Steve...Steve...Steve
La misma voz pronunciaba su nombre una y otra vez, sin cesar; rodeándolo, como si estuviera en el centro de una vorágine/ huracán.
Sintió como caía en un vacío que se abría justo debajo de él, pasando imágenes de su vida, una que hasta ese momento, creyó que era cierta.
—¡YA BASTA! —gritó desesperado.
Se estaba volviendo loco. Aún cuando se tapaba los oídos con las manos, seguía escuchándola.
—Basta, basta por favor. Ya basta...— susurraba.
No supo cuánto tiempo estuvo así, pero lo que sí era que su llanto, no paró en ningún minuto de ello.
-Tengo miedo de perderte— escuchó sus propia voz.
Levantó la vista y observó una especie de imagen en medio de humo.
—¿Por qué?— le preguntó Tony con cierto toque de burla.
—Siento que no eres real—
—Pero lo soy.— le aseguró el castaño con una rotundidad que le erizó los vellos del cuerpo, tal y como recordaba lo hizo la noche anterior, pues esa conversación había sucedido hace pocas horas.
-Sólo regresa a mí- susurró la voz.
Fueron unas palabras, provenientes de la misma voz que escuchaba, lo que detuvo todo y a la vez, le dio un golpe duro de realidad.
—Así que sí me has escuchado, es hora de que vuelvas Rogers. Aún nos queda una vida que compartir.
Lo demandaba. Aquella voz, le exigía su regreso.
¿Pero regresar a dónde? Se cuestionó.
Fue ahí cuando al mismo tiempo en que se hacía esa pregunta, la respuesta llegó más esclarecedora que nunca.
La respiración se le cortó.
—Tony— susurró.
La mención del nombre, ocasionó que miles de imágenes en movimiento se arremolinaran a su alrededor.
Era ver proyecciones en tonos grises que estaban por todos lados, apareciendo una tras otra, deshaciéndose como si fueran de vapor.
Era Tony. Imágenes, una tras otra, le mostraban la realidad, aunque su paisaje fuera el mismo.
La casa no había cambiado, seguía intacta. Pero sabía porqué.
Tony y él habían decidido no hace mucho el pasar una temporada en la casa de Manhattan; alejarse de todo el espectáculo que era la Torre de los Vengadores y de la ostentosa casa de Malibú.
Sólo querían ser ellos. Anthony y Steven.
De alguna forma, como veía lo que pasó a través de un muro transparente.
Del otro lado, observó cómo Tony iba día tras día y noche tras noche a verlo. Le hablaba, le comentaba sobre el clima, sobre los demás integrantes o alguna nueva información.
Mientras veía el lento y en ocasiones, rápido transcurso de los días, recordó porqué había sucedido todo eso.
Habían ido de misión para destruir una base de Hydra. Tony, hacia bromas pesadas a Bucky, mientras Clint y Thor reían. Recordó que en ese momento, le vino a la mente el plan que tenía preparado para cuando regresaran. Por fin le propondría matrimonio a Tony.
Sin embargo, nada resultó como lo planeaba. Vio a Tony ser rodeado por varios enemigos y al intentar dar un paso en su dirección, para apoyarlo, sintió un pinchazo en el cuello.
Luego lo único que sus sentidos registraron, fue el fuerte sonido de un estallido, así como el peso excesivo que cayó sobre su cuerpo.
A partir de ahí no recordaba. Había estado en una clase de limbo, en un sueño apacible, hasta que escuchó su voz.
Lo sabía. Sonrió melancólico. Tony, su Tony, creó eso para él.
De alguna manera, su mente tenía muy presente la última conversación que sostuvo con el castaño:
****
—Si pudiera conocerte de otra forma, me gustaría que no fuera siendo superhéroes. — le comentó Tony.Él, se giró a verlo con la interrogante en sus facciones.
—No me mal entiendas,— continuó.— es genial ser lo que somos, y habló por los dos porque sé que así como yo renací de entre las cenizas de mi cautiverio, como IronMan, tú pudiste demostrarle al mundo lo que en verdad escondías al convertirte en Capitán América. Pero...
—¿Pero? — preguntó ante la pausa del moreno. Éste se acercó más a su cuerpo, pasando su brazo por encima de su cuerpo.
Ambos estaban acostados en la cama matrimonial del cuarto de Tony en Malibú. Él boca arriba, y el castaño de lado, a su costado izquierdo.
—Me gustaría conocerte en una vida, dónde sólo fuésemos jóvenes sin ninguna responsabilidad de salvar el mundo a cada rato. Yo seguiría con mi carrera en ingeniería y tú serías pintor, como siempre has querido.
Steve sonrió. Sí, a él también le habría gustado vivir una vida normal y tranquila.
****
Luego, fueron las conversaciones de Tony y su voz lo que fue recreando su mundo; ésa realidad alterna que se construyó en su mente.
Fue el pasado de Tony, la reconstrucción de un nuevo inicio el que él vió todo el tiempo. Así como sus salidas a los museos, a la biblioteca, a las Expo de Tony, las festividades, el tiempo lejos que pasaron cuando aún no se decidían a dar el paso a una relación amorosa.
Todos y cada uno de esos momentos se distorsionaron de su origen y se mezclaron con sus recuerdos, con sus memorias, las voces de sus amigos y conocidos.
Pero...
—Siempre has sido tú.- pronunció Steve viendo a Tony a través del cristal.
Siempre había sido Tony, quién estuvo a su lado; quién su cerebro registró como el indicado.
Sé que duele, que a veces cuestra respirar.
—Dime que todo estará bien Tony, dímelo.— susurró pegando su mano a la pared invisible.
Así como las imágenes llegaron, así se iban. Añadiendo que la bruma oscura que lo mantenía atado a ese otro lugar regresaba con una lentitud perturbadora.
—Sólo abre los ojos, y aquí voy a estar. Lo único que tienes que hacer, es despertar mi amor.
—Tony, no te vayas.- el miedo se apoderaba nuevamente de él.
—No estás solo Steve. He estado aquí todo el tiempo cantándote una canción. Sabes que jamás me rendiré, aun si el tiempo se nos acaba, pero, por favor, ya vuelve de donde quiera que estés cariño.— habló Tony antes de que su imagen se desvaneciera, y él sintiera que cayera otra vez, al fondo de un precipicio.
---------------------------------------------------------Ok, con ésto ya está más que claro qué le pasó a Steve. El "otro mundo u otro lado" dónde está él y de cómo se hizo ésa dimensión tan real.
Espero que les guste, lamento muchísimo el retraso, pero la tarea es demasiada.
Ciao
Starkforever
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Siempre has sido tú
FanfictionEl chico que viene y va. Así es como Steve lo había nombrado en un principio, cuando no conocía absolutamente nada de él. ¿Y porqué lo llamó así?, fácil, no pasaban más de 5 minutos en los que él se aparecía de la "nada" y se iba. Cualquier otro, ha...