El Amor Por El Chocolate. #2

Capítulo treinta y tres.

Verla de lejos duele.

Lleva puesto un vestido negro que para ser sinceros es horrible, pero de alguna manera que ella lo porte hacía que ese trapo de tela no fuera nada feo, no lo era en ella. Le llegaba hasta los tobillos, y parecía tener encaje en la tela con el que ella jugaba intentando no ver lo que acontecía en su alrededor.

Sabía que acercarme no sería lo correcto, ella lo último que necesitaba era tenerme allí en ese momento por lo que me dedique a observarla recostado en un viejo árbol. En ningún momento miró el ataúd donde se encontraba su padre, parecía incapaz de hacerlo. Miré a su madre unos segundos, la pobre lloraba a cantaros, y gritaba, mientras Micha no tenía expresión alguna en su rostro.

Luego de un rato su tío hablo con ella, no parecía prestarle mucha atención se la notaba ida. Por lo que veía con sus gestos de cabeza le daba una negativa. Fue junto a su madre, se perdió en sus brazos pero aun así no lloraba, miró a sus amigos y una mueca de tristeza bailo sobre sus labios.

Levantó la mirada y contuve el aliento, me escondí como pude por lo que quiero creer que no me vio. Sabía que estaba buscándome pero la razón por la cual no fui junto a ella fue que la vi respirar aliviada al no encontrarme.

Cerré los ojos con fuerza, no sabía qué hacer.

No la seguí, al contrario fui junto a Lena la cual se encontraba hablando con su Jefe. Agradecí que Jackson ya no se encontrara con ella. Al llegar ella levantó la mirada en mi dirección y parpadeó confundida.

—¿Qué haces aquí, Ryan? —Preguntó de mala manera mientras secaba sus lágrimas. Bob solo frunció el ceño pero no dijo nada.

—Vine por el funeral, tranquila, no me acerque a Michaela en ningún momento.

Ella asintió, miró mi rostro un segundo y sonrío débilmente.

—La amas ¿Verdad?

—Con toda mi alma.

La respuesta se deslizó con tanta naturalidad que su tío me miró sorprendido.

—¿Entonces qué haces aquí muchacho?

—Dije que vine al...

—No hablo de eso. ¿Porqué estás aquí y no con ella?

Buena pregunta. Pero sabía que ella no me necesitaba.

—Es complicado.

—Te daré un consejo. Conozco a mi sobrina desde que ella era una bebé, es mi empleada también y sé que en este preciso momento está actuando. Que apenas llegué a su casa va a derrumbarse, mi consejo es que vayas junto a ella y la sostengas porque aunque no te lo pida estará ansiando que vayas junto a ella a apoyarla, escucharla, abrazarla —Sus ojos se cristalizaron—. Peter era su mundo, y ahora que no está literalmente su mundo acaba de derrumbarse, te necesita.

Elena comenzó a llorar nuevamente y yo tenía un gran nudo en la garganta.

—Gracias, en serio.

—Ve por la tarde. Conociéndola no estará en su casa en estos momentos.

—Por favor no la cagues, Ryan —Dice Lena suspirando. Asentí con la cabeza, iría junto a ella en unas horas. Aunque me moría de ganas de ir en este preciso momento está vez intentaría hacerlo bien.

🍫🍫🍫

Estaba frente a la puerta debatiéndome en si debía tocar el timbre o no, mi mirada bajo hasta la maceta donde una vez ella me mostro que escondía una llave y no dude en buscarla. Sentí alivio cuando la encontré, la tome entre mis manos y la puse en la cerradura, cuando entre la cerré despacio, oí música por lo que camine hasta la sala y me sorprendí totalmente cuando una chica de cabello castaño giró la cabeza en mi dirección.