Noche

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Más días y salidas le siguieron después de la noche en la fiesta. Pequeños acercamientos que comenzaron a darle más solidez a su reciente amistad. El tiempo parecía ir rápido entre cada uno de sus encuentros, más de un mes y medio había pasado entre los divertidos sucesos. O al menos así le parecía a él.

Tres semanas después estaba recorriendo 326.9 km* para ir a verlo en una presentación en la universidad. Tony días antes por teléfono lo había invitado a que asistiera. Además de volver a ver al castaño, también tuvo la oportunidad de reencontrarse con sus amigos de éste; mientras él platicaba con Bruce acerca de trivialidades, observó por el rabillo del ojo cómo Rhodey poniendo un brazo en el hombro de Tony lo molestaba, ya que en cuanto le dijo algo, éste se volteó a verlo de mala manera sacándole una carcajada a su amigo.

La presentación había sido entretenida a pesar de que Steve no pudo seguir todo el discurso que dió Tony, hablaba de demasiados conocimientos tecnológicos y con palabras que sólo él y los demás ahí presentes entendían. Pero pudo notar como al castaño le gustaba estar encima del escenario demostrando de lo que era capaz y de los avances que tenía en marcha.

Al salir, Tony lo había llevado en un viaje a un lugar especial. Al principio no sabía de qué se trataba todo eso, sólo fue tomado de la mano y llevado a la salida del instituto. El castaño paró un taxi y le pasó al conductor un papel con una dirección en el.

Su curiosidad le ganó a mitad del camino, preguntándole al otro a dónde se dirigían, pero éste sólo se reía negando con la cabeza. Fue en el momento en que llegaron a su destino, y bajarse del auto que rompió a reír. El lugar era un pub irlandés, dónde arriba de un techo sobresaliente del local se erigía una estatua gris de un hombre con una pipa en la boca y un vaso de cerveza en la izquierda.*

El lugar era típico de su país de origen. Paredes hechas de grandes piedras, una barra de bar de caoba oscura, con comida deliciosa, grandes y alargados vasos de cerveza se veían por el establecimiento, la música con el fondo de los violines y la gaita se escuchaba por las bocinas que estaban por las esquinas del techo amenizaba el ambiente. Aquél gesto le había conmovido hasta lo más profundo de su ser.

Y terminando, Tony lo acompañó hasta la estación de autobuses. En la noche en las cuatro horas y media hora de trayecto de regreso, se le había ocurrido una idea.

Era algo loco, pero debía...no, quería hacerlo. Sí Tony ya lo había hecho ¿Por qué él no? Así que se puso manos a la obra, arreglando todo antes de llegar a su departamento.

Tony, ése día le había comentado que su padre daría una presentación de sus más recientes inventos. Una Expo, la llamó el castaño. Le dijo que sería en la explanada de Queens, y le prometió que observaría todo en los mejores asientos.

Aquello era emocionante, ver de cerca todo lo que el padre de Tony estaba creando para el mundo simplemente debía ser fantástico, aún sin haberlos visto. Por supuesto que lo que más lo emocionaba, era poder estar al lado del castaño, quién de manera entusiasmada se había ofrecido como su guía oficial durante el evento y su "traductor", se rió cuando le dijo eso, en parte por diversión y otra por pena, puesto que en la plática que tuvieron de camino al pub, Steve le confesó que no entendía toda la tecnología al cien por ciento.

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Esperaba que ninguna alarma sonara, tomó una honda respiración y pegó un brinco para saltar la barda.

Okay, el primer paso de la corta lista estaba hecho. Ahora faltaban dos más; Rhodey y Bruce le habían dicho cuando les marcó que el cuarto de Tony estaba al costado izquierdo de la casa. Y que debí esperar hasta las 10 de la noche a que sus padres se durmieran y los guardias por dónde él se iba a colar pasaran a las 12.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora