Recuerdos 2

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podía recordar cuando pasó

El verlo sentado en esa banca del parque con la libreta y el lápiz en mano, moviéndose de un lado a otro fue lo primero que le llamó la atención, luego fueron las miradas escurridizas que iban hacia él, y por último el dorado de sus cabellos lo sorprendió.

Conocía a personas con cabello rubio, algunos eran de un tono bonito y otros no tanto, pero el de aquel chico era único.

Steve Rogers. Su nombre le gustaba, cómo él.

Recordaba que sintió un cosquilleo en sus entrañas, que sólo le ocurría cuando inventaba algo.

Eran tantas cosas.

Eran lugares, comidas, libros, sueños y demás lo que inevitablemente lo conectaban a él. Y quería seguir con ese hilo, pero por el momento tenía que mantenerlo lejos, pensando en que todo lo ocurrido era cierto, sólo para que no lo dañaran por su culpa.

Recordó también los sucesos que se venían dando desde hace tiempo.
Tomó todo lo que tenía guardado en su escondite secreto y fue hasta el lugar de resguardo.

Papeles de la empresa, papeles con datos clasificados, fotografías, hojas llenas de estadísticas y otras muchas otras cosas.

Mientras más leía, las piezas del enorme rompecabezas se unían por sí solas.
****
En cuanto su movimientos pasaron de estar en el ojo del huracán, a abajo del radar, buscó la información que le faltaba por los barrios de mala suerte.

En esos lugares donde empresarios de gran importancia iban a desestresarse, era donde las noticias deambulaban frescas. Bloqueó su sistema de monitoreo y todo tipo de comunicación con el exterior.

Para empezar, el lugar era una mansión con lujos por donde quiera que se mirara. Los guardias que "custodiaban" los alrededores cayeron fácilmente con sus bombas de juguete y el guante de choques eléctricos.

Entró con la arma en alto, por sí algún tipo cuidaba adentro, pero para su suerte sólo habían muchas chicas perdidamente dormidas en los sillones y en las mesas.

En los cuartos de la parte de arriba estaba un hombre que fumaba y era adicto al opio, que se encontraba acompañado de dos mujeres en ropa interior. Su nombre no le venía de ningún lado, pero a decir verdad, las fachas que tenía no lo hacían ver cómo un potencial enemigo.

Él no era el dueño de la mansión pero sí un cliente.
Fue lo que le confesó al apuntarle con la pistola lo que lo sorprendió.

-A mí me contrataron dos hombres, uno alto y gordo, calvo y otro...delgado y con lentes.

-¿Sabes sus nombres?

-Sí, sí. Eran... haber...¡Ah sí!, Stane y Hammer. Ellos no me lo dijeron, claro; pero escuché a sus guardaespaldas llamarlos así.

-¿Qué te pidieron hacer?

-Hablarle a un hombre para amenazarlo sobre su familia y amigos, ¡Tony Stark!, así se llama, a quien llamé. Pero en realidad fueron ellos los que me dieron todo.

-¿A cambio de qué?

¿A cambio de qué dices?- se rio, el hombre- a cambio de esto, de pagarme mis gustos y mucho dinero- dijo señalando la enorme habitación.

-Sí se te ocurre hablar con alguien sobre mí, pagarás las consecuencias.- lo amenazó acercando la pistola al medio de su frente.

-¡No!, no, no.- negó simulando cerrarse la boca como si fuera un broche.
****
Eso concordaba con lo que vio ayer por la tarde. Era más que obvio, que Obadiah estaba aliado con Hammer, aunque lo más acertado era decir que lo utilizaba. Justin era un estúpido por naturaleza y Stane un manipulador innato.

La que faltaba en todo eso era, Sharon. ¿Ella qué demonios hacia con esos dos?

A Obadiah nunca le interesó mucho el interactuar con el resto de la familia Stark, aún cuando su tía Peggy y los amigos de su padre no eran de la misma sangre, todos se veían como eso, una familia.

Así que por eso mismo, le resultaba extraño que la rubia estuviera con ellos.
De repente recordó los rumores que escuchó sobre ella y Steve.

¡Diablos! ¿Cómo había sido tan tonto?
Hammer fue quien le dijo el primer rumor. Así como los demás.

Sabía porqué le creyó: era por la vez que observó a esos dos, desde la ventana de la casa de su madrina. Por eso, no puso ninguna queja o se preguntó si acaso podía ser mentira.

Él mismo se hizo mil y un ideas de esa relación.

Pateó el cesto de basura a sus pies. El desastre de hojas que tenía tirados en el suelo no le importó mucho en ese momento.

¡Había sido un idiota!

Reacomodó cada nota, por montones dependiendo del tema que tratara. Tenía casi listo todo para hundir a esos malnacidos que le estaban haciendo la vida de cuadritos.

Tomando una hoja en su mano, confirmó lo que hace tiempo ya sospechaba: los daños en las máquinas fueron hechas por una persona, no por un desperfecto en sus sistemas.

No podía culpar a Hammer por eso, pero sí que podía buscar al responsable y hacerlo hablar como el otro tipo. No le cabía la menor duda de que sí Obadiah y Justin le pagaron a ese hombre para que lo amenazara y ellos no fueron culpados, harían lo mismo con las máquinas.

Ahora iba su jugada. Sabrían de lo que el simple heredero de Howard Stark, era capaz.
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¿Qué creían? ¿Qué no subiría un capítulo?
Tengo tiempo, pero no mucho; aún así quise adelantarles un poco.
Espero les guste. La verdad no sé ni cómo me quedó. Pero bueno.
Hoy subiré otra mini historia. Y en los próximos días otras, pero no tienen que ver mucho con las festividades de éstos días.
Las adoro y quiero a todas, todos!
Ciao

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