Capítulo cuarenta y cuatro.

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Doy un gran mordisco a mi sándwich mientras observo a una mujer embarazada que está en mi frente

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Doy un gran mordisco a mi sándwich mientras observo a una mujer embarazada que está en mi frente. Su panza es enorme, luce muy bonita con un vestido para embarazada y en mi cabeza no entra que yo voy a ser igual que ella en unos meses.

Cuando trago siento la mano de Ryan es mi muslo y volteo a verlo.

—¿Quieres? —Pregunto enseñándole la mitad de mi sándwich.

Él niega divertido.

—¿Te encuentras bien? ¿No hay mareos, vómitos?

Ruedo los ojos.

—Por cuarta vez en el día, no. Deja de preocuparte, doctorcito.

Vuelvo a mordisquear mi sándwich y él besa mi coronilla. Mi cuerpo por inercia se acerca al suyo encantada por los mimos.

—Parece que todavía no tienes síntomas.

—Tal vez esté chocolatito sea generoso con su mami —Me encojo de hombros—, no todas las embarazadas tienen vómitos.

—Lo sé.

—¿Una ecografía no es muy pronto?

Él niega con la cabeza mientras yo termino de comer y me limpio la boca con la servilleta.

—No sabemos cuantas semanas tienes, debemos saber si todo marcha de manera correcta —Guardo la servilleta en mi bolso para luego recostarme en su hombro, sus brazos me rodean acercándome a él—. Depende de las semanas para escuchar el latido de su corazón.

Sonreí emocionada, nadie sabe que estoy embarazada. Lena lo sospecha por mi humor, hasta bromea con ello cada vez que me ve comiendo algo.

La joven del frente se levanta ya que es su turno y yo me acurruco más contra mi esposo.

—¿Tienes en mente nombres? —Pregunto con curiosidad—. Yo no sé si sera una niña o un niño, pero me cuesta pensar en nombres.

Sus dedos acarician mi brazo, ese pequeño tacto despierta mis hormonas pero mantengo silencio porque a este paso va pensar que soy una depredadora sexual o algo por el estilo.

—Si es un niño tengo un nombre ideal para él —Levanto un poco la cabeza para ver su rostro con curiosidad—. Peter.

Me alejo sorprendida y en segundos mis ojos parecen dos cataratas mientras comienzo a llorar.

—Eso es tan lindo —Digo rompiendo en llanto—, ¿No te molestaría llamarlo así?

Él niega y me obliga a sentarme en su regazo. Mi cabeza descansa en su pecho intentando tranquilizarme.

—No llores, sé lo importante que es tu papá para ti...

—Te amo mucho —Digo aferrándome a su torso.

Ryan besa mi cabeza.

—Yo también cariño, ahora sonríe y limpia esas lágrimas que no queremos asustar a la doctora.

Lo golpeo levemente mientras río, esperamos un largo tiempo hasta que la joven sale y me llaman. Entramos con las dedos entrelazados, cierra la puerta detrás de nosotros y veo a una señora algo viejita mirarnos con una sonrisa.

—Doctor Scott, está es una sorpresa agradable —Dice sonriente, hace un ademán para que nos sentemos frente a su escritorio—, Michaela Lancaster, conozco a tu esposo desde que llegó al Hospital y me hace muy feliz saber que están aquí juntos, creo intuir a que vinieron.

—Muchas gracias.

—Soy la Ginecóloga Moret, un gusto linda.

—Su prueba de embarazo salió positiva —Habla Ryan emocionado—, pero no tenemos idea de cuantas semanas tiene.

—No hay nada que un ultrasonido no pueda arreglar —Se levanta de su asiento—, Ryan, acompáñala a la camilla.

Nos levantamos y él me guía hasta la camilla, subo y me dice que me recueste. Hago todo sin rechistar mientras la doctora acomoda sus cosas, él levanta mi blusa un poco y yo lo miro atenta.

—Mira —Digo señalando mi estómago—. ¿Soy solo yo o eso parece un bulto?

Ryan se ríe, coloca su mano encima de manera cariñosa.

—He notado que ha crecido pero no quería decir nada hasta estar seguro.

—Pero si eres un encanto, estabas intentando no decirme gorda.

—Muy bien, voy a ponerte este gel y te aviso que esta frío.

Asiento y está en lo cierto porque el gel está frío, me sobresalto un poco pero muerdo mi labio inferior nerviosa.

—Tranquila —Dice Ryan llevando sus dedos hasta mi labio para que deje de presionarlos. Mueve un aparato sobre el gel y mira la pantalla intentando visualizar algo.

—¡Aquí está! —Ambos miramos la pantalla, yo miro por todas partes sin ver una mierda—. Tienes casi siete semanas, Michaela, ahora veamos si podemos escuchar el latido.

Miro a Ryan emocionada y él mira la pantalla con el ceño fruncido, creo que no soy la única que no puede verlo. Pienso hablar pero unos soniditos me dejan muda.

—¿Ese es su latido? —Pregunto en voz baja.

—Sí... —Se queda callada al oír el sonido de su corazón, miro a Ryan el cual mira a la Doctora con intriga hasta que abre los ojos sorprendido—, mira nada más —Dice riendo, ve a Ryan y le regala una sonrisa cómplice.

—¿Qué pasa? ¿Mi bebé está bien?

Ryan ríe contento y puedo notar sus ojos cristalizarse.

—Sí cariño, ellos están bien.

La doctora ríe y mira la pantalla.

—Mira, allí están.

—¿Por qué hablan en plural?

—Tendrás mellizos, Micha —Lleva un bolígrafo a la pantalla señalando dos semillitas—. Aquí haciéndole un acercamiento puedes ver a los dos.

Llevo mi mano hasta mi boca y miro a Ryan con pánico.

—¡Esto es karma! Juro que las veces que dije en publico que esperaba dos bebés tuyos lo hacía bromeando ¡No pensé que pasaría!

—Por la boca se pide —Bromea la doctora—. Allí tienes toallitas para limpiarte, vuelvo en unos segundos.

Cuando ella sale Ryan me besa contento.

—¡Tendremos mellizos! —Exclama como un niño emocionado.

—Me va doler el doble —Me lamento.

Él se ríe nuevamente y me contagió con su risa, me abraza con fuerza para luego volver a besarme.

—Me haces muy feliz —Dice dándome un beso tras otro.

—Somos un gran equipo —Digo llevando mis manos hasta su cabello—, ¿En serio dos, Ryan? ¿No podrías solo liberar a un espermatozoide? ¿Mis óvulos no podían cooperar? —Bromeo y él ríe.

—¿Estás feliz? —Pregunta curioso.

—Muy feliz pero debo admitir que también asustada.

—Estaremos juntos en esto ¿Lo sabes, no?

Le sonrío.

—Lo sé.

Volví a besarlo sumamente contenta. Él y yo tendríamos a nuestra propia familia en unos meses, y no puedo estar más feliz por ello.

Pero no todo puede ser color de rosas en la historia, y menos cuando hay personas que viven solo para romper tu cuento de hadas.


Dios mío me puse a llorar, estos dos me tienen sensible.

Instragram: @litnetmila

El Amor Por El Chocolate. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora