yo.
-¿Hijo porqué me estás hablando desde un número que no es el tuyo?- Loki y Thor eran como sus hijos, los habia visto crecer, eran parte de su familia. Ahora y siempre.
-Es Tony-eso no era nada alentador.
Loki le dijo que lo que pasaba a grandes rasgos, sin entrar a fondo. Pero le confirmó lo que sus agentes secretos le habían comentado.
-¿Dónde te veo?
-En...
-De acuerdo. Estaré ahí luego de hacer una visita.
-Sí, ya sé.- respondió con aire cansado Loki.
****
Tenía la leve sospecha que por su culpa las cosas entre Tony y Steve se habían complicado hasta llegar a ésto.
Peggy no estaba en su casa, había salido a visitar a sus hijos, lo cual agradecía pues estaba seguro que si se enteraba de lo mal que lo estaba pasando su ahijado no dudaría ni por un segundo en ayudarlos.

Aunque por lo que se veía, aún no se enteraba de la noticia de la boda. Porqué de ser así ya hubiera ido a tirar la puerta de su casa en busca de respuestas.

Por eso le fue fácil el llegar de encubierto al departamento de Steve.
El cuál, ahora lo miraba desconfiado.

-¿Qué es eso de que lo ayude a rescatar a su hijo? Sí es una broma señor, le pido se retire.- contestó caminando hacia la puerta y tomando la manija de la puerta.

-Steve. Por favor. Sé que Tony te importa. Sólo dame una oportunidad ¿Quieres? No creo que hayas ido al aeropuerto por nada.

Aquello dejó paralizado al rubio, se podía ver qué le costaba el respirar y los músculos de todo su cuerpo estaban en tensión.

-De acuerdo.-respondió al fin el rubio.
Howard asintió, y comenzó a moverse por toda la casa. Jarvis abrió la puerta e hizo lo mismo.

-¿Pero qué están haciendo?-los cuestionó Steve con el ceño fruncido al ver cómo se fijaban en las conexiones de las paredes, su celular , lámparas y su computadora portátil.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora