Mudanza

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Los días siguieron pasando, Tony iba y venía de su casa de Manhhatan a su departamento, el tener su ropa en la recámara ya le era habitual, así como verlo por las mañanas cepillarse los dientes con el cabello alborotado, teniendo apenas 5 minutos para llegar a una junta importante de la empresa, y el teléfono sonando sin parar por los constantes mensajes de Pepper y las llamadas perdidas que se acumulaban; pero ni aún con las amenazas de su mejor amiga, Tony se levantaba temprano.

El castaño prefería soportar los regaños de Virginia, que no desayunar con Steve, aunque luego éste tenía que ir a dejarlo hasta su empresa, porque si fuera por Tony, ni siquiera pondría un pie ahí. Pepper había pasado a ser su mano derecha en el emporio; ahí Tony era quien se dedicaba a diseñar y crear nuevas fromas de energía limpia y autosustentable que no sólo beneficiara a los países de primer mundo, sino que fuera posible que llegara hasta aquellos pueblos en donde los recursos básicos no eran proporcionados de manera adecuada.

Poco a poco el lugar iba tomando más colorido del que ya tenía, las fotos que se tomaban en cada ocasión que creían memorable, decoraban las paredes, y cualquier espacio disponible en donde se pudieran apreciar. Había días en que sus risas y los ruidos de sus mini carreras por alguna travesura que ya fuese el castaño o Steve quien la realizó hacia el otro, provocaban en sus vecinos una sonrisa conciliadora. Sabían que ambos eran jóvenes, que se amaban y que a pesar de todo, los dos eran buenos con los demás.

Fue así que un día durante la cena, después de una anécdota graciosa por la cual Tony aún se reía, Steve dejó a un lado sus nervios y le hizo una pregunta.

-¿Quieres mudarte conmigo?- fue directo, sin rodeos, tal y como muchas veces Tony lo hacía, y observó que éste lo miraba atónito, sin querer le cortó la risa de tajo.

-¿Qué..?

Steve tomó una bocanada de aire.- Que si quieres...

Sin embargo, no terminó de volver a decir lo que había preguntado, pues Tony se le echó encima.

-¡Sí! Por supuesto que sí.

Steve se rio mientras lo abrazaba.

La primera en saberlo fue Peggy, quien se emocionó ante la noticia, podría tener a su sobrino demasiado cerca, y así tendría la oportunidad de mimarlo como de regañarlo si hacía falta. Tony frunció el ceño ante las palabras de su tía, y negó, pero Steve trató con todas sus fuerzas de evitar que la carcajada que eso le provocó saliera de su garganta.

Los siguientes en saberlo, fueron sus suegros, otro evento que al rubio le pareció gracioso, mas no a su novio. Ya que mientras María los felicitaba, Howard había exclamado algo como:

-¡Por Dios! Por fin seré libre.- exclamó con los brazos al aire. Y luego agregó.- aunque te compadezco Steve, mira que aguantar a mi hijo requiere de una gran paciencia.

Después de eso, Tony había correteado a su padre por toda la casa, hasta que escucharon sus risas en el patio trasero. Jarvis salió ante el alboroto y fue de esa manera que se enteró de la nueva situación, y cuando vislumbró al "joven Rogers" como él le seguía diciendo y a la madre del castaño menor, se unió al señor Stark.

-Lo felicito joven Tony.- se dirigió al chico que estaba tirado en el suelo junto a su padre que se sostenía el estómago debido a que le dolía por la risa. Luego se giró hacia el rubio.- y mis más sinceras disculpas joven Rogers.

Tony al principio regañó a su padre por no ser como Jarvis, pero al escuchar las palabras que le dijo a su novio, estalló en otra escena dramática, que renovó las carcajadas de su padre.

Por último quienes se enteraron, fueron los amigos de ambos. Bucky y am molestaron a Steve con lo de ser un cursi, pero la broma se le regresó a su hermano, puesto que él le había hecho la misma proposición a Natasha hace un tiempo.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora