Yellow

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N/A: escuchar Yellow de Coldplay cuando aparezca ésto: (.)
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Los días restantes de Noviembre se le escurrieron como agua entre las manos.
Las cartas siguieron enviándose, en una de ellas le habló a Tony sobre su nuevo trabajo y de cómo habían ido las cosas por ahí; mientras que el castaño le comentaba sobre sus progresos y las nuevas ideas que tenía en mente para sus futuros proyectos.
Sin embargo, aquello lo dejó sorprendido.
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El comienzo de Diciembre había comenzado con un poco de nieve, y las clases poco a poco iban siendo menos, entrega de trabajos por aquí y por allá era lo normal por esa semana, puesto que a mitad de la siguiente por fin darían comienzo las vacaciones invernales.

Él como todos los demás también se encontraba alistando los últimos detalles de sus proyectos, afinando algunos detalles que le parecían necesarios o mejorando algunos puntos. Aunque no faltaban aquellos que dejaban al último todo eso, lo cual los ponía en serios aprietos, y que muy en el fondo a él le daba pena y gracia los esfuerzos de sus compañeros. La primera pintura que había comenzado con el profesor Pym, por fin estaba terminada. Tenía planes para ella, pero aún no saldría a la luz todavía.

 Sus amigos en ése momento también estarían en las mismas, cada uno haciendo sus deberes en sus respectivas escuelas.

El trabajo en la cafetería era demasiado agradable, el lugar era bueno al igual que la comida que servían y eso contribuía a que todo el día estuviese lleno. Iba y venía de un lado para otro por todo el establecimiento, siempre con una sonrisa en el rostro y según en palabras de la dueña “su estancia ahí, había aumentado la clientela”. No podía poner ningún pero en su argumento, puesto que era cierto que desde su llegada al trabajo, había un aumento de clientes que compraban. Pero en su mayoría se trataba de señoritas que iban a pagar literalmente para verlo, lo cual lo hacía sentirse un poco alagado y a la vez un tanto acosado. La señora Annie, solía palmearlo en el brazo cada vez que lo veía sonrojarse riendo por la ternura que era su empleado, y cada que su turno terminaba le dejaba una bolsa con sus pastelillos favoritos, de esa manera Steve no pondría peros como algunas de las anteriores ocasiones y se los llevaría a casa.

En lo particular a Steve le agradaba mucho estar en ese lugar, cada ve que entraba por la puerta a las 4 en punto recordaba la vez que había visto a Tony ahí.

Y hablando del castaño, había un chico sentado en la que era su mesa preferida, tomando un sorbo de su taza de manera relajada, que se le hacía vagamente parecido a él. Al principio no le había prestado mucha atención ya que él no lo había atendido, pero ahora con esos lentes oscuros, le parecía demasiado sospechoso. La chamarra negra encima de una gorra azul marino y el tapabocas cubriéndole la mitad del rostro no ayudaban a que se viera normal entre toda la demás gente.

Lo vio toser, y voltear hacia un lado para sonarse la nariz. “Se encuentra enfermo”, se dijo al verlo hacer tales acciones.

-El pobre chico tiene una fuerte gripa y como si eso no fuera suficiente ayer comenzó con tos.-le dijo una de sus compañeras, cuando estuvo a su lado atrás del mostrador.

Maria Hill, era la nieta de Annie. Ella cuando recién había comenzado, lo ayudó bastante a acoplarse rápidamente al modo de trabajo que ahí  se llevaba. Era una chica inteligente y linda, rápidamente se habían hecho buenos amigos tras la convivencia diaria. En una de sus tantas pláticas durante sus descansos, le comentó que estudiaba Informática, y él por su parte, le dijo que estudiaba artes. Tenían pocas cosas en común, pero la charla fluía de manera tranquila entre ellos.

-Al principio no me dio buena espina, pero cuando me habló y noté su nariz roja y ojos hinchados supe que realmente estaba enfermo, por eso le serví un té para que lo ayudara.- dijo continuando con su comentario anterior.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora