Capítulo once.

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— ¡Son los libros que quería!

—Los míos eran más interesntes —Se burla Ariel con una media sonrisa. Lo empujo para que se calle mientras James mira sus libros como Ariel mira a las mujeres.

—Puedes dejarlas en tu auto, no creo que quieras llevar libros en un Club.

Este asiente y sale corriendo hasta su auto.

—No puedo creer que ese idiota lea por gusto —El moreno niega con la cabeza—. Voy a buscarle unas buenas chicas para que se divierta y se olvide de esa ñoñada un rato.

—Fue tu idea comprárselo —Digo mirándolo con reproche.

—Porque aunque para mi parezca una estupidez... sé que a él le gusta.

Sonrío y lo codeo.

—Aunque seas un mujeriego sin remedio sé que en el fondo eres un cursi sin remedio.

Él rueda los ojos para luego fruncir el ceño y sobarse el brazo derecho.

—Deja de golpearme gran imbécil —Se queja.

James vuelve junto con nosotros pasándose una mano por su abundante melena rubia, entre los tres debo admitir que él es quien más sobresale por ello y sus ojos profundamente azules.

Ariel muchas veces se quejó de que James le roba sus conquistas pero él ni siquiera es consiente de las miraditas que le lanzan. Ariel y yo decimos que él será el primero en sentar cabeza, y como van las cosas creo que él será el único en hacerlo.

Y en efecto, cuando entramos al club Ariel conoce a unas gemelas de cuerpos exquisitos que rápidamente se vuelven locas por el rubio.

—Pidan lo que quieran preciosas, es mi cumpleaños y estos dos pagaran por nuestras bebidas.

Sí, algunas veces James llegaba a hablar como Ariel.

Mi billetera sentiría un duro golpe luego de esto.

La noche apenas empezaba y yo estaba completamente incómodo, estos sitios no son mi fuerte pero estaba totalmente en contra de tomar. El moreno pronto desapareció de nuestra mesa y James estaba contento por la atención que tenía de las gemelas. Yo tuve que rechazar a algunas chicas que me invitaban a bailar.

No sé porque seguía aquí. Se notaba que ninguno de los dos me extrañarían por lo que me levante sin llamar la atención. Tome lo restante del agua que tenía en nuestra mesa y me levante.

Que el capullo de Ariel pagara las bebidas.

Tenía mejores cosas que hacer que estar perdiendo el tiempo en un lugar como...

Detuve el paso al ver a una chica en particular bailando en la pista de baile. Lleva puesto un vestido azul que logra resaltar completamente las curvas de su cuerpo. Se encuentra sonriente y otra chica que está a su lado le coloca un collar fluorescente, chilla y vuelve a bailar.

Para mi disgusto lo hace demasiado bien que me quedo observándola. Sus caderas se mueven de un lado a otro provocándome deseos de ir a situar mis manos en ellas.

Necesito follarmela, creo que lo necesito demasiado.

Tal vez ella sea del tipo que no quiere nada serio, ella misma me dijo que salía con quien se le plazca y que su único novio fue un idiota y nunca lo quiso.

Ella podrá comprender el juego que tenía con Ruth sin problemas... pero el tema aquí es que ella es muy diferente a las mujeres que he conocido.

Y eso es lo que me vuelve loco.

Con pasos indecisos camino hasta ella que todavía no se percata de mi presencia por lo que coloco mi mano en su hombro sobresaltándola, gira en mi dirección y me observa con una enorme sonrisa.

El Amor Por El Chocolate. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora