-Auch.-se quejó el primero.
-¡Ssh¡-lo calló el rubio.
-¡Oye, tú no fuiste el que se cayó encima de todo lo que hay aquí!- le contestó furioso Tony, en voz baja.
En ése momento escucharon los pasos más cerca de la puerta. Tony se movía de manera brusca intentando quitarse de encima al otro y dejar de enterrarse lo que fuera aquello que le había golpeado el costado izquierdo.
-¡Ah!-jadeó el castaño, y Steve le tapó con su mano la boca; ambos miraron por sobre el hombro del rubio.
Para su buena y mala suerte, el vigilante llegó hasta la puerta y al mover la palanca se dio cuenta que no estaba asegurada, sacó sus llaves y la cerró.
Al principio cuando movió el pomo, se pegaron más de lo que ya estaban juntos sus cuerpos. Y después, cuando se alejó, los dos exhalaron profundamente dejando sus cabezas caer. Tony aún con la mano de Steve en su boca, trató de respirar de manera normal tras el susto; cuando alzó la vista se dio cuenta que él rubio también lo veía, y que sus rostros se encontraban muy cerca.
Estaban en una posición un tanto comprometedora, si alguien los viera pensarían que hacían otra cosa, y no que se tropezaron y uno cayó encima del otro. Al reaccionar Steve se alejó de su cuerpo, sentándose en dónde encontró un espacio.
Sentía sus mejillas arder, y agradeció que las rejillas de la puerta estuvieran en la parte alta de ésta y la luz que se filtraba por ellas iluminara la pared a sus espaldas; no quería que el castaño lo viera de esa manera. "Y yo que pensaba que ya había tenido suficiente por el día de hoy", se dijo.
-Parezco una Matrioshka.- comentó de mala gana Tony al momento de incorporarse, y con la mano en su cabeza dónde también se había lastimado.
-¿Cómo?-le preguntó el rubio, no entendía a qué se refería con eso. Su comentario lo sacó de sus pensamientos.
-Estoy encerrado en un instituto, dentro de uno de sus edificios y en un lugar, aún más pequeño de éste.-se dio a entender, alzando sus manos hacia la luz, simulando el ensamble de las muñecas.
Steve soltó un bufido ante su demostración que luego dio paso a una larga carcajada que le fue contagiada al castaño. Ya no les preocupaba que hicieran ruido, el guardia hace rato que se marchó y para ése momento estaría muy alejado de dónde ellos estaban.
Aunque no se podían ver, debido a la escasa iluminación sabían dónde estaba el contrario. Pasó un rato en lo que ambos se ponían un poco cómodos en ése lugar antes de comenzar una conversación.
-Parece que estamos en un escobero.- inició la plática Tony.
-Sí, eso creo.- dijo Steve viendo a la pared del fondo en donde se hallaban varios instrumentos de limpieza y escobas, trapeadores y demás recargados ahí. Él también lo había notado cuando se recargó en una pared y a su lado sintió muchos palos de madera.
Antes de ir a la escuela y mientras se alistaba para salir, pensó que la próxima vez que volviera a ver a Tony, le haría demasiadas preguntas; él había investigado bastante acerca del instituto a donde asistía el castaño y de las posible carreras que podría estudiar. Así que con eso en mente decidió empezar con el juego del interrogatorio.
-Ya que tú sabes mucho sobre mí, es mi turno de averiguar cosas de ti.- comenzó diciéndole viendo hacia donde se suponía debía estar el castaño.
-Ok, mi nombre es...-dijo Tony cruzando sus piernas en posición de indio y apoyando los codos en ellas, pero fue interrumpido por el rubio.
-No, no. De la plática anterior que tuvimos en mi departamento saqué un poco de información, yo te preguntaré primero unas cuantas y después me dirás lo que quieras, ¿de acuerdo?- le habló moviéndose hasta chocar las puntas de sus pies con las piernas de Tony.

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Siempre has sido tú
Hayran KurguEl chico que viene y va. Así es como Steve lo había nombrado en un principio, cuando no conocía absolutamente nada de él. ¿Y porqué lo llamó así?, fácil, no pasaban más de 5 minutos en los que él se aparecía de la "nada" y se iba. Cualquier otro, ha...