Él

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Se había cansado de nombrarlo todo el tiempo como: "el chico", "aquel chico", así que lo llamó: el chico que viene y va.

Lo había llamado así por todas esas veces anteriores en las que lo llegó a ver y al siguiente minuto, éste ya no estaba; y dado que por obvias razones no sabía su nombre, decidió que le daría algo que fuera un poco acorde a esa situación.

Había pasado cerca de un mes en que no lo veía. Pareciera que el "chico que viene y va", de una vez por todas y después de darle varios ataques de ansiedad, se hubiera marchado de dónde fuera que viniera. "O regresó a la pintura", pensó de cierto modo. Pero luego se abofeteaba mentalmente al recordar que el mismo día que lo retrató, éste se encontraba ahí, así que esa estúpida idea quedaba anulada.

Suspiró de manera melancólica, ya no sabía cuántas veces en todo ese tiempo había hecho lo mismo. A la semana en que a diario lo llegó a ver, le siguieron otras en que inconscientemente se alzaba sobre las puntas de los pies y miraba sobre la cabeza de las demás personas, intentando encontrarlo. Pero en ninguna de esas veces, logró visualizarlo, y eso aunque no quisiera admitirlo, le incomodaba al punto de deprimirlo.

Y ahora estaba rodeado de sus amigos quienes intentaban distraerlo que lo que fuera que tuviera. "Hasta ellos se dieron cuenta", pensó Steve cuando lo sacaron casi a rastras de su departamento, aquél día para su habitual reunión a la semana.

Comieron en el centro comercial y de ahí fueron al parque; al principio todos platicaron de trivialidades, y luego se habían reído al recordar cómo una vez en sus tantas y tan recurrentes peleas, Sam había aplastado a Bucky con su asiento, estando el otro en la parte trasera del auto de Natasha.

Después de calmarse por el ataque de risa y de escuchar las quejas por parte de Bucky, al "no haber sido gracioso" según él, Nat soltó la bomba. Steve sabía que tarde o temprano, ella sería la que lo cuestionaría, ni Sam o Bucky lo iban a hacer. El primero, porque respetaba su espacio y sabía que si su amigo quería contarle algo, lo haría. Y el segundo, porque ya medio sabía.

Su amiga estaba segura que esa cara larga que venía trayendo el rubio desde hace más de unas semanas, era ocasionado por una persona, aun cuando no tenía pruebas para afirmar tal cosa, y hasta su propia conclusión la tenía desconcertada.

-¿Me vas a obligar a sacarte la verdad por la fuerza o nos vas a contar?- amenazó de manera seria mientras se cruzaba de brazos.

Steve volvió a suspirar por millonésima vez y de dispuso a contarles.

Comenzó diciéndoles, que había visto "al chico que viene y va" una mañana mientras corría, y luego un lunes en su cafetería favorita, así como en distintos lugares por el resto de esa semana; mencionó también que aquellos encuentros nunca duraban demasiado como él lo hubiera querido y que después de aquello ya no lo había visto más.

Omitió por supuesto, la parte del retrato y que éste se apareció de la "nada" en su salón y al segundo siguiente ya no estaba. No estaba seguro de cómo reaccionarían si se los dijera y si de por sí Bucky se extrañó de ello con lo poco que le comentó, aún más los otros dos.

-Ahora entiendo la pregunta tan rara que me hiciste el otro día.- exclamó su amigo, desde el regazo de la chica.

-¿Tú ya sabías sobre esto?.- le cuestionó Natasha mirándolo desde arriba.

-Saber, como tal no. Pero algo ya me había comentado. Aunque fue bastante extraño.-dijo Bucky mientras fruncía el ceño.

-Steve, no es por ser mala persona, pero yo concuerdo con Bucky –comentó Sam,-¿cómo sabes que no es un tipo malo de esos que investigan a las personas para secuestrarlas o hacerles algo malo?

Steve sólo se rio por lo bajo, ante las ocurrencias de su amigo y también por cómo Natasha se había vuelto hacia éste y lanzado una botella de agua.

-¡Auch! –exclamó el moreno mientras se sobaba el brazo- ¿por qué me pegas?, es enserio.

-No es gracioso Wilson.- y ella también hablaba en serio; cuando Natasha les decía por sus apellidos, es que era grave.

Bucky por su parte hizo una extraña mueca con los labios reprimiendo la carcajada que tenía en la garganta.

-¿Y sabes su nombre? -cuestionó la chica

-No

-¿Dónde vive?

-No

-¿Le has hablado?- y en cuanto vio el sonrojo en la cara de su amigo, supo que la respuesta era la misma que las anteriores.

-¿Lo conoces de algún otro lado? –Steve se preguntó si contaba el que ya lo había pintado sin antes conocerlo.

-No.

Para ese momento todos se dieron cuenta que Natasha estaba a muy poco de estallar.

Soltando un largo suspiro para tranquilizarse Nat, hizo su último intento antes de ahorcar a Steve

-¿Es una chica? – era razonable que lo preguntara, se dijo Steve, puesto que hasta ése momento no les había dicho de quien se trataba, sólo les dijo que era una persona.

Y mordiéndose el labio inferior, el rubio bajó la mirada mientras sacudía la cabeza de forma negativa.

Ninguno de sus amigos dijo nada, Sam sólo había tomado un pequeño suspiro y ya. Mientras que los otros dos se quedaron quietos. Steve ya temía que ellos no lo entendieran pero lo que sucedió después nunca pudo imaginárselo.

-Ya decía yo.- fue su hermano quien rompió el silencio.

-¿Qué quieres decir con eso?- le cuestionó Steve rápidamente.

-Es obvio, Steve- ahora era Nat,- te habíamos presentado a muchas chicas ya, y nunca mostraste real interés en ellas.

-No tiene nada de malo, que te guste un chico Steve.-terminó Sam.

-Nunca dije nada sobre que él me gustara.- y no pudo evitar que de nuevo la sangre le subiera a las mejillas.

-Ya te lo había dicho amigo, pones una cara de bobo cuando hablas de él.- le dijo Bucky

Y los tres estallaron en carcajadas ante la vergüenza del otro.

-No importa el sexo de una persona Steve, importa cómo te hace sentir.- le dijo Natasha mientras sonreía de manera cálida.

Y de ahí no habían parado de hacerle burla como él ya sabía que pasaría, por el resto de la tarde. Después cada uno se fue por su camino, Sam tenía trabajo, Bucky acompañaría a Nat a su casa y de ahí seguiría con el suyo y él se iría a su casa.

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El platicar con sus amigos había sido gratificante y liberador. Se sentía aliviado de poder decirles cómo se sentía acerca de ese tema y que lo comprendieran. Y con esa nueva actitud siguió con su vida, aunque el no ver "al chico que viene y va" le seguía dando un poco de pesar.

Cuando se dio cuenta, ya era sábado y ni siquiera había notado el correr de los días, tan rápido se le había ido la semana que aún sentía que apenas ayer era martes, día en que se vio con sus amigos, y hablando de ellos, se debía de dar prisa en llegar a su departamento y dejar la comida que traía en las bolsas junto con las bebidas en el refrigerador.

Habían pasado sólo 10 minutos que llegara, cuando sonó el timbre. Creyó que era Sam, ya que él siempre era el primero en llegar antes que los otros dos.

Pero al abrir la puerta, no encontró lo que él esperaba.

-¡Hola!

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Si me tardo en subir los capítulos es porque en verdad me parto la cabeza para que queden lo mejor posible para ustedes y que se entienda cómo es que yo lo veo.

De nuevo les doy las gracias. Espero les guste, mañana subo otro.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora